Tokio 2020: un vistazo a Japón

Meiji Tenno, el emperador que abrió las puertas de Japón

El emperador modernizó a un país que había pasado dos siglos separado del resto del mundo

Meiji Tenno gobernó Japón de 1868 a 1912. Fueron 44 años que transformaron por completo a esa nación; arrebató el poder al Shogun y abrió las puertas de un país que había pasado casi dos siglos separado del resto del mundo.

Nacido como Sachinomiya, cambió su nombre cuando subió al trono como marca la tradición, mismo nombre que sirve para nombrar la época durante la cual gobernó. En este caso, la Era Meiji, que significa “gobierno iluminado” en japonés.

Curiosamente, la vida de Meiji inició fuera de palacio, ya que fue hijo de una de las concubinas del emperador Komei, quien vivía en una casa aledaña al castillo.

En 1853, una flota de barcos estadounidenses arribó a Japón, una nación que llevaba un par de siglos recluida. La flota traía una propuesta del presidente de EU para iniciar un tratado comercial.

La ley japonesa prohibía incluso recibir documentos de un extranjero, pero los años de reclusión habían dejado como saldo un ejército debilitado, que ni siquiera contaba con fuerza naval, lo que lo obligaba a recibir a los visitantes por el miedo a sufrir una derrota en caso un enfrentamiento.

Meses después llegaron navíos rusos con una propuesta similar. Si un conflicto con Estados Unidos provocaba temor, uno con Rusia era impensado, ya que tenía un ejército mucho más fuerte.

El emperador Komei, padre de Meiji, decidió levantar algunas de estas restricciones para tratar con los extranjeros, por lo que fue duramente criticado.

El fin del shogun

Durante casi dos siglos, los emperadores japoneses eran más bien figuras decorativas, el verdadero poder lo ostentaba el jefe del ejército, el shogun, cargo que pertenecía desde 1603 a la familia Tokugawa.

Fueron estos mismos shogunes quienes habían cerrado las puertas del país y quienes habían prohibido incluso construir barcos grandes para impedir que los japoneses comerciaran con otros países.

Komei murió de forma sorpresiva al cumplir 35 años, aunque se sospecha que fue envenenado, y el joven Meiji, de 14 años, tuvo que subir al trono, aunque debido a su corta edad tuvo que esperar un año para ser coronado.

El emperador Meiji cambió la capital de Kioto a Edo, desde donde inició su proyecto de restauración.

Promulgó su Juramento Imperial, que ordenaba instalar asambleas para discutir públicamente los asuntos de gobierno. También proponía buscar del conocimiento más allá de sus fronteras.

Japón se regía aún por un sistema económico feudal que concentraba la riqueza en un grupo de caciques, llamados daimios, a quienes despojo de sus tierras pero, a cambio, convirtió en gobernadores.

Se estableció la propiedad privada y se comenzaron a cobrar impuestos a la producción agrícola.

Con lo recaudado, Japón construyó un poderoso ejército terrestre y naval; además de comenzar la industrialización de las zonas urbanas.

Los opositores

Uno de los grupos más afectados por el nuevo gobierno fue el de los samuráis, antiguos guerreros que ahora no tenían a quien servir. Vino la llamada Rebelión Satsuma, ganada por el ejército imperial, que significó la desaparición de los samuráis del Japón moderno.

Pese a la occidentalización que sufría el país, Meiji Tenno tomó un rumbo nacionalista para la educación, basando su modelo en las enseñanzas filósofo chino Confucio y el Sintoismo, o Shintō, la segunda religión más importante de Japón.

Con un ejército poderoso, Japón se convirtió en un imperio que anexó a Corea en 1910, y la mantuvo como su territorio hasta la Segunda Guerra Mundial.

Tras casi medio siglo en el trono, el emperador Meiji murió en 1912, dos años antes de la Primera Guerra Mundial; lo sucedió su hijo, el emperador Taisho.

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