Histórico líder fue asesinado el 15 de octubre de 1987

Burkina Faso recuerda a Sankara, el «Che africano», a 30 años de su muerte

Cientos de personas marcharon este domingo por la capital de Burkina Faso, Uagadugú, en homenaje al presidente Thomas Sankara, conocido popularmente como el «Che africano», para el que piden justicia por su asesinato hace hoy 30 años tras el golpe de Estado que le depuso

Por Absalón Opazo

15/10/2017

Publicado en

Mundo

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Cientos de personas marcharon este domingo por la capital de Burkina Faso, Uagadugú, en homenaje al presidente Thomas Sankara, conocido popularmente como el «Che africano», para el que piden justicia por su asesinato hace hoy 30 años tras el golpe de Estado que le depuso.

Sankara (1949-1987) también llegó al poder tras un golpe de Estado, en 1983, en el país entonces conocido como Alto Volta, donde quiso implantar las ideas de la revolución marxista y la lucha contra el capitalismo, el imperialismo y el neocolonialismo.

Sus similitudes con Ernesto «Che» Guevara (1928-1967) van más allá del ideario: el burkinés tenía un estilismo similar al del argentino y también vivía de forma sencilla, ascética, con pocas posesiones.

La leyenda y el culto a la personalidad del presidente Sankara se formaron gracias a su carisma y a acciones que se granjearon la simpatía de su pueblo como la venta de la flota de coches de lujo del Gobierno -su coche oficial era un Peugeot 205-, la dramática reducción de su sueldo o la apertura de un restaurante que empleaba prostitutas para evitar su marginación social.

«Altos funcionarios, incluidos los miembros del Gobierno, iban a comer allí para enseñar al pueblo que podía seguir nuestro ejemplo», explicó a Efe en una entrevista Basile Guissou, que dirigió varios ministerios del Ejecutivo de Sankara.

A lo largo de su corta presidencia, Sankara cambió el nombre del país por el actual («la patria de los hombres íntegros», en lengua local) y trabajó para eliminar la corrupción, introducir programas de vacunación masiva y aumentar los índices de alfabetismo, que crecieron del 16 % en 1983 al 34 % en 1987.

«Hacía lo que decía y decía lo que hacía», recuerda Guissou, que considera que Sankara fue «un ejemplo para África de que existen líderes que deciden servir a sus pueblos en lugar de enriquecerse». Su tío, Mousbila Sankara, antiguo embajador del país en Libia, dijo a Efe que está «orgulloso de lo que consiguió», y cree que su pronto fallecimiento (murió a los 37 años) ayuda a «mantener su popularidad en casa y en el resto del mundo». «Dedicó su vida a acabar con la pobreza y con los privilegiados. Todas sus acciones y pensamientos estaban dirigidas a aliviar la pobreza», añade.

Pese a estas convicciones que lo acercaron a la población rural, no todos sus allegados creen que Sankara estuviera tan ligado al marxismo-leninismo. Guissou afirma que el presidente «leía a Marx y a Mao entre otros, era culto pero realista. Solamente buscaba maneras de desarrollar su país». El ex ministro está seguro de que Sankara fue asesinado «por el imperialismo a raíz de sus ideas progresistas».

Los habitantes de Burkina Faso llevaron la imagen de Sankara y gritaron sus proclamas durante la insurrección popular de 2014 que provocó la dimisión del presidente Blaise Compaoré, que precisamente accedió al cargo tras derrocarlo. Sin embargo, ahí no acabó el recuerdo: un grupo de artistas e intelectuales reunidos bajo el lema ‘Justicia para Sankara’ consiguió recaudar mil millones de francos CFA (1,5 millones de euros) para organizar un homenaje al asesinado presidente.

La investigación sobre su asesinato, instruida por primera vez en 1987, no ha prosperado hasta ahora, a pesar de que el Gobierno de transición formado tras la caída de Compaoré autorizó la exhumación del cadáver de Sankara para realizar pruebas de ADN, que resultaron inconcluyentes. Los expertos hallaron que Sankara recibió varios disparos, algo que concuerda con el testimonio de los testigos y que da esperanzas a la organización de poder ir a juicio el año que viene.

Hasta ahora, la Justicia ha imputado a 12 personas, entre las que figuran miembros de la guardia presidencial de Compaoré y el general Gilbert Diendéré -quien protagonizó un intento de golpe de Estado en 2015-, y ha emitido una orden internacional de arresto contra el propio Compaoré, que vive exiliado en Costa de Marfil.

Uno de los miembros de «Justicia para Sankara», el artista Serge Bambara, conocido popularmente como Smokey, dijo a Efe: «Nosotros, los herederos de Thomas Sankara, resistiremos siempre hasta que consigamos justicia para nuestro héroe».

Sankara fue asesinado el 15 de octubre de 1987 junto a 12 de sus acólitos después de que un comando golpista asaltara su despacho. Treinta años después, el cariño de sus seguidores da la razón a una de las frases más populares que se le atribuyen: «Aunque los revolucionarios puedan ser asesinados, jamás podrán matar sus ideas».

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