Análisis

Elecciones españolas: ¿Qué se viene tras el fin del bipartidismo?

La división del voto español dejó un horizonte incierto con alta probabilidad de pasar por nuevas elecciones en los próximos meses.

Por Meritxell Freixas

22/12/2015

Publicado en

Mundo

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El escenario que dibujaron los comicios del pasado 20D auguran unas Navidades intensas en España. Unos resultados fragmentados entre las cuatro principales formaciones (Partido Popular, Partido Socialista, Podemos y Ciudadanos), con aritméticas que no suman y la posibilidad, más que probable, de ir a nuevas elecciones por primera vez en la democracia española.

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El 20-D marcó el fin de más de tres décadas de hegemonía de los dos grandes partidos (PSOE-PP). El chollo se terminó y quebró una dinámica viciada de intercambio de poder entre el duopolio. Un hito histórico que complica mucho la investidura como presidente del líder del PP, Mariano Rajoy, quien lo tiene muy crudo para sumar suficientes apoyos que le permitan renovar su liderazgo en La Moncloa. Sus opciones dependen completamente de su eterno rival: el Partido Socialista, liderado por Pedro Sánchez. No tiene alternativa.

El PSOE tendrá que mover ficha para decantar las negociaciones hacia un lado u otro de la balanza. Por una parte, si deciden abstenerse en la investidura Rajoy, estaría firmando su propia sentencia de muerte. Regalar el gobierno a los conservadores significaría confirmar que ambos partidos sostienen los engranajes de un sistema compartido de poder, una tesis defendida por Pablo Iglesias y los del partido lila.

La otra opción que tienen los de Pedro Sánchez pasaría por formar un gobierno de coalición con las izquierdas. Pero de nuevo, la aritmética jugó una mala pasada y para poder sumar los 176 diputados de la mayoría absoluta tendrían que mediar con los nacionalistas vascos y catalanes. Y ahí la negociación se movería en términos de apoyar la presidencia a cambio de promover un referéndum para la independencia de Cataluña. Un truque que los altos mandos del PSOE no están dispuestos a aceptar.

Sin ir más lejos, una de las máximas representantes del partido, la presidenta de la junta de Andalucía y secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, criticó hoy el líder de Podemos, Pablo Iglesias, por haber puesto como condición para un acuerdo el referéndum catalán y aseguró que el PSOE “no está dispuesto a ello”. Díaz cerró así una de las principales líneas de negociación.

Lo que hasta hoy se a confirmado desde las filas socialistas es que votarán en contra de la investidura de Rajoy, pero no concretaron qué posición tomarían en caso de que los conservadores planteen una alternativa para ocupar la presidencia del gobierno.

Ante la complejidad del panorama, el PSOE apela a la prudencia. No quiere precipitarse y sostiene que, en este momento, es Mariano Rajoy quien tiene que buscar apoyos para ser investido. Sus estrategias de pactos no se analizaran hasta después de Navidad, en la reunión de su Comité Federal.

El PP busca apoyos como sea

Por su parte, Mariano Rajoy puso en marcha los primeros pasos para seducir a los socialistas y evitar un gobierno en minoría, con sólo 123 diputados de los 350 de la Cámara Baja. En nombre de la “estabilidad”, el presidente de los populares lanzó un guiño a los socialistas y afirmó que con ellos comparten el mismo concepto de lo que debe de ser “el respeto al orden constitucional, la igualdad y la defensa de la soberanía nacional, el papel de España en el exterior o la lucha contra la amenaza terrorista global”.

Ciudadanos será el otro cabo del que tirará el PP para intentar formar gobierno, aunque no lo lograría sólo con los escaños de la nueva formación de derecha.

El presidente en funciones pidió  “generosidad y amplitud de miras con la vista puesta en el interés de España” y avanzó que él destinará sus mejores esfuerzos con ese fin.

¿Hacia nuevas elecciones?

Si Mariano Rajoy no consigue la mayoría absoluta o simple de los votos, en la primavera de 2016 los españoles serán convocados de nuevo a las urnas.

Este escenario podría perjudicar, en primer lugar, a Ciudadanos, que vería como la confianza que muchos le depositaron hipotecando el voto al PP, retorna a los conservadores tras comprobar que la formación naranja se quedó muy lejos de ser el epicentro del poder que se anunció durante la campaña electoral.

Para los populares, las nuevas elecciones tampoco son la mejor opción ya que podría cuestionarse la figura de Mariano Rajoy como candidato a la presidencia.

Quien no teme esta posibilidad es Podemos, la nueva fuerza emergente y el indiscutible ganador del 20D, que ve en una posible segunda vuelta la oportunidad para subir un escalón en la disputa del poder.

Meritxell Freixas

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