En la Región de Los Ríos

Nueva alternativa turística compuesta por 51 iniciativas respeta el medio ambiente y la cultura mapuche

"Primero identificamos los lugares de importancia espiritual y cultural que no podían ser usados por el turismo y luego definimos el patrimonio de uso turístico. Con ello (...) pudimos hacer una oferta pertinente al territorio usando los espacios de manera respetuosa con la naturaleza y también con las visiones espirituales y culturales de los lof mapuche”, destacan los ejecutores de la iniciativa.

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Palabras como “newen” (energía), “chaltu” (gracias) o “trawun” (encuentro) adquieren su real significado y fuerza cuando se repiten en la vida cotidiana de las (os) emprendedoras (es) que participan en el Circuito de Turismo Comunitario Meliko Felen, que tiene como eslogan “Una economía comunitaria para el buen vivir” e incluye a ocho localidades de la Región de Los Ríos cercanas a la comuna de Panguipulli: Huitag, Pocura, Traitraico, Coñaripe, Los Cajones, Liquiñe, Lago Neltume y Punahue.

El circuito, que perfectamente se puede hacer completo durante tres días, está a 103 kilómetros de Valdivia y 880 de Santiago. Se puede llegar a él desde Valdivia o desde el aeródromo de Pichoy. Se recomienda desplazarse por la salida norte de la capital de la Región de Los Ríos, tomar la ruta 5, llegar a la comuna de Lanco, seguir el camino a Panguipulli y luego doblar hacia Huellahue, para continuar por el camino a Lican Ray y bordear por el lago Calafquén, donde se encontrarán con los cinco primeros territorios del circuito: Huitag, Pocura, Traitraico, Coñaripe y Los Cajones. Desde Coñaripe hay que desplazarse hacia el sur para acceder a los otros tres puntos de la ruta: Liquiñe, Lago Neltume y Punahue.

Se recomienda ir en auto –ojalá arrendar un todo terreno-, teniendo un presupuesto por persona de entre $50.000 y $60.000 pesos diarios, con alojamiento. Es decir, se puede disfrutar de todo este circuito por menos de $200.000 por persona durante los tres días. Los servicios que ofrecen las comunidades o quienes participan del encadenamiento productivo de esta ruta son alojamiento (cabañas y camping), termas, gastronomía fusión con identidad mapuche (restaurantes, quinchos y cocinerías), ferias, artesanía, sederos, tinas y productos locales, apicultura, visitas a atractivos naturales (como volcanes, lagos, ríos, cascadas, cerros, muro de lava, entre otros) o culturales (como el Fortín Mapuche en Pocura o la navegación ancestral en el Lago Neltume), entre otros.

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La experiencia cultural de este circuito fue pensada e implementada en el marco del proyecto “Nodo de turismo comunitario y economía solidaria en las zonas de amortiguación del Parque Nacional Villarrica y Reserva Nacional Mocho Choshuenco”, proyecto financiado por Corfo, la Municipalidad de Panguipulli y la Universidad Austral de Chile, y ejecutado por el Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible (CEAM UACh), Bosque Modelo y OMDEL Panguipulli.

Lo más valioso de esta experiencia es que los ingresos quedan en la misma comunidad que participa a través de familias o de agrupaciones formales como la Asociación de Artesanos de Huitag, Comunidad Cacique Llancapán (Huitag), Agrupación de Pequeñas Agricultoras y Artesanas de Pocura, Comunidad Felipe Caripan (Traitraico), Agrupación de Empresarios Turísticos Puwinkul (Liquiñe), Asociación de Turismo Ecológico y Guías de Liquiñe Trekantun, Agrupación de Mujeres Manos de la Cordillera de Liquiñe, Comunidad Mapuche Inalafquén (Neltume) y Comunidad Mapuche Manuel Curilef (Punahue).

Como señala el título del proyecto, el circuito conecta dos espacios de conservación ecológica: el Parque Nacional Villarrica y la Reserva Nacional Mocho-Choshuenco. Además vincula a los lagos Calafquén, Pellaifa y Neltume. Junto a árboles nativos, arbustos y hierbas de la zona, la fauna autóctona no deja de sorprender con sus peucos, chucaos, bandurrias, pudúes, pumas, zorros, cóndores, traros, treiles y pitíos (pájaros carpinteros), entre otros.

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Al respecto, la Directora de proyecto Nodo de Turismo Comunitario y Directora Ejecutiva del CEAM-UACh, Andrea Pino Piderit, comentó que esta iniciativa «demuestra que es posible implementar de manera efectiva estrategias de conservación de la diversidad cultural y biológica en paisajes de alto valor de conservación, en este caso, mediante el fomento de prácticas agrícolas tradicionales y actividades como el turismo comunitario. Lo anterior significaría una disminución en la presión sobre los ecosistemas naturales, favoreciendo de este modo su restauración y la conectividad entre fragmentos o remanentes de bosques. Entonces el turismo, especialmente el de tipo comunitario, aparece como una alternativa de desarrollo económico local que favorece la conservación de la biodiversidad en estos espacios”.

A su vez, Ricardo Millán, Director Regional de de Corfo, planteó: “Hoy existe un turista que busca experimentar de manera autentica las culturas locales contribuyendo al desarrollo de las comunidades sustentable económica y medioambientalmente. El Turismo Comunitario brinda la oportunidad de crecimiento económico y de mejorar la calidad de vida de forma equilibrada. Bajo este contexto es de suma importancia el trabajo coordinado entre el sector público, privado y las propias comunidades; desde el Gobierno y como parte del programa de la Presidenta Michelle Bachelet, lo que estamos haciendo, es coordinar este esfuerzo en común para que la actividad turística se enfoque en cuidar preservar y conservar, los recursos naturales y cultura local”.

Mientras de fondo suena como un rugido el río Ñilfe; el Coordinador del nodo e investigador del CEAM-UACh, Guillermo Pacheco, explicó que en el Circuito Meliko Felen “desarrollamos metodológicamente estos productos de una manera muy distinta a la lógica clásica del turismo con el objeto de que sean pertinentes a la cultura mapuche y rural. Primero identificamos los lugares de importancia espiritual y cultural que no podían ser usados por el turismo y luego definimos el patrimonio de uso turístico. Con ello, de alguna manera pudimos hacer una oferta pertinente al territorio usando los espacios de manera respetuosa con la naturaleza y también con las visiones espirituales y culturales de los lof mapuche”.

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Vinculado a lo anterior, el investigador del nodo y del CEAM UACh, Christian Henríquez, señaló que “Panguipulli no es cualquier territorio, ya que aquí hay distintas actividades productivas que están pensadas o proyectadas al futuro. Entonces lo que han venido haciendo las comunidades mapuche es defender su territorio y una de las herramientas que han encontrado hace aproximadamente tres o cuatro años es el turismo de base comunitaria. Ellos relatan lo que hacen en su territorio, cuál es su pertenencia, por qué se oponen a ciertas actividades productivas y que la gente entienda que no es una contradicción al desarrollo. Justamente ellos quieren participar, tomar decisiones y ser parte de estos procesos”.

Conociendo una parte del circuito

El equipo a cargo del proyecto organizó un tour para la prensa (fam-press), el cual se realizó el martes 30 de junio. La experiencia comenzó la tarde del lunes en Coñaripe, donde el grupo se instaló en las cabañas Antu Majen, las cuales están construidas en madera y muy bien calefaccionadas, transformándose en el lugar perfecto para disfrutar de la tranquilidad, siendo posible, por ejemplo, escuchar y ver a un pájaro carpintero (pitío) a un par de metros o, un poco más tarde, apreciar una luna llena espectacular.

El grupo de periodistas tomó once en el Quincho Donde la Nina camino a Liquiñe; durante el cierre del Encuentro de Turismo de Base Comunitaria del Circuito Meliko Felen, en el que participaron 35 emprendedores (as) de comunidades mapuche y rurales pertenecientes a las localidades participantes en el proyecto. En este lugar, Anta, una niña del sector, interpretó en mapudungún la conocida canción infantil “Las manitos”.

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A continuación se trasladaron, y esto ya como parte del programa oficial del fam-press, al comedor campestre Lelfün Iyael, donde se pueden encontrar “wancos” o asientos mapuches. Allí hizo una introducción histórica Beatriz Chocori, quien se refirió al Parlamento de Coz Coz –descrito también en un libro del autor Aurelio Díaz Meza-, el cual se realizó en la zona de Panguipulli el 18 de enero de 1907 con el objeto de defenderse de los atropellos de los colonos, haciendo llegar posteriormente incluso un reclamo al Presidente de la República de aquel entonces. Uno de los problemas de esa época se produjo con la industria maderera que prohibió la navegación ancestral con “wampos” que eran canoas de laurel.

Consultada sobre este Nodo, Beatriz Chocori -profesora de historia y también integrante de la organización Parlamento de Coz Coz- señaló que el turismo comunitario “es una oportunidad que permite a las comunidades locales desarrollar iniciativas que generan ingresos, también dan empleo pero respetando el entorno cultural, local y ambiental porque es la forma en que cada familia o cada agrupación de alguna manera contribuye a resguardar al territorio. A través de la formación y mirada que ellos tienen del territorio permite mostrar al visitante los valores y principios de la cultura mapuche, la visión que como pueblo tenemos del territorio y también compartir esa experiencia”.

Con un lonco y una cuentacuentos en Traitraico

Difícil de olvidar a este matrimonio tan cariñoso compuesto por un lonco y por su esposa, que es cuentacuentos. A primera hora de la mañana el lonco Genaro Caripan (de 73 años) esperaba al grupo en una parte del territorio de la Comunidad Mapuche Felipe Caripan que se encuentra junto al lago Calafquén y colindante con casas de veraneo, espacio en disputa que le ha traído no pocos problemas. La autoridad ancestral recuerda el título de merced que le dejó su abuelo y relata su historia personal y familiar en una forma particular que mezcla con soltura el presente, el pasado, la realidad y la cosmovisión mágica del pueblo mapuche. Acompañado de su hijo mayor Genaro Washington, invita a recorrer la playa mientras se escuchan gaviotas en la fría y neblinosa mañana.

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En otro sector de Traitraico el lonco acompañó a los periodistas para conocer a su esposa Erminda Huilipan, conocida como la “Ñaña Willi”, que rescata la antigua tradición oral de contar cuentos mapuches (epew). Mezclando libremente el español y el mapudungún, el visitante siente que podría pasar muchas horas aprendiendo de esa sabiduría pretérita, aunque en esta oportunidad solo pudo contar una historia que deja como enseñanza la importancia de respetar y acordarse de los muertos (aspecto importante en la cultura de este pueblo) y un simpático y divertido relato protagonizado por un zorro y una perdiz. Mientras la ñaña relató que fue su abuela que haciéndose la sorda le inculcó el mapudungún, el amarillo intenso de los huevos de campo revueltos no pasaron indiferentes, al igual que las tortillas al rescoldo, el queso artesanal, la mermelada de mora, las sopaipillas fritas y el café de trigo.

Hierbas medicinales y feria cerca del lago

Los punteros del reloj avanzaron rápido y ya era mediodía. El circuito continuó en Pocura Alto donde Dominga Catricura guió una breve caminata a un sendero que tiene como destino el río Ñilfe, cuyo sonido genera una paz mental capaz de conectarnos a esa relación cósmica de la cultura mapuche con la naturaleza, donde el volcán Villarrica o Rucapillán es un ser pendenciero que le pega a todos sus pares, como por ejemplo al Mocho-Choshuenco.

Dominga también mostró su faceta de lawentuchefe, que en la cultura mapuche provee plantas medicinales a las machis, quienes –dice- le piden mucha ruda, planta que se usa contra los dolores agudos de estómago y sobre todo contra los malos espíritus y el famoso “mal de ojo” cuyo síntoma es la fiebre. En su enorme huerta e invernadero explicó que el natre regula la presión, el quintral de maqui para tratar la diabetes, el matico como cicatrizante y el toronjil para la pena. Aseguró que “el Nodo es bueno, lo máximo. Su orientación y su fórmula que tienen nos ayudó cantidades. Nos sacó de muchas dudas, de muchas cosas que acá carecían también. La orientación fue muy buena”.

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Tras abandonar esta casa con una bella vista panorámica del lago Calafquén, los visitantes viajaron a la Feria de Pocura, llamaron la atención en el almuerzo, además del asado de carne y las papas bastante tiernas para la época del año, la ensalada de quínoa y las sopaipillas con semillas de esta misma especie. Sumaron puntos a la experiencia la cercanía al lago, los tejidos en lana que ofrecen las artesanas y los frascos de mermeladas.

Visiblemente emocionada, María Elsa Pichumilla, Presidenta de la Agrupación de Pequeñas Agricultoras y Artesanas de Pocura, manifestó: “Tengo una muy buena opinión –del Nodo- y espero harto de él. Nos has ido enseñando que nosotros podemos. La gente se está creyendo esto y por eso buscamos formas de cómo capacitarnos más para entregar un mejor servicio tanto en gastronomía como en artesanía y entregar valor agregado a los productos que ya están”.

Fortín mapuche y naturaleza montañosa

El tour continuó en Pocura con la visita al Fortín Mapuche perteneciente al matrimonio de Segundo Chincolef y Edith Huenumán quien preparó en vivo las tortillas que luego cocinaron al rescoldo, en medio de las cenizas y la arena. Tras probar la chicha de manzana, los catutos con miel, kuchen y galletas, la hija Angélica Chincolef, guía local y tour operadora, entregó detalles de este fortín, comentando que, a diferencia de los de origen español, los mapuches los construyeron hacia abajo, como trinchera. “Es un emprendimiento que viene de generación en generación en la familia Huenumán. Por lo que se ha averiguado y lo que datan los restos arqueológicos, tiene más de 500 años de antigüedad, por las muestras que se han encontrado, y ahora estamos tratando de restaurarlo para darlo a conocer a la gente”, comentó Angélica, quien lució unos visibles aros de plata con diseños mapuches. Este fortín tiene unos dos metros de profundidad y la trinchera forma una especie de rectángulo con vista al lago, contando con un boldo de tronco ancho a la entrada que aseguran tiene más de 500 años.

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A continuación el grupo regresó a Coñaripe para iniciar la subida a la localidad de Los Cajones, camino al Parque Nacional Villarrica, aumentando el frío y las dificultades de un camino que cuando nieva requiere de cadenas en los vehículos para desplazarse, como informan algunos letreros. Tras conocer la Ruca de Karen, la delegación se dirigió unos kilómetros más arriba a conocer, antes que desapareciera el sol, la cascada que cae sobre las Termas del Rincón.

Se volvió a bajar al kilómetro 17 de Los Cajones para cenar en el quincho Tañi Ruca, donde el piso es de una rojiza piedra volcánica y al centro tiene un enorme tronco de mañío arrastrado por una yunta de bueyes al lugar. Al calor de una enorme chimenea se pudo disfrutar, entre otras exquisiteces, de pisco sour con miel y menta, jugo de maqui, chicha de miel y postre de leche con quínoa.

“Es esperanzador porque uno ve que hay organización local, comunidades que están redescubriendo su propia identidad y recuperando saberes antiguos a través del turismo. Es una actividad económica y que es amigable con el medio ambiente, y conecta con nuestra cultura y cosmovisión en una zona bajo amenaza de proyectos de inversión, de hidroeléctricas, energéticas. Que la gente apueste por estas salidas que tienen un trasfondo medioambiental y cultural yo lo encuentro muy positivo. Valorar también que la Universidad Austral también participa en esta instancia”, comentó el periodista Pedro Cayuqueo, quien participó en el fam-press.

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Antes de conocer el circuito compuesto por 51 iniciativas se recomienda visitar las páginas web www.trawun.cl y www.melikofelen.cl

Texto e imágenes: José Luis Gómez Guenchor

Periodista colaborador Nodo de Turismo Comunitario

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