Este fin de semana las calles de la provincia argentina de Corrientes fueron el escenario de una multitudinaria marcha contra el avance del fascismo en la que mujeres y disidencias le rayaron la cancha al presidente de la nación austral, Javier Milei.
Las movilización se produjo en el marco del 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries, que se desarrolla desde el 22 de noviembre hasta ese lunes 24.
Durante estos tres días, se han llevado a cabo talleres, actividades culturales, artísticas, marchas e intervenciones para debatir las injusticias, problemáticas e inquietudes y promover la organización social.
El encuentro constituye un espacio político para discutir la avanzada conservadora en el contexto de un gobierno antifeminista como el del mandatario ultraderechista y frente a grupos conservadores que llevaron adelante acciones de boicot sin éxito,
En la edición de este año se presentaron reclamos, en contra de los femicidios, por el fin de los discursos de odio, contra el ataque a las políticas de género, a la falta de presupuesto el extractivismo y la explotación del río Paraná.

También se exigió la aparición con vida de Loan Peña, un niño de cinco años desaparecido en junio de 2024 en Corrientes y cuyo paradero aún se desconoce.
Los encuentros que surgieron en 1986 en la ciudad de Buneos Aires no se llaman más “nacionales” y de “mujeres”, porque desde hace varios años «el nombre se desplegó pasó a ser “Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y No Binaries”, una conjunción de palabras que amalgaman experiencias erráticas y a la vez son el meollo de victorias muy concretas llevadas a adelante por la lucha feminista», consignó Página/12.
La marcha realizada el sábado se convirtió en una de las mayores movilizaciones feministas y transfeministas realizadas en los últimos años en Corrientes.
El inicio estuvo marcado por la lectura de un documento que remarcó la identidad cultural guaraní, la historia local y la tradición de lucha que caracteriza a mujeres, diversidades y colectivos disidentes de la región.
Por tal motivo, se reconoció la memoria de quienes han sostenido reclamos históricos por dignidad, verdad y justicia, consolidando el sentido político y afectivo que los encuentros han construido durante décadas.
En el documento se describió un panorama signado por la reducción de áreas estatales, el recorte de programas sociales y el desfinanciamiento de herramientas básicas de acompañamiento, bajo la administración del «libertario» Javier Milei,
Entre los aspectos mencionados se incluyeron la eliminación o debilitamiento de dispositivos de asistencia, como comedores comunitarios y líneas de atención a víctimas, lo que fue caracterizado como un retroceso en materia de políticas públicas de género y diversidad.
Asimismo, se denunció el incremento de violencias habilitado por discursos de odio que se han institucionalizado desde organismos del Estado y se traducen en agresiones directas contra mujeres, diversidades sexuales y la comunidad LGBTIQ+.
De hecho, la consigna: “Qué momento, qué momento, a pesar de todo les hicimos el Encuentro”, cobró una nueva dimensión luego de dos años de permanentes ataques por parte del gobierno ultraderechista de La Libertad Avanza al movimiento transfeminista.
También se manifestó la preocupación por intención oficialista de modificar la figura del femicidio en el Código Penal, una iniciativa que, de concretarse, podría derivar en penas más leves para agresores y en la fragilización de herramientas jurídicas fundamentales, consignó Diario La Voz del Chaco.
Solidaridad con Palestina
En la movilización, se pudo observar la bandera wiphala de los pueblos originarios, que llevaron sus reclamos contra las políticas extractivistas de saqueo y contra sus comunidades de los distintos gobiernos. También estuvieron presentes banderas de Palestina expresando el fuerte repudio al genocidio que lleva adelante Israel en Gaza, que ha dejado más de 69 mil personas asesinadas, en su mayoría mujeres y niños.
La consigna por una “Palestina Libre” inundó las columnas, identificadas con los colores rojo, verde, negro y blanco.
Tilda Rabi, presidenta de la Federación de Entidades Argentino-Palestinas, alertó sobre la crítica situación humanitaria en el enclave.
“Se viene el invierno en Palestina, no hay alimentos, no hay estructuras para pasar las bajas temperaturas y ni hablar de lo que pasa en Cisjordania y Jerusalén Oriental donde se producen redadas, destrucción de cultivos y persecuciones permanentes a personas que son judicializadas según las caracterizaciones que hacen los ocupantes de la resistencia del pueblo palestino”, sostuvo.

