Recolectores de basura en Turquía crearon una biblioteca con los libros que encontraban en sus recorridos

La colección creció gradualmente a medida que los trabajadores iban guardando los libros que hallaban en sus rutas. Cuando la colección fue creciendo, finalmente se convirtió en una biblioteca abierta a la comunidad.

Por Sofia Olea

18/01/2018

Publicado en

Cultura / Educación / Literatura / Mundo / Sociedad

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Biblioteca creada por los recolectores en una fábrica abandonada de ladrillos en Ankara, Turquía (Adem Altan, AFP/Getty Images)

Una pila de libros abandonados en la acera puede ser un espectáculo doloroso para los amantes de la literatura, peero en Ankara, Turquía, está pasando algo esperanzador: un grupo de recolectores de basura está usando los libros abandonados para implementar una biblioteca gratuita que ha llegado a tener 6.000 títulos, como informa CNN.

La colección creció gradualmente a medida que los trabajadores iban guardando los libros que hallaban en sus rutas, en vez de llevarlos como basura. Al principio los libros se reservaban simplemente para que los empleados y sus familias pudieran pedirlos prestados, pero cuando la colección se expandió y más personas se enteraron de su existencia, los residentes comenzaron a donar sus libros directamente a la iniciativa, relata Mental Floss. De ahí a la idea de abrir una biblioteca completa, para disfrute del público, había solo un paso.

Sala de lectura en la biblioteca (Adem Altan, AFP/Getty Images)

Con el apoyo del gobierno local, la biblioteca se inauguró en el distrito de Çankaya, Ankara, en septiembre de 2017. Está ubicada en una fábrica de ladrillos abandonada, en la propiedad del departamento sanitario, y ofrece literatura para niños, recursos para científicos y libros para angloparlantes y francófonos, entre otros textos. El espacio también incluye un salón de lectura o para jugar ajedrez. Los libros se prestan por un máximo de dos semanas y, al igual que en cualquier biblioteca pública, los lectores tienen la opción de renovar sus tomos.

El experimento ha resultado ser más exitoso de lo que se esperaba: la biblioteca es tan completa que sus beneficios se han extendido a las escuelas locales, las prisiones y los programas educativos. Los trabajadores de la limpieza urbana de Turquía tienen sus méritos bien ganados, pero en otras partes del mundo también hay gestores comunitarios de la cultura que vale reconocer, como el colombiano José Alberto Gutiérrez, quien durante décadas ha aprovechado su trabajo en la recolección de basura para construir una biblioteca similar en Bogotá, como informó Al Jazeera.

El Ciudadano

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