El Papa León XIV, conocido como Robert Francis Prevost, ha sido un hombre cuya vida estuvo profundamente marcada por sus años en Perú, país al que llegó en 1985 y donde pasó más de 40 años de su vida. Durante ese tiempo, se destacó no solo por su labor pastoral en comunidades empobrecidas, sino también por su firme postura frente a las mafias del fujimorismo y la represión del gobierno de Dina Boluarte.
Desde sus primeros años en el norte de Perú, Prevost tuvo contacto directo con las comunidades más vulnerables del país, como las de Piura, Apurímac e Iquitos, regiones que enfrentaban la pobreza, el abandono estatal y la violencia de los grupos insurgentes. Pero su lucha no solo se limitó a acompañar a los pueblos indígenas y campesinos: también se enfrentó a las estructuras de poder que oprimían a estas comunidades, especialmente durante los años de gobierno de Alberto Fujimori.
Prevost fue un férreo crítico de las políticas de Fujimori, especialmente de los abusos de poder y las violaciones a los derechos humanos cometidas bajo su mandato. En 2017, cuando Pedro Pablo Kuczynski otorgó un indulto humanitario a Fujimori, el entonces obispo no dudó en cuestionar la decisión. Consideró que el exmandatario no había mostrado un arrepentimiento genuino por las violaciones cometidas durante su gobierno, y expresó que sería más efectivo que Fujimori pidiera perdón por las grandes injusticias cometidas, en lugar de recibir un indulto que, en su opinión, no abordaba las consecuencias de sus actos.
Pero no fue solo en su lucha contra el fujimorismo donde Prevost dejó claro su compromiso con la justicia. Como obispo de Chiclayo, también desafió abiertamente las decisiones de Dina Boluarte, quien asumió la presidencia de Perú tras el destitución de Pedro Castillo en diciembre de 2022. Durante las protestas que estallaron en todo el país en rechazo a la asunción de Boluarte, Prevost fue un firme defensor de los derechos humanos. Aunque ya había sido llamado a Roma en enero de 2023, decidió quedarse en Perú para acompañar a los manifestantes y condenó la violencia que el gobierno de Boluarte ejerció contra los civiles, que resultaron en al menos 49 muertes durante las protestas.
El obispo expresó su tristeza por la situación y afirmó que la mayoría de los peruanos estaban buscando reconciliación y paz, mientras que otros sectores se sentían olvidados e ignorados por el Estado. En sus declaraciones, dejó claro que su rol pastoral y su solidaridad con el pueblo peruano eran más importantes que cualquier cargo eclesiástico.
Este enfoque crítico y valiente ante los abusos de poder en Perú fue un factor clave en la confianza que Papa Francisco depositó en él al asignarle tareas de gran relevancia en la Curia Romana, como dirigir la Pontificia Comisión para América Latina y el Dicasterio para los Obispos. Este nombramiento no solo refleja la capacidad canónica de Prevost, sino también su lealtad a los principios del Papa Francisco, quien vio en él un aliado en la lucha por la justicia y la dignidad humana.
Véase también: Líderes mundiales felicitan al Papa León XIV tras su nombramiento
Hoy, el Papa León XIV se erige como un líder que, a través de sus acciones y su voz, ha enfrentado tanto al fujimorismo como a la represión del gobierno de Dina Boluarte, marcando un precedente de lucha por los derechos de los más vulnerables y la justicia social en Perú.
Foto: Redes
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