Estilo Trump: Gobierno de Milei deporta a familia palestina en acto de discriminación sin precedentes

Una familia palestina, dedicada al rubro turístico, fue retenida durante más de 24 horas por funcionarios argentinos de Migraciones sin explicaciones, para luego ser deportados de manera forzada. Denunciaron haber sido víctimas de "detención ilegal, trato degradante y violación de derechos humanos".

Estilo Trump: Gobierno de Milei deporta a familia palestina en acto de discriminación sin precedentes

Autor: Leonardo Buitrago

Una familia palestina de cinco integrantes vivió en carne propia las consecuencias del alineamiento del gobierno de Javier Milei con Estados Unidos e Israel en la agresión contra Gaza y la adopción de un modelo migratorio restrictivo inspirado en las políticas de Donald Trump. Con visas emitidas por la embajada argentina en Tel Aviv, reservas de hotel, pasajes de regreso y toda la documentación en regla, los Abu Farha arribaron a la ciudad de Ezeiza, Provincia de Buenos Aires, el pasado 16 de junio para unas vacaciones. Sin embargo, tras más de 24 horas de retención sin explicaciones, vejaciones y una deportación forzada, denunciaron haber sido víctimas de «detención ilegal, trato degradante y violación de derechos humanos por parte de las autoridades migratorias argentinas».

Una familia palestina tratada como «terroristas»

Los Abu Farha, empresarios palestinos cristianos residentes en Belén y dedicados al turismo en Tierra Santa, planearon su viaje a Argentina entre el 16 y el 25 de junio. «Tuvimos una entrevista [en la embajada] y nos pidieron todos los documentos legales: extractos bancarios, certificados de trabajo, antecedentes penales, seguro, pasajes, hoteles e invitaciones. ¡Absolutamente todo!», relató Sandy Bassam Hanna Abu Farha, una de las hijas de la familia, en diálogo con Página/12.

A pesar de cumplir con todos los requisitos, al aterrizar fueron detenidos en el aeropuerto durante 24 horas con sus pasaportes retenidos y sin que se les permitiera comer, abrigarse -estaban con ropa de verano y sus abrigos estaban en las valijas- ni buscar medicamentos de enfermedades crónicas que también habían despachado.

«Lo que pasó fue increíble. Vivimos un infierno y no sé por qué pasó todo esto. Todo fue ilegal», aseguró Sandy.

Como estaba estipulado un grupo de operadores turísticos con los que tienen vínculos de amistad, los estaban esperando en el aeropuerto para recibirlos y, alarmados por el paso de las horas sin novedades, contactaron una abogada que fue a Ezeiza. quien intentó tomar contacto con los cinco palestinos para ser su asesora legal, pero se lo negaron. Ante esto, otro jurista, Uriel Biondi, presentó un hábeas corpus cuando ya llevaban 16 horas retenidos en Ezeiza sin ningún tipo de explicación. Sin embargo, el personal de Migraciones sólo les permitió hablar con diplomáticos palestinos.

El engaño: firmaron su propia deportación sin entenderlo

El punto más oscuro del relato ocurrió cuando un agente migratorio les entregó a los Abu Farha un documento en español –sin traducción–, asegurándoles que era un permiso para acceder a una zona de embarque más cómoda. En realidad, firmaban su deportación bajo el argumento de ser «falsos turistas».

El rechazo de ingreso y la marca en falso turista. Página12.

«El agente de Migraciones nos dijo que este papel era para que fuéramos a un lugar más cómodo a comer y beber hasta que revisaran nuestra visa. Mintió, nos engañó y nos hizo firmar sin que nadie nos tradujera nada», denunció Sandy.

Consultado por Página 12, el gobierno de Javier Milei justificó el rechazo alegando una «alerta internacional» sobre uno de los miembros de la familia. Sin embargo, no brindó detalles sobre su origen ni motivo. El hábeas corpus presentado por el abogado Uriel Biondi aclaró que se trataba de un caso de homonimia: Bassam Hanna Issa Abouferha fue confundido con otra persona debido a un incidente bancario en China años atrás, situación ya resuelta y documentada.

«Si mi padre tuviera algún problema, no podría viajar a China dos veces al año y a Europa al menos diez veces al año. Vieron nuestros pasaportes llenos de sellos y visas», argumentó Sandy.

Además, llevaba consigo un certificado de buena conducta emitido por la autoridad palestina y un documento oficial que aclara que no la misma persona con la que el banco chino lo confundió años atrás.

El DNU 366 y la política «Trump» de Milei

El episodio se enmarca en el endurecimiento de la política migratoria bajo el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 366/2025, que faculta a Migraciones a rechazar ingresos basándose en «sospechas» subjetivas, una medida al estilo Trump.

 “Hoy entra casi cualquiera, sin mediar muchas preguntas y las condiciones de deportación son demasiado flexibles”, justificó el vocero presidencial Manuel Adorni.

Organizaciones de derechos humanos con especialistas en derecho migratorio señalaron a Página12 que en este caso hubo «discriminación por nacionalidad o sospecha de participación en alguna actividad delictiva sin fundamento».

De haber existido una alerta migratoria como indicó el gobierno de Argentina, su objetivo como medida extrema está relacionado con informar a otros países sobre la presencia de una persona en el puesto fronterizo, pero ello no se vincula con prohibir el ingreso al país. Eso debía ser resuelto con el visado otorgado, no en un trámite de rechazo en frontera con las consecuencias que eso les trajo a estos cinco ciudadanos palestinos.

Para una fuente que conoce en detalle la Dirección Nacional de Migraciones, lo que sucedió fue “una mezcla de miedo y querer quedar bien con Israel”. La misma persona señala como casi imposible que esto haya sucedido sin la decisión de un funcionario político.

Según planteó el medio citado, el director nacional de Migraciones , Sebastián Seoane, es un técnico de carrera, lo que lleva a preguntarse si la orden partió del Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich.

«Un caso de xenofobia de acá a la China»

Deportados a Estambul, los Abu Farha pudieron recuperar sus pasaportes y trazar un complicado esquema para regresar a Belén, ya que tres de los integrantes de la familia no tenían visa para permanecer en Turquía.

Para los allegados argentinos de la familia Bassam Hanna Abu Fhara lo que sucedió con ellos fue «un caso de xenofobia de acá a la China. Y fue porque eran palestinos. Tenían tickets de ida y vuelta, estadía, todo comprobado. Ahora ellos van a avanzar hasta la última instancia porque el trato que recibieron acá no lo recibieron nunca en su vida”.

Mientras el gobierno de Javier Milei celebra su alineamiento con EE.UU. e Israel, este caso expone el costo humano de imitar políticas excluyentes. Argentina, históricamente tierra de puertas abiertas, parece transitar un camino donde la sospecha reemplaza a la hospitalidad.


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano