LONDRES, REINO UNIDO, 09 DE JUNIO DE 2025. Una esperada reunión entre representantes comerciales del Gobierno chino y la delegación estadounidense encabezada por Scott Bessent, secretario del Tesoro, y Howard Lutnick, secretario de Comercio, se celebra a partir de hoy en Londres..
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El contexto se encuentra marcado por un reciente acercamiento diplomático tras meses de tensiones comerciales entre ambas potencias. Así pues, las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China permanecen en un estado delicado. En mayo pasado, ambos países pactaron una rebaja mutua de aranceles (de 145% a 30% por parte de EE.UU. y de 125% a 10% por parte de China) como parte de una tregua arancelaria de tres meses, con la intención de abrir la puerta a un acuerdo más amplio. Sin embargo, en los días previos a la reunión, Pekín acusó a Washington de incumplir el acuerdo mediante medidas como controles a la exportación de chips y la cancelación de visados a estudiantes chinos.
Por su parte, Estados Unidos denunció que China bloquea licencias de exportación de tierras raras y otros componentes esenciales para sectores como el de semiconductores y automóviles
El pasado 5 de junio, el presidente Donald Trump y el líder chino Xi Jinping sostuvieron una llamada telefónica que duró aproximadamente una hora y media y fue calificada por Trump como “muy positiva” y con resultados favorables para ambos países. Durante la llamada, Xi instó a Washington a manejar con cuidado la cuestión de Taiwán para evitar conflictos y pidió eliminar medidas negativas que han incrementado las tensiones comerciales. Ambos mandatarios acordaron que sus equipos comerciales se reunirían próximamente para continuar las negociaciones.
Además, Xi invitó a Trump a visitar China, invitación que fue correspondida con una invitación a Xi para visitar Estados Unidos.
Té, negocios y limado de asperezas en Lancaster House
Hasta el corte de las 10:30 pm hora de Londres, la agenda oficial de la reunión no ha sido plenamente divulgada, aunque se sabe que el foco central es la continuación de las negociaciones comerciales para resolver las disputas arancelarias y las restricciones en sectores clave como el tecnológico y el de tierras raras. No han trascendido filtraciones significativas sobre el desarrollo del primer contacto entre las delegaciones, aunque se espera que las conversaciones sean detalladas y pragmáticas, dada la reciente llamada entre Trump y Xi.
¿Se limitarán los británicos a servir el té y hacer de referees?
El Reino Unido, como sede de esta reunión, juega un papel estratégico de mediador neutral en un momento en que las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo afectan la estabilidad económica global.
La diplomacia británica busca fortalecer su perfil internacional como facilitador de diálogos multilaterales y bilaterales en un contexto post-Brexit, donde Londres aspira a consolidarse como un centro financiero y diplomático global.
De inicio, la Ministra de Finanzas británica, Rachel Reeves, se reunió el domingo 8 de junio con su homólogo estadounidense, el Secretario del Tesoro Scott Bessent, y con el Viceprimer Ministro chino, He Lifeng.
También se mencionó que el Secretario de Negocios del Reino Unido, Jonathan Reynolds, tenía previsto reunirse con un funcionario chino, posiblemente Wang Wentao, el Ministro de Comercio chino.
Para el Reino Unido, acoger este encuentro representa una oportunidad para elevar su influencia en la arena internacional y atraer inversiones, pero también implica riesgos si las negociaciones fracasan y se intensifican las tensiones comerciales globales
Lo que depende del encuentro
El desenlace de estas negociaciones tendrá un impacto significativo en la economía global.
Para Estados Unidos, un acuerdo que reduzca las barreras comerciales y asegure el acceso a materiales estratégicos como las tierras raras es crucial para mantener la competitividad tecnológica e industrial.
Para China, la normalización de relaciones comerciales y la eliminación de restricciones permitirán sostener su crecimiento económico y su integración en cadenas globales de valor. En el plano global, un entendimiento entre EE.UU. y China aliviaría la incertidumbre en los mercados, estabilizaría las cadenas de suministro y podría impulsar la recuperación económica mundial tras años de tensiones y pandemia. Sin embargo, la fragilidad de la tregua y las diferencias estructurales entre ambas potencias sugieren que el camino hacia un acuerdo definitivo será complejo y estará sujeto a fluctuaciones políticas y económicas.
FOTOGRAFÍA: AGENCIA XINHUA
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