Cuando fue asesinado guardaba en sus bolsillos el número telefónico del entonces presidente George Bush padre

Barry Seal, el agente de la CIA que se convirtió en el más grande capo de EEUU

De todos los nombres de capos que distribuyeron drogas en la década de 1980, el que menos conoce la sociedad estadounidense y mundial es el de Barry Seal, quien fue el más grande capo de la droga a escala planetaria

Por Ronald Ángel

07/01/2019

Publicado en

Estados Unidos / Mundo / Política / Venezuela

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Estados Unidos (EEUU) es el país con la mayor cantidad de muertes por sobredosis de drogas en el planeta y la que ostenta la cifra más alta de habitantes del mundo que son adictos a las drogas. Detrás de ese masivo consumo de estupefacientes están los nombres de varios políticos, militares, empresarios, traficantes de armas y narcotraficantes conocidos: Ronald Reagan, George Bush padre e hijo, Adnan Khashoggi, Donald Trump y Adler Berriman Seal, más conocido como «Barry Seal».

De todos esos nombres, el que menos conoce la sociedad estadounidense y mundial es el de Barry Seal, quien fue durante la década de 1980 el más grande capo de la droga a escala planetaria, incluso muy por encima de Pablo Escobar Gaviria y los jefes narcos de los carteles mexicanos de Guadalajara y Sinaloa.

Parte del desconocimiento del nombre de Seal en la cultura popular estadounidense -sobre todo- es debido a que fue un agente secreto de la Agencia Central de Información (CIA, por sus siglas en inglés) que coordinó y fue responsable de las mayores operaciones de contrabando de estupefacientes y armas durante los años de la epidemia de drogas en el mundo, como marihuana, cocaína, heroína, ácidos, anfetaminas y crack.

Seal, además de sus labores como responsable de las encomiendas más grandes de drogas que realizó la CIA -era capaz de transportar toneladas en un solo vuelo bajo la protección de los gobiernos aliados a EEUU en la época- también fue un importante gestor en la distribución de armas para grupos paramilitares en Honduras, Panamá y Nicaragua, con el objetivo de derrocar a la Revolución Sandinista que hoy lidera el presidente Daniel Ortega, y que aún sigue amenazada por la contrarrevolución que financia la Casa Blanca desde hace más de 30 años.

Seal piloteaba el mismo las cargas de contrabando que realizaba desde Asia y Latinoamérica hacia EEUU. En la gráfica aparece junto a su familia

En ese caso -conocido como el Irán-Contra- Seal también coordinó la entrega de armas a través de aviones de la CIA, que el mismo piloteaba, al gobierno de Irán que para entonces era aliado de Estados Unidos en la guerra que se ejecutó contra Irak, que buscaba apoderarse del petróleo en Medio Oriente y del mercado del opio que tantos dividendos genera en la actualidad al narcotráfico de heroína que apoya EEUU en Asia, África y Europa, desde que sus tropas están presentes en Irak, Siria, Libia, Afagnistán, Yemen, entre otros países africanos.

Es así como Barry Seal, el narcotraficante que más protegió y ayudó la CIA para realizar sus operaciones, ha sido prácticamente borrado de la historia y gran parte de sus trabajos criminales son achacados a los carteles de los que la agencia de inteligencia estadounidense siempre fue socia y cuidó, como lo fueron en su época el cartel de Medellín del famoso Pablo Escobar y de los carteles de Guadalajara y Sinaloa, este último del reconocido «Chapo» Guzmán, quien también terminó encarcelado luego de décadas de labores para la CIA.

Al respecto, el escritor, investigador y orador ruso, Daniel Estulin, explicó en declaraciones a RT que gran parte del accionar de Seal fue gracias a que el agente logró asociarse con la directiva del Aeropuerto Municipal de Mena en el estado de Florida, EEUU, un centro de operaciones de la CIA que permitió el acceso de cocaína a gran escala, misma droga que inmediatamente fue a parar a las calles estadounidenses.

Las denuncias sobre el accionar de Seal certifican que realizó varios vuelos directos desde Colombia y México con toneladas de drogas hacia Miami, afirma Estulin, quien resalta que aunque fue una figura clave en el narcotráfico, su nombre resulta desconocido por buena parte de los ciudadanos estadounidenses, quienes creen que los mayores capos de la droga son de países latinoamericanos.

Seal terminó como informante de la DEA luego de trabajar por muchos años como agente secreto de la CIA

Informante de la DEA

Seal nació en Baton Rouge, Luisiana, el 16 de julio de 1939. Su padre un hombre que perteneció a las filas del Ku Klux Klan, se dedicaba a la venta de caramelos cuando él era niño y soñaba con volar aviones.

Ya de grande se convertiría en piloto y fue tanto su afán por los aeroplanos que cuando apenas tenía 15 años se convirtió en el hombre más joven en volar un avión. Para 1955 Seal se unió a la Patrulla Civil Aérea (CAP) en Baton Rouge, un conocido sitio de reclutamiento de la CIA.

En 1964 se unió al 245.º Batallón de Ingenieros con sede en San Luis y fue dado de baja en 1966 y luego trabajó para Howard Hughes y la TWA Corporation, donde permaneció hasta su despido en julio de 1972, en medio de una causa judicial por contrabando de explosivo plástico.

