Las «fake news» son el argumento de muchos venezolanos para solicitar asilo

Son tres los supuestos aspectos que Washington toma en cuenta para intervenir en un país soberano: "violación de los derechos humanos", "Estado fallido" e "intervención humanitaria"

Por El Ciudadano

23/05/2019

Publicado en

Venezuela

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Son tres los supuestos aspectos que Washington toma en cuenta para intervenir en un país soberano: «violación de los derechos humanos», «Estado fallido» e «intervención humanitaria»


Venezuela sufre una crisis económica que ha provocado que millones de sus habitantes tomen la decisión de migrar, en muchos casos solicitar asilo o refugio para lograr la permanencia en determinada nación, y así «alcanzar» las condiciones socio-económicas que no pueden lograr en su país natal. Pero, ¿a qué precio lo consiguen?.

Desde 2014, al menos 414.000 venezolanos han presentado solicitudes de asilo y cerca del 60 % de ellas (248.000) fueron en 2018, según cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (Acnur) ofrecidas en marzo. Pero, ¿cuántas realmente son por acciones reales y no un intento de «violentar» el sistema migratorio extranjero?.

Sin duda, flagelos como la corrupción y una oposición que no plantea un proyecto de país, sino la vía del conflicto y más inestabilidad, sumado a un bloqueo económico perpetrado por Estados Unidos, han hecho que los pobladores sufran una desmejora en su calidad de vida y terminen generando un éxodo de venezolanos.

Ante ese escenario y la desesperanza sembrada en los venezolanos al ver que la economía no mejora, encuentran un «aliado» en la solicitud de asilo para lograr los permisos necesarios en el país al que emigran.

Historias falsas de persecución, ficticios trabajos con políticos, falsos episodios violentos y relatos inventados se suman a expedientes diariamente en el mundo, de personas que nunca han estado involucrada en la política, ni son activistas sociales, pero ven en el asilo una «nueva oportunidad».

Una campaña mediática acompaña las solicitudes de asilo

Son tres los supuestos aspectos que, por ejemplo, Estados Unidos toma en cuenta para intervenir a un país soberano: «violación militar-policial de los derechos humanos», «Estado fallido» e «intervención humanitaria». Las peticiones de asilo entran en la primera de esas opciones, lo que contribuye a la opción bélica en la nación caribeña.

Politólogos afirman que Venezuela es víctima de un golpe suave, método concebido por el politólogo estadounidense Gene Sharp, autor del ensayo «De la Dictadura a la Democracia«, en el que describe 198 métodos para derrocar gobiernos y los divide en tres grandes bloques: protesta, no cooperación e intervención.

Al solicitar el asilo se debe demostrar fehacientemente que se corre peligro de vida si se regresa al país de origen, una práctica que se orientaba a políticos. Sin embargo, desde 2014 estas peticiones han aumentado junto a una campaña mediática que pretende poner a EE. UU. como un aliado del pueblo venezolano.

Analistas señalan que preparar el terreno, y crear en el imaginario de la población que la única salida es la intervención de la Casa Blanca, es el objetivo que persigue EE. UU. a través de los grandes medios aliados. Un excelente apoyo ha sido dedicar miles de titulares a la «huida de los venezolanos de su tierra».

Es evidente la difícil situación que viven diariamente los venezolano, pero ¿realmente los líderes de EE. UU. desean el bienestar del pueblo? El senador ruso, Ígor Morózov, denunció que el presidente Donald Trump prepara una revolución de colores en Venezuela, que es otra forma de llamar a un golpe suave a través de protestas «pacificas».

El portal Aporrea realizó una recopilación de las más recientes llamadas revoluciones de colores. La ‘Revolución de las Rosas’ en Georgia en 2003, que consiguió la salida del poder de Eduard Shevardnadze. En 2004 sucedió la ‘Revolución Naranja’ en Ucrania, que llevó al poder a Víktor Yúshcheko.

Un año después tuvo lugar la ‘Revolución de los Tulipanes’ (o ‘Revolución Amarilla’) en Kirguistán en 2005, con la que forzaron la salida del Gobierno de Askar Akayev en Kirguistán. Entre los intentos fallidos de derrocar al Gobierno se encuentran la ‘Revolución Blanca’ en Bielorrusia, en 2006.

Al final de cuentas, en cada una de ellas se hace el «montaje de una revolución de color» para luego justificar la intervención violenta ante un Estado «frágil».

Las Fake News en Venezuela

Ante procesos comiciales, el supuesto «fraude electoral» ha sido el plato continuo que presentan factores externos y la oposición venezolana. A lo largo de 20 años, dirigentes de la derecha han señalado que presentarían pruebas de las irregularidades, sin embargo, nunca han sido consignadas.

En 2013 se celebraron elecciones presidenciales, resultando electo Nicolás Maduro. Entonces, se difundió una noticia falsa que dejó como saldo 11 personas fallecidas: se acusó al Consejo Nacional Electoral de quemar pruebas que supuestamente corroborarían que Maduro habría ganado de manera fraudulenta.

Las imágenes fueron tomadas de la propia página web del organismo electoral. Ante la difusión de estos datos, venezolanos protagonizaron manifestaciones violentas en las que 11 personas fueron asesinadas, entre ellas dos niños.

La actividad correspondía con un proceso administrativo interno del cual todos los partidos políticos estaban enterados.

Más recientemente, en enero de este año, algunos medios se hicieron eco de este titular: «Informe: Venezuela encarcela y tortura a militares en medio de temores de un golpe«. En este caso, El Nuevo Herald lo acompañó con una imagen de Oscar Pérez, un exfuncionario de la policía científica de Venezuela que se alzó contra Nicolás Maduro y perpetró actos terroristas, uno de ellos contra la sede del Tribunal Supremo de Justicia.

La imagen forma parte de una serie de videos que Pérez subió a la red el día que cayó abatido, tras enfrentarse con los cuerpos de seguridad de la nación caribeña.

Otra fake news bastante repetida son los supuestos alzamientos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana contra el Ejecutivo, una mentira que se ha mantenido por varios años.

Asimismo, el nombre de Cuba siempre ha estado presente en la campaña para hacer temer al pueblo venezolano: bombillos cubanos espías, un cable submarino, efectivos encubiertos y el chequeo del tráfico de Internet son algunas de las «noticias» difundidas por medios y redes sociales.

El caso de los bombillos se generó por un convenio con la isla caribeña, por el cual Venezuela compró bombillos ahorradores y los distribuyó de manera gratuita a millones de hogares. Ante la campaña, los ciudadanos temían instalarlos.

En definitiva, la crítica situación que viven los venezolanos, producto de las sanciones de EE. UU. y de un Gobierno que no ha sabido combatir efectivamente la corrupción e ineficiencia, llevan al país petrolero a ser víctima del manual de Gene Sharp. Aún así, existe un pueblo que aún resiste y por un lado demanda políticas estructurales del Ejecutivo para mejorar la economía, y por el otro denuncia la injerencia de la nación norteamericana.

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