Se cumplen 13 años de la partida de este escritor paraguayo

El Supremo arte de escribir desde el exilio de Roa Bastos

Más de 50 años en el exilio, gracias a una de las más feroces dictaduras de Latinoamérica, le sirvieron de inspiración al escritor para denunciar las heridas dejadas por Alfredo Stroessner

Por Tatiana Villegas

26/04/2018

Publicado en

Cultura / Latinoamérica / Literatura

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Tal vez la marca más fielmente plasmada del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos fue su Yo, el Supremo. Siempre irreverente ante el poder y con la carga emocional que el exilio deja a cuestas, este escritor, fallecido el 26 de abril de 2005, se vio forzado a vivir en Argentina, Francia y España (se nacionalizó en este último país en 1983). Seis años más tarde, justo cuando fuera derrocado el dictador Alfredo Stroessner, ganaría el Premio Cervantes.

Dos de sus obras son verdaderamente maestras: Hijo de Hombre y Yo, el Supremo.  En ambas manifestó el sentido de pertenencia que su condición de exiliado le inspiraba frente a su nación. Escritas en 1960 y 1974, respectivamente, hacen uso del mito, la historia, épica y lírica, exilio.

Para Roa Bastos fue inevitable abordar los temas sobre el abuso de poder de Stroessner, “el tiranosaurio” de sus obras, cuyo mandato definió como “la más larga y oprobiosa dictadura que registra la cronología de los regímenes de fuerza en suelo suramericano”. En 1996, tras 50 años en el exilio, es que el autor lora regresar a su país.

Una vez expresó que le debía al exilio toda su literatura. ”A pesar de las tristezas que me dejó, sin el exilio no hubiera sido escritor”, precisó Roa Bastos durante una entrevista concedida en Madrid, España.

Miembro de honor de varias universidades hispanoamericanas, europeas y norteamericanas, en 1989 recibió el premio Cervantes. Su obra la componen más de 20 títulos entre novelas, cuentos, obras de teatro y poesía.

En 1992, con ocasión del Quinto Centenario del Descubrimiento de América, dio a conocer Vigilia del almirante, una novela sobre Cristóbal Colón, con la que comenzaría una etapa de gran creatividad. En 1993 publica El fiscal, un año después Contravida y, en 1996, Madama Sui, narraciones en las que recreaba momentos y personajes de la historia de Paraguay.

El escritor, nacido en 1917, abordaba temas de gran profundidad utilizando un lenguaje simple y accesible para cualquier lector, mientras  el bilingüismo, guaraní y castellano, marcó el fondo y la forma de su obra.

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