Pulso contra el gobierno de Milei y la agenda de lucha
El 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries, preparado con un año de anticipación, tuvo como telón de fondo un claro enfrentamiento político. La multitud no solo celebró cuatro décadas de organización feminista, sino que denunció con las políticas del gobierno de Javier Milei.
Durante el fin de semana, los talleres desbordaron de participantes y delinearon una agenda de lucha urgente. Se destacó la Marcha del Orgullo Antifascista y Antirracista del pasado 1 de febrero –en respuesta a los dichos antifeministas de Milei– como un «punto de inflexión» en la organización federal. Además, se instó a organizar una gran acción federal por los 50 años del golpe de Estado, se dijo “no” a la reforma laboral, se insistió en reconocer los cuidados como un trabajo y se manifestó una alerta generalizada por un posible retroceso en el derecho al aborto, reportó Página/12.
Uno de los temas que generó especial preocupación fue el proyecto de “denuncias falsas” impulsado en el Congreso por la enadora de la Unión Cívica Radical (URC) Carolina Losada, que apunta contra mujeres que supuestamente denuncian violencia de género, no porque la estén padeciendo sino por “bronca” o “resentimiento”. Al respecto, Yama Corin, de la organización feminista Mundanas y madre protectora, explicó que en los talleres “se trabajó mucho sobre la necesidad de construir redes de contención, redes de profesionales, redes políticas y acercarnos a los sectores en lucha para visibilizar nuestra problemática”.
En el corazón de la marcha, el feminismo popular mostró su potencia. “Cuidar es un trabajo”, entinaron las mujeres con ollas en la mano y delantales, explicando que sin cuidados no hay vida. Norma Morales, Secretaria Adjunta en el Sindicato Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), planteó que al gobierno de Milei «no le sirve un pueblo organizado, no le sirve que las mujeres seamos las voces y las que seguimos cuidando nuestra comunidad».
“La derecha nos tiene miedo, no saben todo lo que puede una olla”, enfatizó.

Historias de vida que dan significado a la lucha
Mientras la marcha avanzaba, Nirvana Silvero mostró una foto en su teléfono que captura el origen de su militancia: ella sosteniendo un cartel de “Ni Una Menos” con la manita pintada de su pequeña hija estampada como un sello. Hoy, esa niña tiene 12 años y, según cuenta su madre, no se considera feminista.
Al ser consultada por Página/12 sobre cómo toma eso, Nirvana compartió una historia profundamente personal: “Mi separación después de diez años en pareja, llegó gracias al feminismo; de repente entendí que lo que pasaba en casa no eran ‘discusiones’, no era ‘carácter’, era violencia de género. Y que un golpe no era algo que tenía que tolerar nunca más. Ese sacudón fue el punto de partida”, relató,
Cerca de las 9 de la noche, la movilización llegó al Paseo Arazaty. Las banderas se congregaron en la playa, donde muchas metieron los pies en las aguas del Paraná para refrescarse. Nirvana, desde el escenario, celebró junto a la Comisión Organizadora y con mujeres que ya marchaban en el Encuentro de 1994, la última vez que Corrientes fue sede.
Al finalizar el jolgorio, con la fuerza de la jornada aún latente, Nirvana completó la historia con su hija, revelando el verdadero legado de la lucha: “Cuando nos separamos, un día mi hija dijo que no quería ir con el padre y él insistía, pero ella se plantó y le dijo que no quería porque ese era su derecho. Yo supe que tenía derechos a los 30 años y ella a los 5, mi hija no es feminista pero aprovecha cada enseñanza y sabe hacer valer sus derechos y eso, aunque no sea feminista, me llena de orgullo todos los días cuando la veo hacerlos valer”.
La marcha, como el Encuentro en su totalidad, dejó en claro que el movimiento no solo resiste, sino que se fortalece, teje redes y siembra futuro, “rayándole la cancha” a un gobierno que encuentra en la organización popular su principal obstáculo.
*Foto destacada: Enrique Rojo. Izquierda Diario

