¿Sabes qué hay detrás de la historia oficial y la “heroicidad” en la Batalla de Puebla?

La idea de que Ignacio Zaragoza dirigió la contienda en los Fuertes "es falsa"; una teoría es que el general “se sentía mal”, la otra, que “se estaba curando una borrachera”; lo cierto es que lideró a sus tropas desde el Templo de los Remedios en el Barrio de la Luz, de acuerdo al historiador José Iván Camacho

El conflicto armado entre franceses y tropas del Ejército de Oriente el 5 de Mayo, de 1862, en la ciudad de Puebla podría tratarse de una de las primeras batallas transmitidas en vivo, ese es uno de los datos que pocos poblanos conocen de la Batalla de Puebla.

Para el historiador José Iván Camacho, lo sucedido en Puebla el 5 de mayo de 1862 es un acontecimiento importante al reforzar en ese entonces las idea de “soberanía nacional”, y “nacionalismo” en la sociedad mexicana, y más específico, en la poblana, a pesar de desconocer qué fue lo que pasó aquel día.

“En sí, la única relevancia de la batalla es la de un refuerzo del mito de soberanía nacional, la cual se convierte en una pequeña victoria moral para los mexicanos, pero no pasa de ahí, ya que, al año siguiente, la ciudad de Puebla caería contra los franceses”

Explicó que para las primeras décadas del México independiente el país experimentó un periodo inestable social, política, y económicamente, lo que propició que la nación adquiera una deuda externa con países europeos.

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Derivado de lo anterior, el 8 de diciembre de 1861 desembarcaron en el Puerto de Veracruz tropas españolas, británicas, y francesas para invadir México, por el adeudo de cerca de 13 millones de pesos que sostenía el gobierno mexicano, encabezado por Benito Juárez García.

Manuel Doblado, en ese entonces ministro de Relaciones Exteriores de México se trasladó a Veracruz para negociar con Juan Prim, representante español, y lord John Russell de Inglaterra, quienes el 19 de febrero de 1862 firmaron los Tratados Preliminares de la Soledad.

Sin embargo, Jean Pierre Isidore Alphonse Dubois, representante francés, se negó a negociar con las autoridades mexicanas, ordenando a sus tropas invadir el país a finales de febrero de 1862, con la encomienda de llegar a la capital del país, y para ello, primero debían cruzar territorio poblano lo cual sucedió a inicios de mayo de 1862.

Teniendo conocimiento de esto, el presidente Benito Juárez, encomendó al general Ignacio Zaragoza encabezar la defensa de la ciudad de Puebla, sin embargo, a falta de elementos militares para la misión, se vio en la necesidad de traer a pobladores de la Sierra Norte del estado, especialmente, de los municipios de Zacapoaxtla, Tetela de Ocampo, Cuetzalan, Nauzontla, Xochiapulco, Xochiatlán, Chignahuapan, y Zacatlán entre otros.

Fue así como, el 5 de mayo de 1862, cerca de 6 mil soldados franceses comandados por Charles Ferdinand Latrille, mejor conocido como el Conde de Lorencez llegaron al nororiente de la ciudad de Puebla, donde fueron derrotadas en la zona de los Fuertes de Loreto y Guadalupe por un batallón improvisado, compuesto por poco más de 4 mil efectivos, en su mayoría campesinos e indígenas de la Sierra Norte del estado.

Después de dos años de estar suspendido el desfile de la Batalla de Puebla, este jueves se realizará con la presencia del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador./Foto: Agencia Enfoque

De los datos no conocidos

A pesar de la relevancia de aquel suceso, el historiador reconoció que hay muchos datos relacionados con la Batalla de Puebla que muchos poblanos no conocen a causa de la historia oficialista para mantener un “mito” de “heroicidad” sobre lo acontecido el 5 de mayo de 1862.

Por ejemplo, detalló que la idea de que Ignacio Zaragoza dirigió la batalla en los Fuertes, es falsa, pues, hay dos teorías, la primera, refirió se trata de que el general “se sentía mal”, en tanto que la segunda, indica que “se estaba curando una borrachera”.

Lo cierto es que Zaragoza lideró a sus tropas desde el Templo de los Remedios en el Barrio de la Luz, lugar de donde no salió al ser un punto medio entre la zona de los Fuertes y la Catedral de la Ciudad, por lo que el batallón “improvisado” fue dirigido por los generales Miguel Negrete, Felipe Berriozábal, Juan Nepomuceno Méndez, Juan Crisóstomo Bonilla, Juan Francisco Lucas, Antonio La Madrid, Antonio Álvarez, y Porfirio Díaz.

El historiador afirmó que otro dato desconocido del acontecimiento, es que fue una de las primeras batallas armadas “transmitidas en vivo”, al ser enviados telegramas desde el Templo de los Remedios a Palacio Nacional.

En Palacio Nacional, Miguel Blanco, ministro de Guerra y Marina, entregaba los informes que llegaban desde Puebla a los integrantes del Congreso Nacional, para posteriormente salir a uno de los balcones a gritar los pormenores de la batalla a la población.

En tanto que, en las principales calles de Puebla, algunos estudiantes docentes de la Compañía del Carmen, así como algunos habitantes de la ciudad, se aglomeraron en diferentes zonas para evitar que la Angelópolis cayera a manos de los franceses.

Al concluir la gesta, el presidente Benito Juárez recibió un mensaje del general Ignacio Zaragoza, en el que le decía que “las armas nacionales se han cubierto de gloria. Las tropas francesas se portaron con valor en el combate y su jefe con soberbia, necedad y torpeza”.

Lo anterior ocasionó que Juárez emitiera un decreto presidencial el 11 de septiembre de 1862 -tres días después de la muerte de Ignacio Zaragoza-, en el que se establece que la ciudad llevara desde ese momento el nombre Heroica Puebla de Zaragoza.

No obstante, casi un año después, el 17 de mayo de 1863, la ciudad de Puebla fue sitiada por tropas francesas, hasta abril de 1867, cuando fue liberada del segundo imperio por Porfirio Díaz.

A su vez, detalló que esta fecha es celebrada en los Estados Unidos porque en ese momento enfrentaba una guerra civil que los ponía en riesgo de una invasión francesa, no obstante, lo sucedido en los Fuertes permitió detener los impulsos imperialistas de Napoleón II.

“Este evento supone uno de los constructores del nacionalismo no sólo mexicano sino, por así decirlo, poblano. Hay que tomar en cuenta que la narrativa tradicional lo convierte en un suceso casi mítico, en el que el ejército mexicano se veía víctima hasta casi de sí mismo por sus precariedades, pero lleno de valor depositado en los valientes hombres de la Sierra que lograron detener el avance de uno de los ejércitos más importantes del mundo”

Foto: Iván Rojas

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