Sobrecupo, reclamos, división, llamados a la unidad y hasta trifulcas, el saldo de la visita de Mario Delgado a Puebla

Una fila de simpatizantes morenistas se formó a la entrada del Salón Country, en la colonia San Manuel, en la capital poblana, con la intención de ingresar a este recinto y ver de cerca al dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, en un evento para respaldar a sus candidatas y candidatos poblanos.

Adentro, la gente comenzó a llenar el lugar pese a las restricciones por la pandemia de Covid-19. Como si al cruzar las puertas el virus no existiese. La organización había montado una tarima y al menos una docena de sillas de frente a sus militantes y simpatizantes para ser ocupadas por sus líderes.

Cerca del escenario ya se asomaban algunos perfiles locales como las candidatas Xel Arianna Hernández y Lizeth Mejorada, ambas aspirantes al Congreso local. En las puertas ya se había montado una cadena humana para impedir el ingreso de los simpatizantes, ante el lleno del inmueble.

Al interior comenzaban a escucharse algunas porras; sin embargo, por fuera, un contingente de manifestantes se acercaban al Salón Country con la intención de reventar el evento. Al frente de la manifestación iba Edson Cortés, un consejero de Morena inconforme con lo que él y su grupo han denominado “la imposición de candidaturas”. A Cortés se le señala como uno de los operadores de Gabriel Biestro, y ha estado presente en otras manifestaciones como en la toma de la sede estatal de Morena y del Instituto Electoral del Estado (IEE).

Minutos antes de las 17 horas, nadie sabe cómo ni de qué manera, la manifestación estalló adentro del inmueble…

Manifestantes se cuelan y tratan de reventar el evento

Empujones y jaloneos, simpatizantes encarándose, insultos, señalamientos y hasta tirones de cartulinas y lonas se convirtieron en los actos teloneros al arribo de Mario Delgado.

Todo comenzó cuando el grupo de manifestantes logró ingresar al inmueble. De inmediato caminaron con premura hacia la tarima, aún vacía, y desplegaron una lona con consignas en contra de la “imposición de candidaturas”.

Simpatizantes respondieron impidiéndoles el paso y se armó el primer encontronazo. No pasó de los empujones.

Instantes después ocurrió el segundo intentó de las y los inconformes por llegar a la tarima, esta vez con éxito. Desde lo alto comenzaron las consignas y los gritos de “fuera Mario, fuera Mario”.

El sonido local, como si se tratara de un evento de futbol o de lucha libre, pedía, pese a ser ignorado, que “no se cayera en las provocaciones”.

Una tarima compartida: Morena contra Morena

A una tarima ya tomada por los inconformes, arribó Mario Delgado y el séquito de candidatas y candidatos. Junto a él personajes como Nay Salvatori, candidata a la diputación federal por el Distrito 10; Sandra Ortiz, candidata de la alianza con el Partido Verde y el PT al Distrito 9; Iván Herrera, candidato a diputado local; y la senadora Nancy de la Sierra.

Una valla humana de simpatizantes cercó al dirigente nacional a las y los candidatos. A centímetros, los gritos en su contra. Las sillas se quedaron vacías.

Una de las primeras en tomar la palabra y tratar de calmar las disputas fue Nay Salvatori. En su desesperación —o espectáculo— se hincó y suplicó que hubiera unión en el partido. Pidió que cesaran los gritos en su contra y contra sus compañeros y compañeras, y dijo que “los verdaderos enemigos son el PRI y el PAN”. Sus esfuerzos no sirvieron de nada.

Segundos después llegó a la tarima Claudia Rivera Vivanco. La candidata a la alcaldía también lo intentó, y obtuvo una mejor respuesta:

Primero pidió un minuto de silencio. Retumbaron las consignas en su contra.

“Los libres y las libres no conocen el miedo. Esta transformación requiere lo mejor de todas y de todos. Aquí no sobran pensamientos ni sobran corazones, necesitamos tu fuerza, tu energía, la tuya, la tuya, la tuya (se dirigió a los manifestantes). Hagamos nuestra historia. Los que estamos aquí, la historia nos va a juzgar. Puebla es una ciudad obradorista, es una ciudad morenista”.

Claudia Rivera Vivanco

Luego, Mario Delgado. Llegó el turno del dirigente nacional y la gente en su contra explotó, su palabra apenas y se escuchaba y debajo de la tarima se desataron los empujones.

“Déjenlos que se manifiesten. Éste señor y ésta señora son pueblo también, pero los mandan. Ellos están con López Obrador”.

Mario Delgado

Como parte de su discurso señaló que las manifestaciones son actos para intentar dividir al partido y pidió a la gente no involucrarse en los actos de violencia de quienes son “mandados”. De fondo las consignas y el apoyo: “que se baje, que se baje”; y “Mario, Mario”, respectivamente.

El acto arriba de la tarima terminó con Mario Delgado levantándole la mano a sus candidatas y candidatos.

El evento concluyó y de nuevo estallaron los empujones. Unos tratando de llegar al dirigente para señalarlo y otros tratando de defenderlo.

A su salida, en conferencia con medios de comunicación, el dirigente nacional fue cuestionado sobre las manifestaciones. Se limitó a decir que eran enviados “de la derecha”.

Sobre las encuestas que posicionarían a Claudia Rivera por debajo de Eduardo Rivera, Delgado señaló que “la encuesta definitiva será la del 6 de junio”, refiriéndose a las elecciones.

Los empujones seguían y el dirigente salió por la puerta de atrás, se subió a su camioneta y antes de arrancar decenas de manifestantes rodearon la unidad e impidieron por unos momentos que saliera de la calle.

Antes, Claudia Rivera salió también entre empujones, se subió a su auto y se esfumó. Lo mismo el resto de candidatas y candidatos.

Ya sin la cúpula de poder morenista, la calle se llenó se camiones para ser ocupados por los militantes y simpatizantes, los conformes y los inconformes. También desaparecieron después.

Aquí el momento a momento del evento: