Crisis social en Perú: marcha masiva contra la agenda regresiva del gobierno, el sicariato y las extorsiones

El impacto de la victoria que se vivió en Perú cuando la cuestionada ley pro-AFP fue retirada debido a la presión popular, constituye un motor que impulsa a la ciudadanía a continuar activa en movilizaciones. “No podemos permitir que el futuro de la juventud sea hipotecado a intereses privados ni que la inseguridad se normalice en nuestro país”, afirmó uno de los voceros de la marcha.

Crisis social en Perú: marcha masiva contra la agenda regresiva del gobierno, el sicariato y las extorsiones

Autor: Leonardo Buitrago

Una marea humana, compuesta en su mayoría por jóvenes de la denominada “Generación Z”, colmó este sábado las calles del centro de Lima en una marcha masiva que tuvo como epicentro el Congreso de la República. La movilización de carácter pacífico canalizó el rechazo ciudadano a la inseguridad desbordada, el sicariato, las extorsiones y la agenda del gobierno de Dina Boluarte, percibida como regresiva por amplios sectores de la población.

La jornada inició en la emblemática Plaza San Martín, punto de convergencia histórica de la protesta social. Desde allí, los manifestantes, portando pancartas y coreando consignas, desplegaron una bandera gigante en la avenida Nicolás de Piérola para luego avanzar de manera organizada hacia la avenida Abancay.

«La elección de la ruta no fue casual: el Parlamento peruano se ha erigido como el símbolo del rechazo ciudadano y el blanco de las demandas juveniles», señaló el medio peruano Caretas.

La protesta avanzó hasta el Congreso de la República, donde la Policía Nacional del Perú (PNP) ya había instalado rejas y un fuerte cordón de seguridad, bajo el argumento de evitar posibles incidentes. Sin embargo, la movilización masiva se desarrolló de manera pacífica.

Foto: Ojo Público.

El triple reclamo de una generación

La presencia de estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de otros colectivos sociales dio forma a una protesta que se sostuvo en tres ejes fundamentales, según explicaron los propios voceros de la Generación Z.

El primer eje se refiere al rechazo a la inseguridad ciudadana, el sicariato y la ola de extorsiones que golpea a todas las regiones del país.

En segunda instancia, los manifestantes le exigen a Boluarte el desarrollo y puesta en marcha de políticas públicas efectivas frente a la criminalidad y el deterioro de la seguridad.

En tercer lugar figura el masivo descontento popular con respecto las leyes aprobadas por el Congreso, como la polémica norma que buscaba obligar a miles de jóvenes a afiliarse a las AFP, finalmente derogada tras la presión social.

El impacto de esa primera victoria, cuando la cuestionada ley pro-AFP fue retirada, sigue siendo un motor que impulsa a la ciudadanía a continuar activa en movilizaciones. “No podemos permitir que el futuro de la juventud sea hipotecado a intereses privados ni que la inseguridad se normalice en nuestro país”, afirmó uno de los voceros de la marcha en declaraciones recogidas por Caretas.

Respuesta del gobierno de Boluarte

Mientras la protesta se desarrollaba, la respuesta desde el círculo de Boluarte no se hizo esperar. El ministro de Transportes y Comunicaciones, César Sandoval, lanzó una crítica mordaz, calificando a los manifestantes como la “Degeneración Z”, acusándolos de dañar espacios públicos en anteriores marchas.

«Hay que ser objetivos, esta ‘Generación Z’, para mí es la ‘Degeneración Z'», dijo al tiempo que aseguró que los integrantes de este colectivo y los jóvenes participan en las movilizaciones, son manipulados por supuestos sectores radicales que intentan desestabilizar al Ejecutivo y que solo buscan la anarquía.

Según indicó, estas situaciones se dan para intentan desestabilizar al Ejecutivo por movimientos radicales que solo buscan la anarquía.

La réplica desde las calles fue inmediata y contundente. Frente al Congreso blindado, los voceros de los colectivos respondieron con claridad: “Nuestra protesta es legítima. Estamos en las calles porque el Estado nos ha fallado. El país no puede seguir gobernado de espaldas a la ciudadanía”.

Foto: Ojo Público.

Una nueva generación política

La “Generación Z”, conformada mayoritariamente por jóvenes nacidos entre mediados de los 90 e inicios de los 2000, se ha posicionado como en un actor político inesperado y de peso en el escenario peruano. Su irrupción en el escenario público surgió en medio de un contexto de desconfianza hacia las instituciones y de descontento generalizado con la clase política tradicional y en especial con la administración de Dina Boluarte.

«Expertos en sociología señalan que esta generación, hiperconectada y movilizada a través de redes sociales, está marcando un nuevo tipo de activismo: descentralizado, veloz y enfocado en causas concretas. La seguridad, la corrupción y la defensa de sus derechos ante lo que consideran un Estado capturado por intereses privados son los temas prioritarios en su agenda», destacó Caretas.

¿Hacia dónde va la protesta?

El desafío para el gobierno de Dina Boluarte es tratar de responder y aplicar medidas y políticas concretas para atender las demandas de un sector de la población que no se siente representado y que vive con alarma el deterioro de la seguridad. En paralelo, el Congreso mantiene un bajo nivel de aprobación ciudadana, así como en escenario de continua pugna.

Por ahora, las protestas de la “Generación Z” continúan sumando adhesiones y ganando espacios en Perú, al visibilizar el malestar y descontento que trasciende a la juventud.

Grupos de trabajadores, colectivos sociales y gremios han dejado en claro su intención de formar parte de la futuras convocatorias, mientras el rechazo a Boluarte sigue en ascenso.


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