La columna de Onel Ortiz

La consulta va

Desdeñar, ignorar o boicotear la consulta son acciones que al final juegan a favor de aquellos que siempre se han opuesto a la inclusión de instrumentos de democracia directa en nuestro país

Por Onel Ortiz

28/06/2021

Publicado en

Columnas / México

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@onelortiz

Por varias razones es importante participar y promover la consulta para juzgar a los actores políticos del pasado; es decir, para juzgar a los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

Antes de exponer dichas razones tres precisiones. Primero, no debe confundirse la justicia con la democracia. Si las autoridades cuentan con elementos que vinculen a alguno de los expresidentes de México con hechos delictivos deben proceder. La acción de la justicia no depende de ninguna consulta. Segundo, políticamente los expresidentes ya fueron juzgados por la ciudadanía, tanto que Andrés Manuel López Obrador gobierna el país. Tercero, un factor de política real. En el sistema político mexicano ningún presidente ha juzgado a sus antecesores, no se trata necesariamente de impunidad, sino de estabilidad y gobernabilidad.

Muchos deseábamos que la consulta de agosto fuera en otras condiciones. Por ejemplo que la pregunta fuera clara; que se realizara el mismo día de las elecciones intermedias, no dos meses después; que no fuera en un clima crispado por las descalificaciones, es más, que dicha consulta fuera referente a un tema de mayor trascendencia nacional. Sin embargo, más allá de estos aspectos cuestionables y cuestionados, es la primera consulta en México que se realiza con base en la Constitución, con una pregunta revisada, corregida y aprobada por la Suprema Corte y organizada por el INE. Es decir, se trata de un ejercicio legal y legitimo, ante el cual la ciudadanía está convocada.

Algunos intentan descalificar a la consulta por su costo, diciendo que ese dinero debería destinarse a la compra de medicamentos u otros insumos más importantes. La consulta básicamente se realizará con economías del INE; el problema de la adquisición de medicamentos es una cuestión de abastecimiento, no de recursos.

Desdeñar, ignorar o boicotear la consulta son acciones que al final juegan a favor de aquellos que siempre se han opuesto a la inclusión de instrumentos de democracia directa en nuestro país. No piense sólo en la derecha, en ambos polos del espectro político hay grupos y personajes que les conviene que la población no participe en las decisiones importantes del país, desean que el poder siga como botín de la clase política.

La consulta servirá para traer a la memoria de algunos y para que nuevas generaciones conozcan cómo se gobernó el país en los últimos 30 años. ¿De verdad todo ha sido despojo y calamidades? Los expresidentes tienen la oportunidad de volver a la escena pública, defender  sus decisiones cuando estuvieron al frente del país.

En 1993, participé en la organización y convocatoria del plebiscito ciudadano para que el entonces Distrito Federal pudiera elegir a sus gobernantes. Participaron sólo alrededor de 300 mil ciudadanos. Pero en 1997, elegimos por primera ocasión a un jefe de gobierno. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se intentó llevar a consulta la reforma energética. El Intento no superó la aduana de la Suprema Corte a pesar de que se habían reunido el número necesario de firmas. México está rezagado respecto a Europa y Latinoamérica en materia de figuras de democracia directa. La consulta de agosto es el primer paso para que nuestra democracia camine en ese sentido.

Personalmente, con o sin consulta sí deseo que varios expresidentes sean juzgados por corrupción, enriquecimiento ilícito y otros delitos que cometieron o participaron bajo el manto de impunidad del Poder de la Presidencia. Eso pienso yo. ¿Usted que opina?

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