Por 165 votos a favor, 12 abstenciones y solo 7 en contra, la Asamblea General de las Naciones aprobó nuevamente una resolución que exige el fin del embargo de Estados Unidos a Cuba.
Los países que estuvieron en contra del levantamiento del bloqueo fueron Argentina, Hungría, Israel, Macedonia del Norte, Paraguay, Ucrania y el mismo EEUU. En tanto, se abstuvieron Albania, Bosnia y Herzegovina, Costa Rica, Chequia, Ecuador, Estonia, Letonia, Lituania, Marruecos, Moldavia, Rumania y Polonia.
Tras la votación, el Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, destacó que «la mayoría del mundo volvió a votar junto a Cuba, por la vida».
«Cuba digna, resiliente, sin ningún miedo al imperio revuelto, brutal, cínico y mentiroso, volvió a derrotar el bloqueo genocida de seis décadas», escribió el mandatario cubano en su cuenta de la red social X.
En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, señaló al presentar la resolución ante la ONU que «como se sabe, el impacto de este tipo de agresión no es solo económico. Se aplica por diseño, con fría premeditación respecto a su impacto social y humanitario sobre millones de personas».
En su exposición, el canciller cubano expuso algunos efectos palpables del bloqueo, tales como la privación sistemática del uso de sistemas bancarios internacionales para cobros y pagos, lo cual limita el comercio exterior de Cuba, y el impedimento de acceso a financiamiento, inversión, remesas, tecnología, insumos y servicios sensibles, entre ellos la salud.
Sobre este último punto, el ministro de RREE dio a conocer algunos casos, como el de una joven de 29 años con miocardiopatía que necesita un desfibrilador automático al que Cuba no puede acceder; y el de un niño de 6 años que requiere una operación de cadera, pero el injerto óseo no puede importarse por las restricciones del bloqueo.
El Ciudadano

