Shakira y Piqué S.A. de C.V.

Por Onel Ortiz Fragoso

El rompimiento de la cantante y el futbolista es real. El pleito, un negocio millonario. Si en política no hay casualidades, en el mundo del espectáculo mucho menos. Todo está bajo el control de publicistas, abogados y representantes de relaciones públicas. Shakira y Piqué no sólo son personas, son marcas registradas. El uso de sus nombres, voces e imágenes están sujetos a derechos de autor. El más reciente escándalo-negocio del mundo del espectáculo fue el juicio entre Johnny Depp y Amber Heard.

Shakira incendió las redes sociales y los medios de comunicación. Lanzó una pegajosa canción dedicada a su expareja. En un fin de semana, más de 65 millones de reproducciones en YouTube y más de siete en Spotify. Por varios años, Shakira y Piqué encarnaron el sueño español de éxito. El señorito clasemediero catalán, con la joven de Barranquilla, la cantante colombiana, latinoamericana, más exitosa de las últimas tres décadas. Alguien, con cierta ingenuidad, me preguntó qué opinaba de la nueva canción de la colombiana. Le dije que era un comercial de tres minutos de marcas de relojes y autos.  Lo negarán, pero el dinero y el amor no pueden ocultarse.

¿Cuánto ganará Shakira en derechos y regalías por su canción? ¿Cuánto le pagó Rolex y Casio? Sólo lo sabrán ellos y el fisco español, con el que ya han tenido problemas. Al éxito del sencillo, seguirán la venta de entrevistas exclusivas a las revistas del corazón y a los programas de escándalo. Buena parte de los ingresos de las celebridades depende de la comercialización de su vida personal o amorosa. Si la tercera en discordia opina mejor. El tema seguirá hasta que otra pareja de famosos se casen, divorcien o engañen.

¿Por qué dedicarle unas líneas a un tema tan frívolo? ¿Qué relevancia tiene para la vida de millones de personas este pleito de pareja? La moda es cosa seria. Porque es un claro ejemplo del poder de manipulación de la publicidad y de la gran influencia de la mercadotecnia en las sociedades de masas vinculadas por las redes sociales.

En el espectáculo de la Televisión la imágenes van dirigidas al corazón; en el enjambre de las redes sociales, simplemente hay adhesión y emoción. Te adhieres a una causa, en este caso, a un bando, Shakira o Piqué y te emocionas con las reacciones de los involucrados. El tema se vuelve personal. En un bando, comprenden a Shakira y la apoyan, como si se tratara de una amiga con la cual conversan todos los días. En el otro bando, justifican a Piqué. La polémica la llevan a la familia, a la oficina o a la escuela. Los protagonistas del pleito, los dueños de los medios y las redes ganan dinero de tu adhesión y de tus emociones.

Pan y circo.  Cortinas de humo. Cajas chinas. La vieja receta sigue más vigente que nunca. Los medios cambian. La esencia no. Menos Facebook y más lectura. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?

@onelortiz

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