Balcones de edificios construyen nuevas relaciones sociales en tiempos del coronavirus

Miles de franceses se mostraron interesados este jueves en la iniciativa llamada «Fiesta del Balcón», mediante la cual sus organizadores, Benjamin Charvet y Mazen Nasri, llaman a utilizar la música como instrumento de homenaje para los profesionales de la salud que están enfrentando el nuevo coronavirus en el ámbito mundial, publicó Telesur.

La «fiesta» tendrá lugar este viernes, 20:00 a 21:00, hora local, y están invitados a participar, desde sus ventanas y balcones, todos los artistas, DJ, músicos y cantantes que decidan sumarse a la noble iniciativa que quieren dedicar a los galenos, a quienes han calificado como «héroes de esta batalla».

Nasri, copresentador con Charvet del sitio web de noticias sobre música electrónica Dure Vie, explicó que la idea surgió cuando se sintió conmovido por los italianos que cantaban desde sus ventanas, como expresión cultural que también permitió desterrar el silencio que se ha apoderado de varias ciudades en el mundo, después que sus gobiernos han adoptado medidas restrictivas hacia la movilidad ciudadana para contener la propagación del nuevo coronavirus.

Los creadores de este evento reunieron a unos cincuenta artistas que también mostraban interés por expresar su respeto y admiración al trabajo desplegados por los trabajadores sanitarios que cuidan de pacientes contagiados por coronavirus.

Luego de la divulgación de la convocatoria en las redes sociales se comenzaron a sumar más artistas y este jueves la publicación en la red social Facebook registra una actividad que supera los 10.000 participantes y los 19.000 interesados.

La iniciativa también pretende constituirse en una muestra de respeto a las instrucciones de confinamiento y a la convivencia. De ahí la corta duración del evento en el que cada artista tiene total libertad de expresión, previendo emplear un volumen de sonido que no moleste a los vecinos.

La publicación insta también a ponerle colores a la noche con la decoración de los balcones y el disfraz que cada cual quiera lucir. Lo importante, según expresan sus organizadores, es mostrar «algo alegre y bonito».

Nasri y Charvet no descartan la posibilidad de que un evento como este tenga lugar, al menos, una vez a la semana,  «sabiendo que el viernes es el momento donde el habitante de la ciudad quiere relajarse y divertirse». 

La elección del viernes no resultó algo casual, ya que muchas personas continúan trabajando y teletrabajando a pesar de la epidemia.

Unos ponen la música y los de enfrente, los focos

El confinamiento en Barcelona por la pandemia mundial de coronavirus está tejiendo relaciones entre vecinos que hasta la fecha eran casi impensables, señaló una nota del portal español 20 Minutos.

Indicó que los ciudadanos ya no se relacionan solo con los de su escalera. La reclusión en casa está provocando que salgan al balcón cada vez más y establezcan vínculos con los de los edificios de enfrente, incluso si estos están a más de 15 metros de distancia.

De los aplausos para los sanitarios que se convocan a diario a las 20 horas a través de las redes en esta zona exterior de los pisos, cada vez más largos, se está pasando, de forma similar a lo que sucedió en Italia a raíz del confinamiento, a conversaciones a gritos de un bloque al otro, cánticos y bailes. 

Incluso de forma espontánea nacen pequeñas fiestas en las que participa más de un balcón y se repiten día a día, como ocurrió en la calle Provença entre Viladomat y Calabria, en el Eixample Esquerre.

Allí, el pasado martes por la noche, pasadas las 20:30 horas, unos ponían la música a todo volumen y los de enfrente les iluminaban con una suerte de foco intermitente, les jaleban, cantaban y bailaban. 

«No escucho a los del primero», «no te la sabes», «vamos, arriba», se oía. Sonó, entre otras, Callaíta, de Bad Bunny y Tainy, y la fiesta terminó con un «adiós con el corazón, que con el alma no puedo», un aplauso y un «mañana, a la misma hora y en el mismo sitio».

En otro punto de Barcelona, un interior de manzana comprendido entre las calles Independència, Consell de Cent y Aragó, tras el aplauso diario a los sanitarios, los vecinos se despiden con un «ánimo, cuidaros mucho, bailad un poco y buenas noches».

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