Una industria de la muerte: Venezuela acusa al Gobierno de Iván Duque de ser cómplice del crimen en negocio mercenario internacional

El representante de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, expresó este martes que el gobierno de colombiano finge ignorar toda criminalidad del negocio mercenario.

En un hilo publicado en su cuenta de Twitter @SMoncada_VEN, asevera que desde 2005 el Grupo de Trabajo sobre Mercenarios de la ONU pide verificar los casos de uso de mercenarios en Colombia y nunca se les permite entrar al país, por lo que considera que “El gobierno (colombiano) es cómplice del crimen”.

Moncada también hizo referencia al caso de los mercenarios colombianos que participaron en el magnicidio contra el presidente de Haití, Jovenel Moïse, y destacó la participación del General Mario Montoya – Comandante del ejército colombiano durante el mandato de Uribe – que “ha sido acusado por el asesinato de al menos 104 civiles colombianos inocentes. Este fue el modelo de comandante para miles de mercenarios que son contratados hoy alrededor del mundo”.

Posteriormente profundizó sobre lo que representa el gran negocio del mercado de mercenarios en el vecino país y lo equiparó con el del narcotráfico. Argumentó que en 2014 “existían más de 740 compañías privadas de defensa en Colombia. En 2018, el mercado valía más de 11 millardos de dólares. Se espera que en 2024 sea de 47 millardos de dólares”.

Asimismo, el embajador destaca que “Los mercenarios colombianos provienen del excedente de mano de obra entrenada para la interminable guerra civil de Colombia. Cada año entre 10-15 mil soldados pasan a retiro y alimentan el mercado mercenario internacional.

Son obreros y gerentes de la industria de la muerte” y “hay miles de mercenarios colombianos perpetrando crímenes internacionales. En el Medio Oriente, participan en guerras internas de otros estados. En México, entrenan grupos armados de los cárteles del narcotráfico. Los asesinos son un producto de exportación”.

Enfatizó que existe una industria de la muerte a gran escala, una maquinaria internacional de asesinos al mejor postor y que el gobierno de Colombia es una de las fuentes más abundantes de mano de obra, elemento que el gobierno del vecino país quiere ocultar e imponer la narrativa de “‘caballeros militares’ supuestamente engañados por haitianos corruptos. Esta repugnante versión es una segunda agresión contra Haití”.

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