El Ecosistema-BUAP es una hiedra venenosa

Docentes y estudiantes virtuales: fáciles de controlar y manipular para desterrar de una vez por todas la educación presencial y humana

Por El Ciudadano México

12/10/2022

Publicado en

Columnas / México / Puebla

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Por: Guadalupe Grajales

Es indudable que el Ecosistema-BUAP es la punta de lanza para acabar con la función esencial de la universidad: la educación crítica y la formación de la conciencia ciudadana en medio de la socialización y aculturación que, por definición, son colectivas y comunitarias, de convivencia amable e interactiva entre sus miembros, de interés mutuo por los problemas y preocupaciones comunes a todos.

Acceder a esta plataforma equivale a abandonar un proyecto de vida. Para el estudiante significa renunciar a la mejor forma de educación posible, la presencial; y para el docente significa renunciar a la carrera académica emprendida por una vocación magisterial.

El ser humano no puede estar al frente de su propio proyecto de vida cuando es orillado, obligado, presionado, coercionado para emprender las acciones conducentes a su realización. Una cosa es actuar dentro del marco de las normas establecidas y aceptadas que regulan la vida académica dentro de la universidad, y otra muy distinta es aprovechar las posiciones de poder para usurpar funciones y doblegar, a fuerza de amenazas, al personal docente, depositario y verdadero responsable de la educación impartida por la universidad.

Así lo hace la Dirección de Educación Superior de la Vicerrectoría de Docencia cuando “invita” a los docentes a reportar su actividad académica en la plataforma creada para el efecto, para “abonar” a la meta de “Revisión, actualización y aplicación de los esquemas de reconocimiento y evaluación del desempeño docente para el 2023”. Más claro ni el agua. Dicen que no es obligatorio, pero si no reportan sus actividades en esa plataforma no serán tomados en cuenta para efectos de promoción, definitividad, becas, y todo el sistema de estímulos creado para mantener al magisterio en el más absoluto de los precariatos salariales.

No existe ambiente más favorable para que el propio docente actúe en su contra que el del aislamiento e incomunicación a que nos condujo la pandemia, ambiente que la administración de la universidad se ha encargado de mantener a pesar de que las condiciones sanitarias se han modificado radicalmente.

Como depredadores buscan aislar a su presa para dar cuenta de ella fácil y cómodamente.

El discurso ha cambiado, ya no hablan de «estímulos» sino de «reconocimiento«, pero la lógica sigue siendo la misma. Parten de una concepción absolutamente negativa del docente: está deficientemente preparado (por eso la escuela de formación docente), es flojo (por eso tiene que llenar una plataforma con actividades), es deshonesto (por eso debe presentar “evidencias” de todo lo que dice que hace), es ambicioso (por eso una actividad sólo le vale o una constancia o una compensación económica), es débil (por eso es fácilmente manipulable).

Para muestra un botón. Vean la Convocatoria emitida el 12 de octubre de 2022 por la Facultad de Derecho y dirigida a los docentes de la misma. Se convoca a los que “deseen impartir un módulo en el Seminario de Titulación con remuneración económica.” Les piden cubrir en total 14 requisitos, entre los que resalta la Carta de cesión (en el original dice “sesión” pero no me atrevo a repetir el garrafalazo, ni con el “sic” de por medio) de derechos de autoría. Lo dicho, exprimido no tienes el menor valor porque “tu” curso se vuelve auto-gestivo o de propiedad comunal. Y para cerrar con broche de oro la “Nota: En caso de participar bajo el concepto de constancias, no será remunerado económicamente, por tanto, no presentará la emisión de recibo de honorarios.”

Y como ya es costumbre, la convocatoria emitida no se ciñe a ninguna norma vigente, sólo se habla de los “lineamientos y requisitos de ingresos y egresos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla” que, como ustedes saben, no son normas aprobadas por el Consejo Universitario, único órgano facultado para hacerlo y, por lo tanto, no tienen ninguna validez.


¿Y qué hay de los estudiantes? Aquellos interesados en llevar el Seminario de Titulación.

Indudablemente, son los conejillos de Indias, puesto que llevarán módulos con nombres de materias, quién sabe en qué consista la diferencia entre unos y otras, pero de seguro que se impartirán a través de la plataforma, a distancia, y que se den de santos por la “gran oportunidad” que la facultad les ofrece de titularse. Si no la aprovechan, ya es problema de ellos, no de la institución.

Esta administración no pierde el tiempo. El Ecosistema-BUAP empezará como hiedra venenosa a extenderse a toda la vida académica dentro de la universidad para desterrar de una vez por todas la educación presencial y humana.

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