Una campaña fantasma que genera un consejo fantasma en la BUAP

Por Guadalupe Grajales

Ayer fue el Día Internacional de la Mujer y aunque sólo las estudiantes, maestras y trabajadoras administrativas tenían “justificadas sus faltas”, la universidad obviamente estuvo desierta. El viernes también habrá suspensión de labores según el calendario escolar y, junto con el fin de semana, pues llegará el lunes 13, día de las votaciones para la elección del consejo universitario. Mejor calculado para que no haya participación no podía estar.

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Si entran a la página de “elecciones buap” buscando información no la encontrarán. La obscuridad y secrecía son absolutas, todo lo contrario de un proceso electoral que, por definición, es transparente y público.

¿Qué clase de consejo universitario se instalará el 22 de marzo? Uno absolutamente carente de legitimidad, pues no representa a nadie. Podrán votar por unanimidad todo lo que su presidencia les presente, pero cada acuerdo que tomen será fallido, expuesto al rechazo que genera la imposición de los intereses personales por encima del genuino interés de los distintos sectores de la comunidad universitaria.

La distancia entre representantes y representados se hará abismal.

¿Quién va a defender los derechos universitarios de libertad de información, discusión y crítica, de igualdad de oportunidades para ingresar a los distintos programas educativos, de elección directa de sus autoridades, de condiciones de estudio y de trabajo que aseguren alcanzar los fines de estudiantes y trabajadores? ¿Defenderán la libertad de información las personas que se instalen en el consejo universitario mediante una elección fantasma? ¿Defenderán la libertad de discusión las personas que no tuvieron contrincantes porque no se dejó a éstos registrarse? ¿Estas personas defenderán la igualdad de oportunidades y el derecho de cualquiera a elegir a sus autoridades y a tener condiciones dignas de estudio y de trabajo

La manifestación de cada universitario en defensa de sus derechos es la sana vía por la que se discuten y plantean los problemas, se proponen y toman soluciones. Las opiniones de una comunidad de más de ciento treinta mil personas no pueden ser iguales. Siempre habrá diferencias, distintos puntos de vista, y el camino para ventilarlos es la comunicación y, sobre todo, el uso libre del foro dispuesto para su discusión: el consejo universitario. Que los representantes de esta comunidad voten unánimemente en cada sesión de consejo y para cada tema que discuten no es un escenario aberrante, es ya una realidad indignante.

Pero ¿hasta cuándo seguirán tratando así los problemas que sufren los universitarios, sin tomar en consideración que el propio control que ejercen está corroyendo la institución?

Así como el día de ayer las mujeres universitarias se organizaron para denunciar públicamente, frente a la rectoría, la violencia de la que son objeto; y los alumnos del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras convocan hoy jueves a las dos de la tarde a una asamblea para dar a conocer su inconformidad con el actual proceso electoral, así seguirán externando la exigencia de resolver sus problemas los distintos sectores de la comunidad universitaria.

Los problemas en la universidad no se pueden tapar con un dedo.

Por: Guadalupe Grajales

Foto: Archivo El Ciudadano

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