Se cumplen 25 años la muerte del maestro de maestros

Prieto Figueroa y el Estado docente siguen a la vanguardia de modelos educativos de América Latina

Luis Beltrán Prieto Figueroa desarrolló grandes aportes para el sistema educativo en Venezuela y se destacó como una de las figuras más destacadas de la educación en América Latina. Fue un gran activista político y creador del Instituto Nacional de Cooperación Educativa (ahora Inces), probando una educación totalmente diferente con énfasis en el trabajo, las capacidades y el oficio

Por Tatiana Villegas

23/04/2018

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La tesis sobre el Estado docente sigue siendo uno de los pilares fundamentales que rige los programas de educación en Venezuela, gracias a los aportes de Luis Beltrán Prieto Figueroa, considerado uno de los más destacados pedagogos de América Latina y quien el 23 de abril de 1993 falleció a sus 91 años.

El gran maestro de América  decía:  “Todo Estado responsable y con autoridad real asume como función suya la orientación general de la educación. Esa orientación expresa su doctrina política y en consecuencia, conforma la conciencia de los ciudadanos”. De ello se establece que la educación debe ser democrática, gratuita y obligatoria combinando la igualdad de oportunidades y la selección sobre la base de las capacidades del individuo.”

Prieto Figueroa es referencia en los proyectos y textos de la educación en el continente americano. Doctor en Ciencias Políticas y Sociales, tuvo una destacada participación  en la construcción y diseño del modelo educativo en Venezuela,  y en el ejercicio de esta profesión, ejercida desde muy joven en la misma escuela donde cursó la primaria, impulsando años más tarde la fundación de la Federación Venezolana de Maestros, en 1936, de la cual fue primer presidente.

Perteneció a la Generación del 28; fue el redactor en 1937 de la tesis educativa del Partido Demócrata Nacional (PDN), cuyo objetivo fue una escuela en cada aldea, un liceo en cada pueblo. Fue diputado y senador; escribió en varios diarios y revistas, y fue autor del primer anteproyecto de Ley de Educación.

Entre 1937 y hasta 1942 mantuvo en el diario Ahora, de Caracas, su página “La escuela, el niño y el maestro”. Para 1947 firmó el decreto para la edición de la compilación hecha por Vicente Lecuna de las Obras Completas del Libertador, además de crear la comisión organizadora de las Obras Completas de Andrés Bello y de transformar la vieja escuela de artes y oficios para hombres en Escuela Técnica Industrial.

Fue nombrado Ministro de Educación durante la presidencia de Rómulo Gallegos en 1948, período en el cual coredactó el primer proyecto de Ley de Educación, en 1969.

Este gran activista político en tiempos de la post-dictadura gomecista fue cofundador de diversas organizaciones partidistas: Organización Venezolana (Orve, 1936), Partido Democrático Nacional (PDN, 1936),  Acción Democrática(AD, 1941), del que fue secretario general (1958-1959) y presidente desde 1963 hasta 1967 cuando se separó del mismo y se convirtió en presidente-fundador del Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), hasta su muerte.

Formó parte de la Junta Revolucionaria de Gobierno luego de la salida del poder del derrocado presidente Isaías Medina Angarita, el 18 de octubre de 1945.

A raíz del golpe de Estado del 24 de noviembre de 1948, fue enviado al exilio, regresando luego del 23 de enero de 1958. Durante ese período fuera de Venezuela, se dedicó a la labor educativa como jefe de misión al servicio de la Unesco, estableciéndose en Costa Rica y luego en Honduras, además de ser profesor en la Universidad de La Habana.

Tras regresar a Venezuela, creó el Instituto Nacional de Cooperación Educativa (Ince), en 1959, probando una educación totalmente diferente para su época, con énfasis en el trabajo, las capacidades y el oficio.

Otros cargos públicos que ocupó Luis Beltrán Prieto fueron senador por el estado Nueva Esparta (1936-1941; 1959-1969), presidente del Consejo Permanente de Cultura del Senado (1974-1979), presidente del Congreso de la República (entre 1962 y 1967).

Entre sus múltiples publicaciones en diarios nacionales y regionales, se escogieron algunos en libros como Las ideas no se degüellan (1980), Pido la palabra (1982) y Mi hermana María Secundina y otras escrituras (1984), en los que se reúnen sus preocupaciones políticas, pedagógicas y sociales.

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