La frase “no hay plata” se ha convertido en el lema central del gobierno del presidente de Argentina, Javier Milei, para justificar un feroz ajuste del gasto público. Sin embargo, un detallado informe del centro de estudios Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) reveló que esos recursos sí existían, se encontraban en los bolsillos de los trabajadores, jubilados y provincias, y fueron extraídos de forma masiva a través de recortes para construir un superávit fiscal que, lejos de invertirse en la población, terminó destinado a remunerar al sector financiero y a engrosar lo que el documento describe como una «caja negra» de la política, en alusión directa al escándalo de corrupción que involucra a la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).
El informe del MATE, firmado por los investigadores Diego Kofman, Lavih Abraham, Marco Kofman, Natalia Pérez Barreda y Sergio Arelovich, sacó a la luz una cifra contundente, desde que asumió Milei, cada trabajador y trabajadora asalariada perdió 2,5 millones de pesos argentinos (US$1.800), mientras que la inflación de la clase trabajadora acumulada supera en tres puntos porcentuales a la determinada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina (Indec).
En términos agregados, la pérdida para la clase trabajadora alcanza la astronómica cifra de 46,1 billones de pesos, como consecuencia de la transferencia hacia el capital y la caja oscura de la política.
Para dimensionar este monto, el estudio lo equipara directamente con otro número clave de la gestión del ministro de Economía, Luis Caputo, ya que es prácticamente el mismo monto de los intereses de la deuda capitalizados para remunerar al sistema financiero.
El mecanismo de esta pérdida se explica por un programa de ajuste pactado con el Fondo Monetario Internacional que se basó en paritarias pisadas y un ancla salarial para frenar la inflación.
El resultado ha sido un deterioro profundo en la remuneración que perciben los trabajadores argentinos bajo la gestión del denominado «libertario».
«El salario estatal no recuperó nada de lo perdido con la devaluación inicial de diciembre de 2023. Es decir, se ubica un 22% por debajo del nivel percibido al cierre de la administración del Frente de Todos, que también había tirado hacia abajo el salario estatal (-8%)», indicó El Destape en referencia al estudio.
La consecuencia directa de las políticas del mandataio de ultraderechas es que “cada estatal perdió más de 7,5 millones de pesos de forma acumulada desde que comenzó este gobierno”, se lee en el documento.
Empleo público como blanco de la «motosierra» de Milei
El informe dedica un capítulo especial a la devastación en el sector público, lalertando que en Argentina se evidencia un “un Estado que se achica y abandona a la población”,
De acuerdo con el Cento MATE, además del recorte salarial, el Estado redujo mediante la destrucción de puestos de trabajo, ya que se eliminaron 114.532 empleos estatales, a los que se suman 130.681 del sector privado formal y 30.000 empleos de casas particulares, totalizando 270.000 empleos menos.
«Por estos recortes, el Estado dejó de percibir 10,5 billones de pesos en concepto de aportes y contribuciones, las obras sociales perdieron 4,3 billones y los sindicatos, 948.000 millones de pesos. ¿Hasta cuándo seguirá avanzando la crueldad? Entre los recortes a las jubilaciones, la obra pública, los programas sociales, los subsidios a la energía, salarios y las transferencias a las provincias, el Tesoro (Caputo y compañía) se quedó con 72 billones de pesos», señaló El Destape.

Recorte a los jubilados para aumentar la «caja negra»
El ajuste no se detuvo en los trabajadores en actividad. La reducción del monto que perciben los jubilados argentinos también fue un componente esencial para lograr el superávit fiscal. Según el MATE, las jubilaciones, en promedio, son 25% más bajas desde que gobierna Milei y cada jubilado perdió 3,9 millones de pesos desde entonces.
Los más afectados son quienes cobran el monto de jubilación mínimo, que desde que llegó Milei a la Casa Rosada han perdido el equivalente a 7,5 jubilaciones mensuales completas cada uno. Estos recortes, junto a los de obra pública, programas sociales, subsidios y transferencias a provincias, permitieron al Tesoro nacional, comandado por ministro de Economía de Milei, Luis Caputo, quedarse con un total de 72 billones de pesos argentinos.
¿A dónde fue a parar la plata ? La transferencia al sector privado
La pregunta central que el informe se encarga de responder es qué se hizo con los 72 billones de pesos ahorrados a fuerza de recortes. La conclusión es que durante el gobierno «libertario» se evidenció una enorme transferencia de recursos hacia el sector privado.
En los primeros 6 meses del año los pagos de intereses de la deuda externa estatal consumieron 3.360 millones de dólares y los de la deuda externa privada otros 609 millones. En este escenario, las empresas dolarizaron excedentes por 11.350 millones de dólares., señaló el documento.
Sin embargo, según señaló El Destape, la prometida «lluvia de inversiones» no llegó, tal y como ocurrió con la “lluvia de inversiones” prometida por la gestión de Mauricio Macri «al margen de los fondos buitres que siempre apuestan por el carry trade y el juego de las tasas diferenciales, como volvió a implementar el ministro (Luis) Caputo».