Giro a la derecha en Bolivia: resultados preliminares y un nuevo mapa político
Con el 90,1% de las actas procesadas por el Sistema de Resultados Preliminares (Sirepre), Bolivia vive un giro a la derecha en Bolivia: Rodrigo Paz (Partido Demócrata Cristiano) lidera con 32,1% de los votos y Jorge “Tuto” Quiroga (Alianza Libre) lo sigue con 26,9%, instalando una segunda vuelta entre ambas candidaturas. Detrás quedaron Unidad (19,9%), AP (8,1%), Súmate (6,6%), MAS (3,1%), AFP (1,6%) y ADN (1,57%).
El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Óscar Hassenteufel, destacó una jornada sin grandes incidentes y con veeduría internacional, mientras el órgano comicial anticipó que los cómputos oficiales se consolidarán en las próximas horas.
El cuadro confirma un reordenamiento del tablero tras años de hegemonía del MAS, hoy atravesado por fracturas internas. En clave programática, la correlación de fuerzas que arroja el Sirepre abre la puerta a un ciclo de ajuste y contrarreformas que pondría en tensión pilares del Estado Plurinacional.


Qué se votó y por qué importa para el Estado Plurinacional
Además de la presidencia y la vicepresidencia, la elección definió 36 senadores, 130 diputados, siete escaños indígenas y nueve representantes ante organismos supraestatales. La votación se dio en un contexto económico y social exigente, con un oficialismo debilitado y una oposición de derecha que capitalizó promesas de “orden” y “estabilización”. Para movimientos sociales y analistas, el giro a la derecha en Bolivia podría traducirse en privatizaciones, recentralización de poder y una agenda pro-mercado que impacte derechos sociales, territorios y empleo.
Camino al 19 de octubre: disputa por el centro y el voto disperso
Confirmada su ventaja preliminar, Rodrigo Paz llamó a la cautela frente a sus seguidores en La Paz: “Queda una final por jugar que se definirá en dos meses (…) Nada se gana hasta que se gana, hasta que haya la firma de la victoria”. Por su parte, Jorge Quiroga celebró el avance al balotaje asegurando que “hoy ganó la democracia” y puso como eje la estabilización macroeconómica.
La segunda vuelta está programada para el 19 de octubre. En el intertanto, ambos comandos disputarán el voto de centro y el de quienes optaron por Unidad, AP y Súmate, además de intentar seducir a un MAS golpeado pero con arraigo territorial. La gran incógnita es si ese electorado privilegiará un voto “anti” (anti-MAS o anti-derecha) o si pesará más la agenda económica de corto plazo.
Los números detrás de la sorpresa y el “fantasma” del neoliberalismo
El dato que rompe pronósticos es la ubicación del MAS, histórico protagonista, con 3,1% en este conteo preliminar. La atomización del campo progresista allanó el avance de dos candidaturas identificadas con la derecha. Desde sindicatos, organizaciones indígenas y colectivos urbanos ya asoman alertas sobre un posible “retroceso social” si se consolidan mayorías parlamentarias proclives a reformas pro-mercado.
A la par, la oposición de derecha destaca la necesidad de “modernización” y “disciplina fiscal” para “estabilizar” la economía. El choque entre ambas visiones marcará la campaña: menos épica y más bolsillo; menos identidad partidaria y más “gobernabilidad” como oferta.
Lectura regional: señales para Sudamérica y para Chile
El viraje boliviano se inscribe en una región con péndulo político activo y disputas abiertas por modelos de desarrollo. Para Chile, el desenlace importará por comercio, integración energética y coordinación en foros regionales. En clave de opinión pública, lo que ocurra en La Paz será también un termómetro de la batalla cultural que cruza a América del Sur entre agendas de ajuste y defensas del Estado social.