Urge buscar nuevas estrategias de conservación ambiental

El 3% de la superficie terrestre permanece libre de la influencia humana

Un estudio reveló que son muy pocas las zonas en el planeta que no han sido perturbadas por la acción de los humanos. Además no todas están protegidas legalmente, por lo que urgen acciones para conservarlas

Por Gerardo Sifuentes

Sólo 2.8% de la superficie terrestre permanece íntegra en términos ecológicos; con su población animal y área de distribución respectiva sin grandes cambios en los últimos siglos. Pero únicamente 11% de estas mismas zonas se encuentran localizadas en algún tipo de área natural protegida; por lo que resulta urgente buscar nuevas estrategias de conservación ambiental. Esto fue revelado en los resultados de una investigación reciente publicada en la revista científica Frontiers in Forests and Global Change.

Durante años, la llamada integridad ecológica de un ambiente natural se ha medido según el impacto antropogénico, la huella humana debido a la urbanización, agricultura o ganadería; por lo general utilizando como referencia imágenes satelitales.

Bajo esta perspectiva, se ha calculado que entre 20 y 40% de las áreas naturales tienen una afectación mínima ocasionada por los humanos. Pero este resultado es engañoso; puesto que la ausencia de fauna ya sea por su extinción, extracción o reducción de su área de influencia, ha sido un factor determinante que pone en riesgo el equilibrio de los ecosistemas.

Áreas de distribución de 16 especies de mamíferos

En el nuevo estudio, que contó con la participación de la doctora Ella Vázquez Domínguez, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM. Se tomó en cuenta, entre otros datos, las áreas de distribución de 16 especies de mamíferos de talla grande; algunos depredadores superiores, los cuales a menudo son las primeras especies que se pierden por el impacto antropogénico, y cuya presencia es indicador de integridad de un ecosistema.

La aportación de la doctora Vázquez Domínguez, dentro del equipo internacional de científicos que participaron en el estudio; consistió en analizar la pérdida de área de distribución de cuatro especies de osos (género Ursus), junto con las otras 12 evaluadas (desde elefantes, especies de chimpancés y gorilas, jaguares, etc.). Se determinó qué áreas terrestres a nivel mundial ya no cuentan con una densidad mínima de dichas especies (han sido extirpadas).

Con esta información se elaboró un índice de integridad funcional; que sumado a información sobre índices de integridad de hábitat y faunística, se pudo determinar el porcentaje de la superficie terrestre (en áreas de 10,000 km2 o más), que tiene integridad ecológica; es decir, comunidades íntegras donde aún se mantienen en funcionamiento sus procesos ecológicos y evolutivos.

“La distribución de especies ha ido cambiando durante milenios debido a la actividad humana”

«Elegimos centrarnos en los cambios que se han producido desde el año 1500 d.C. Porque esta es la fecha de referencia para evaluar las extinciones de especies dentro de la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional  para la Conservación de la Naturaleza”

Artículo

Superficie terrestre faunalmente intacta

De los resultados que arrojó el análisis se obtuvo un nuevo mapa con base en el número de especies extirpadas, en el que se estima que no más del 2.9% de la superficie terrestre puede ser considerado faunalmente intacto. Pero además, al tomar los datos de distribución de hábitat y densidad para los grandes mamíferos analizados; el mapa se redujo al 2.8% de la superficie terrestre que podría considerarse funcionalmente intacto.

Estos resultados llaman a tomar acciones urgentes. Pues solo el 11% de dichas áreas funcionalmente intactas que fueron identificadas están incluidas dentro de áreas protegidas por los gobiernos del mundo.

Los realizadores del estudio, encabezados por Andrew J. Plumptre, del departamento de zoología de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), tienen algunas propuestas para solucionar de alguna manera este problema. Aunque se trata de una especulación, se estima que de volver a introducir entre una a cinco especies en algunas zonas afectadas, se podría recuperar 20% de su integridad.

Como ejemplo citan la cuenca del río Congo, en África, lugar donde podrían reintroducirse elefantes, cuya población ha disminuido debido a la extracción, o algunos de los grandes ungulados como búfalos, jirafas y cebras; mismos que se han perdido en gran parte de las selvas y sabanas de África debido a la caza excesiva.

Otras áreas de oportunidad para ser recuperadas están ubicadas en el este de Rusia (Siberia), norte de Canadá y Alaska, la cuenca del Amazonas y partes del Sahara. La doctora Vázquez Domínguez menciona que:

«En México existen áreas naturales que demandan mayor protección para recuperar su integridad; como la selva caducifolia semiseca de la costa del Pacífico o las zonas de manglar»

Ella Vázquez Domínguez
Investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM

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