Agencia Sputnik entrevistó al analista Bassem Tajeldine

Triunfo de Duque podría representar nuevas agresiones contra Venezuela

El analista internacional recordó que Juan Manuel Santos también llegó de la mano del uribismo a la presidencia, pero se alejó paulatinamente de la política "extremista" que éste representaba

El triunfo del derechista Iván Duque este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia podría representar el inicio de nuevas agresiones por parte del expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) contra Venezuela, manifestó el analista internacional y asesor de la Cancillería venezolana Basem Tajeldine a la agencia rusa Sputnik.

«Él (Álvaro Uribe) dijo en su último Gobierno que le había faltado tiempo para agredir a Venezuela, tiempo para iniciar una confrontación bélica (…) entonces quizás con este nuevo aire que tiene el uribismo inicien una agresión contra Venezuela», expresó.

Iván Duque, del partido Centro Democrático, fue electo presidente de Colombia tras obtener 54% de los votos, venciendo a Gustavo Petro, candidato de la izquierda, quien obtuvo 42% de los sufragios.

Para Tajeldine, la posición que pudiera asumir Duque podría evaluarse en base al proceso que enfrenta el exmandatario Uribe ante la justicia colombiana. «A Duque le convendría distanciarse de ese sector criminal y buscar una especie de alianza con los sectores más ecuánimes de la burguesía colombiana. Sin embargo, eso está por verse. Tiene chance todavía, Duque», indicó Tajeldine.

En mayo se conoció que Uribe es investigado por la Sala de Instrucción de Aforados de la Corte Suprema de Justicia de Colombia por los delitos de concierto para delinquir, homicidio, entre otros.

Si el proceso judicial contra Uribe avanza, señaló Tajeldine, es completamente probable que Duque rectifique, la sensatez se imponga en el Gobierno colombiano con relación al tema Venezuela y no se emprenda una situación que podría ser desastrosa para Bogotá.

De igual manera, el analista internacional recordó que Juan Manuel Santos también llegó de la mano del uribismo a la presidencia, pero se alejó paulatinamente de la política «extremista» que éste representaba, así como de todo nexo con el narcotráfico al cual está presuntamente vinculado Uribe.

Uribe, destacó Tajeldine, está acusado por el propio Departamento de Estado de Estados Unidos y por el Senado de ese país de ser uno de los que apoyó al cartel de Medellín, específicamente a Pablo Escobar Gaviria, y era identificado como el capo número 82 de Colombia.

El especialista no descartó que Uribe quiera  arremeter contra Venezuela por medio de Duque, pero también recordó que el presidente electo está sujeto a una razón de Estado, y que a veces los políticos, una vez en el Gobierno, no pueden llevar a la práctica todo lo que expresan en sus discursos.

Relaciones tensas

Las relaciones entre Venezuela y Colombia no atraviesan su mejor momento. Para Tajeldine, esto obedece a que Bogotá ha sido utilizada como plataforma de Estados Unidos para agredir a Caracas.

Asimismo, consideró que los nexos entre ambas naciones empeoraron cuando Venezuela se convirtió en una tranca para el negocio del narcotráfico, al dar importantes golpes y capturar a capos colombianos.

«Se había utilizado a Venezuela como país de tránsito, se había utilizado su espacio aéreo para el trasbordo de mercancía y el paso de aviones que iban con destino a Europa y Estados Unidos», acotó el analista.

A esto se suma que Colombia fue uno de los países que desconoció las elecciones del 20 de mayo en el país caribeño, donde el presidente Nicolás Maduro fue reelecto con 68% de los votos, en unos comicios que la oposición y varios países de la región desconocieron, denunciando que el proceso electoral fue fraudulento.

Por su parte,  el Mandatario venezolano denunció el pasado viernes que desde Colombia se preparan una serie de provocaciones y agresiones para generar un conflicto armado entre ambas naciones.

Maduro aseguró que no le importaba quién ganara las elecciones, pero pidió a quien resultara electo rectificar los errores «garrafales» de Santos, que dañaron las relaciones política, económica y diplomática entre ambos países.

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