El Chocó: una deuda medioambiental de Ecuador

Organizaciones y nativos de la zona llevan décadas luchando contra la deforestación para poder salvar las 23.000 hectáreas de biodiversidad que integran el bosque

Por Sofia Belandria

08/09/2020

Publicado en

Medio Ambiente

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En medio de la oscuridad de la noche y de variedad de sonidos de la naturaleza, unos ojos brillantes y saltones llaman la atención a casi 5.000 metros sobre el nivel del mar.

Los ojos pertenecen a una de las especies de ranas que habitan en el Chocó ecuatoriano, un área de bosque húmedo tropical, que se extiende desde Panamá, pasa por la Costa de Colombia y termina en Ecuador.

El Chocó, en general es uno de los ecosistemas más biodiversos del mundo, pero también uno de los más amenazados por la deforestación.

Grave deforestacion

Según un informe de la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA), en Ecuador alrededor del 61% del bosque del Chocó (1,8 millones de hectáreas) se ha deforestado, principalmente en el bosque de elevación baja (menos de 400 metros sobre el nivel del mar), donde la pérdida llega a 1.2 millones de hectáreas.

«Cada día desaparecen más de 100 campos de fútbol de bosque», dice Michaël Moens, director de Conservación de la ONG Fundación Jocotoco.

De acuerdo con datos de la Fundación, desde finales la Segunda Guerra Mundial más del 98% de los bosques nativos de la costa ecuatoriana fueron talados y, en su mayoría, convertidos en plantaciones de palma, sobre todo en la parte oeste de Ecuador.

Rica biodiversidad

El Chocó es hogar de más de 8.000 especies de plantas, de las cuales 25% son endémicas.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad ecuatoriana Ikian y Los Jardines Botánicos de Kew, de Inglaterra, encontró en una hectárea de bosque del Chocó más de 325 especies de árboles, de los que 30 son endémicos.

En el Chocó ecuatoriano también existen unas 140 especies de anfibios y reptiles, entre ellos la ranita diablito, endémica de la zona, la rana chachi y la rana de Cristal.

Los anfibios también se encuentran entre los grupos de invertebrados más amenazados del planeta.

Si el Chocó desaparece, esas especies también lo harán.

Buscan 5 millones

La Fundación Jocotoco inició una campaña para recaudar 5 millones de dólares para salvar las últimas 23.000 hectáreas de Chocó bajo, que tiene un alto grado de endemismo y que conectaría las reservas de Canandé y Tesoro Escondido, de la Fundación, con el estatal Parque Nacional Cotacachi-Cayapas, en el norte de Ecuador.

Según la Fundación Jocotoco, a pesar de décadas de estudio intensivo, los científicos continúan descubriendo, de forma rutinaria, nuevas especies de ranas, serpientes y plantas, cada vez que exploran los restos supervivientes de los que alguna vez fueron vastos bosques del Chocó.

Con las actuales tasas de deforestación, se estima que en pocos años si otros 1.000 kilómetros cuadrados son deforestados, un tercio de las especies de la región se perderán para siempre.

Entre las especies que están en peligro se encuentran unas 62 especies de aves, el mono araña de cabeza marrón, uno de los primates más amenazados del mundo, de cuya especie podrían quedar apenas unos 500 en todo el mundo.

Una inmensa reserva

Si se logra recaudar los fondos y comprar las tierras se creará un corredor ecológico y un área protegida de 300.000 hectáreas; quedarán bajo protección bosque nuboso andino y páramo y se logrará el área protegida más grande en el oeste de Ecuador, que cubriría un rango altitudinal desde el nivel del mar hasta casi 5.000 metros de altura.

Según la Fundación Jocotoco, el establecimiento de esta nueva reserva rescataría a miles de especies de una extinción casi segura y evitaría la liberación de millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, mitigando también los efectos del cambio climático.

«La amenaza más grande del mundo no es el COVID-19; es la pérdida de biodiversidad que ha causado al final que esta enfermedad surja, al igual que el cambio climático», dice Moens.

Moens y la fundación Jocotoco se mantienen optimistas de lograr la compra de tierras; si no se consiguen los 5 millones, se comprará lo que se avance con las donaciones, pero no decaerán los esfuerzos por salvar los ecosistemas.

Hasta la fecha, Jocotoco ha establecido una red de quince reservas, que juntas protegen alrededor de 23.000 hectáreas, que si se crearon para proteger los hábitats de aves amenazadas, también protegen flora y fauna asociada a dichos hábitats.

Esas reservas albergan más de 900 especies de aves, de las que más de 50 están amenazadas o casi amenazadas de extinción en escala global, y más de 100 especies son endémicas regionales o especies de distribución geográfica restringida.

Además, conservan poblaciones de al menos 200 especies de anfibios y reptiles, muchas de ellas amenazadas y varias recién descubiertas.

Mamíferos grandes y raros como el Oso de Anteojos, Tapir de Montaña, Tapir del Chocó, Puma y Jaguar también son protegidos por la Fundación en las reservas que maneja.

Cortesía de Alvaro Mercedes Sputnik

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