Miniserie pone el dedo en la llaga

“Zamudio”: el Santiago violento y homofóbico que no mostraba la tele

La producción audiovisual inspirada en el libro del periodista Rodrigo Fluxá, “Solos en la noche”, fue estrenada este domingo por TVN, generando diversas reacciones entre los televidentes. Contenido sexual, social y el destape de un escenario común pero poco visible, fueron las pautas que marcaron el primero de los cuatro capítulos de la miniserie dirigida por Juan Ignacio Sabatini.

Por Carlos Montes

31/03/2015

Publicado en

Chile / Medios

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zamudio

La producción audiovisual inspirada en el libro del periodista Rodrigo Fluxá, “Solos en la noche”, fue estrenada este domingo por TVN, generando diversas reacciones entre los televidentes. Contenido sexual, social y el destape de un escenario común pero poco visible, fueron las pautas que marcaron el primero de los cuatro capítulos de la miniserie dirigida por Juan Ignacio Sabatini.

La recreación de las páginas es una biografía y cronología de los días previos al asesinato de Daniel Zamudio en 2012. Al mismo tiempo, cuenta el contexto social en la que se encontraban todos los implicados la noche del 2 de marzo en el Parque San Borja, cuando este muchacho de 24 años fue brutalmente agredido por un grupo de neonazis. La producción comienza con feedbacks de lo que fue el comienzo del encuentro entre Daniel y los ahora cuatro imputados, dejando entre ver pequeños momentos que acabarían con el descenso de un cándido y alegre Daniel Zamudio.

Fluxá destapó varias opiniones con la aparición de su libro, la mayoría críticas que apuntaban al hecho de humanizar, describir y evidenciar que probablemente los autores del brutal crimen homofóbico no hayan cometido aquél hecho precisamente por el repudio a su condición sexual, sino que las situaciones de vida y los ataques de ira generados por un descontento puntual serían finalmente los gatillantes que culminaron con este encuentro lamentable para ambas partes. Partiendo por mostrar a un Patricio Ahumada (Core) viviendo bajo el Mapocho, luego de que su padre lo sacara de la casa junto a su joven y embarazada polola. O a un Alejandro Angulo renunciando a su sueño de bailar flamenco en España por culpa del egoísmo de una madre que espera la pensión alimenticia que, obviamente, nunca llega.

La tesis que sostiene el libro sería de que a Zamudio no lo mataron por su condición gay y eso también es lo que la miniserie deja en claro cuando exhibieron el espiral de agresión y crueldad en que coexistían Raúl López, Patricio Ahumada, Fabián Mora y Alejandro Angulo al momento de cruzarse con Daniel Zamudio en las cercanías del Parque San Borja, pero ¿es realmente válido aquél juicio?, si Zamudio no hubiese sido homosexual y no se hubiese mostrado como tal probablemente hoy estaría más cerca de lo que, como cuenta la serie, era su sueño: ser famoso, o al menos conocido por quienes eran sus ídolos, entre los cuales se encuentra Alex Andwanter, también joven director y guionista de la próxima película basada en la historia del 2 de marzo en la noche.

El joven asesinado se ha convertido en una víctima que simboliza la homofobia reinante en nuestra sociedad y su muerte dio paso a una serie de avances, destapes y espacios de discusión para la comunidad LGBT, desde su brutal e inhumano crimen el 27 de marzo de 2012, cuando Daniel dejó de existir tras 25 días de lucha, sufrimiento y cámaras en las dependencias de la Posta Central.

Para los actores que demandan políticas que beneficien la diversidad sexual, el libro se encontraría en una posición ajena y distante a lo que en realidad ocurrió, y si bien no desvalorizan el trabajo periodístico y las 94 entrevistas que dieron vida a la obra de Rodrigo Fluxá, finalmente lo tildan de clasista, homofóbico y que busca lucrar a través de esta investigación. A pesar de lo anterior y con relación a la miniserie, hay voces que creen que se trata del comienzo de la apertura a la realidad de un nuevo país,que vive un nuevo contexto sociocultural, mostrando verdades que años atrás hubiese sido impensado de ver en la televisión abierta.

Luis Larraín, presidente de la Fundación Iguales, en conversación con El Ciudadano señala que no está de acuerdo con la conclusión que plantea Fluxá en su libro y establece que fue un error comparar el asesinato de Daniel con la condición social en que vivían:“las categorías de discriminación hacia una sola persona son muchas y se suman al hecho de que no es lo mismo ser gay de clase baja a uno de clase alta”. Los principios de interseccionalidad afectan de distintas formas y tienen que ver tanto con la vulnerabilidad, el poco apoyo familiar o la segregación en que se pueden ver envueltos los jóvenes.

Larraín cree que la miniserie fue un progreso para la televisión chilena, que si bien no representa al conjunto completo de la realidad homosexual en Chile, sí encarna a un gran número de personas que viven en el mismo contexto social.Destacó, además, que la escena de sexo exhibida en un capítulo fue realista y lo más parecida a una escena heterosexual, aplaudiendo el que por primera vez en la televisión se mostrara el sexo como algo natural, cotidiano y romántico, tanto para las personas de sexos opuestos como para los homosexuales.“Vemos escenas del mismo calibre sobre parejas heterosexuales, entonces por qué no mostrar a personas del mismo sexo en estas actitudes. De hecho, ojalá se muestren más seguido”, señaló el dirigente de Iguales.

La serie “Zamudio”, refleja todo lo que esperábamos ver en televisión: Realidad, crudeza, sexo y el verdadero desenfreno al que estamos expuestos los jóvenes. Tanto como para quienes se banderizan con cierta tendencia sexual, como para quienes poseen un espíritu más libre y deciden no formar parte de las distintas estructuras y parámetros que nos impone la sociedad. Finalmente, podemos esperar muchas reacciones tanto buenas como malas, pero la realidad, la cotidianeidad y las vivencias no se pueden representar con cuatro capítulos, sí podemos acercarnos a lo que apuntábamos al principio, el destape y la cuota de rudeza e inclemencia que necesitan los medios en el país, para que así de una vez por todas dejemos de asombrarnos por imágenes y escenas que están siempre a nuestro alrededor. La calle, el metro, la micro y el trabajo son espacios donde todos los días están pasando las mismas cosas que muestra la serie, entonces, ¿por qué el repentino espanto de los más conservadores? Dejemos que sigan los comentarios y así mismo dejemos entrar a la televisión al mundo de la realidad sin recortes ni censuras.

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