Luego de ser arrestado en 1984 en Fort Lauderdale, Florida, por lavado de dinero y contrabando de Quaalude, negoció un acuerdo con la justicia que incluyó su conversión a informante de la DEA y testificar en contra de sus anteriores socios colombianos, quienes terminaron encarcelados.

Ya para entonces era un importante traficante de drogas y armas de la CIA. Durante el escándalo Irán-Contra, reveló información importante sobre como la CIA financió y distribuyó armas a los contra nicaragüenses con recursos del narcotráfico de los carteles panameños que controlaba el dictador Manuel Noriega, los que estaban bajo la tutela de Pablo Escobar con el cartel de Medellín, así como las alianzas con los carteles mexicanos de Sinaloa y Guadalajara.

hizo revelaciones sobre la forma como la CIA financió a la contra nicaragüense con recursos del narcotráfico. Fue asesinado el 19 de febrero de 1986 en Baton Rouge, Luisiana, luego de saberse que era un informante.

Seal se relacionó directamente con capos importantes, el más conocido: Pablo Escobar

Entrenado para el negocio de las drogas y las armas

Según su biógrafo, Daniel Hopsicker en Barry & ‘the Boys’, Seal trabajó para la CIA en la década de 1960 Seal y ejecutó vuelos importantes en 1967 y 1968, con Air América —empresa fachada de la CIA— a Vietnam del Sur y Laos. Para ese entonces la CIA participara en el narcotráfico de opio (heroína y morfina) proveniente de la región asiática y Oriente Medio.

Pero sus trabajos más importantes fueron en Latinoamérica. Ya para 1981 se había asociado con Juan David Ochoa, Jorge Luis Ochoa, Fabio Ochoa Vásquez y el Cartel de Medellín, transportando lucrativos cargamentos de cocaína —esto de acuerdo al documental Frontline: Godfather of Cocaine acerca de la guerra de las drogas—. Esto lo convirtió en el más grande traficante de droga de Norteamérica, en los Fairchild C-123 Provider propiedad de la CIA.

En principio, Seal trabajó con cultivadores de marihuana en Suramérica y luego empezó a transportar cocaína. En 1979 fue arrestado en Honduras pasando nueve meses en prisión. Una vez liberado, tuvo una reunión con otro piloto, William Roger Reaves, quien accedió presentarlo a la familia Ochoa. Los Ochoa, con Jorge Luis Ochoa Vásquez y Pablo Emilio Escobar Gaviria como líder, dirigían el Cartel de Medellín.

La gran mayoría de la droga que transportó Seal a EEUU llegó como cargamento de papel higiénico y así fue registrado de manera oficial, todo esto por la protección de la CIA.

Luego de amenazar con decir todos los secretos del gobierno estadounidense con el tráfico de drogas, Seal terminó asesinado

Asesinado luego de amenazar con decir la verdad sobre la CIA

Estulin explicó a RT que Seal, el principal operador en el tráfico de cocaína en la década de los 80, fue asesinado a balazos en 1986 porque amenazó con delatar a sus superiores.

«Si Seal hubiera sacado a la luz el secreto mejor guardado –que el Gobierno estadounidense mueve más droga que todos los narcobarones latinoamericanos juntos–, habría provocado la caída del Gobierno de Reagan-Bush», comenta el analista ruso.

Además, resalta Estulin que Seal logró poner en práctica «la logística militar y solucionó el problema de la distribución (…). Esa vía logística que estableció continuó y las drogas volvieron a entrar en el mercado estadounidense de forma oficial como si se tratarse de papel higiénico», afirmó el periodista Daniel Hopsicker, autor del libro ‘Barry and the Boys’ en una entrevista televisada.

Comenzó a tener problemas legales en 1986 con agencias del Gobierno de EEUU y ni siquiera sus vínculos con la CIA lo salvaron. Fue entonces cuando amenazó con revelar los vínculos del entonces vicepresidente George Herbert Walker Bush con el comercio internacional de drogas y la operación Irán-Contra, en la que el Gobierno de EEUU vendió armas al Gobierno iraní y financió el movimiento conocido como ‘Contra’ en Nicaragua en 1985 y 1986. Dos semanas más tarde, Seal fue asesinado.

Momento en que es levantado el cuerpo de Seal tras su asesinato

Los tres colombianos condenados por el crimen trabajaban para el teniente coronel Oliver North, miembro del Consejo de Seguridad Nacional del Gobierno de EEUU. Además, después del asesinato se descubrió que Seal llevaba en su bolsillo el número de teléfono de George Bush padre.

Las drogas que importó Seal se distribuyeron por todo el territorio estadounidense, así se originó la epidemia de ‘crack’, un fenómeno sin precedentes en la historia de EEUU, en la que murieron cientos de miles de jóvenes estadounidenses y que destruyó la vida de millones de personas.

El negocio de la CIA está más vigente que nunca, la epidemia de drogas resurge en la población norteamericana y el tráfico de armas también toma vida en un continente que ahora también se ve amenazado con las pretensiones invasoras del gobierno de Donald Trump contra países como Nicaragua y Venezuela, en la mira del Pentágono por contar con gobiernos que no son serviles a sus intereses económicos y comerciales.