Organizaciones anti contrarias a la cumbre preparan sus acciones

Cumbre G-20: Bolsonaro tensiona el Mercosur en medio del conflicto entre Comunidad Europea y EEUU

El encuentro se desarrollará en un momento en el que el bloque derechista de América Latina busca reforzar su posición como mayoría en la región, consolidando así su agenda de desarticulación a las reformas sociales realizadas por la izquierda en el ciclo político anterior.

Por Leonardo Buitrago

19/11/2018

Publicado en

Mundo / Política

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En menos de dos semanas, los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump; Rusia, Vladimir Putin; China, Xi Jinping; Francia, Emmanuel Macron; así como la primer ministra  de Reino Unido, Theresa May y la canciller federal de Alemania, Angela Merkel, coincidirán en Argentina para participar en la Cumbre del G-20, que se realizará el 30 de noviembre y el 1 de diciembre en Buenos Aires.

Estos actores lideran la lista de jefes de Estado y de gobierno que serán recibidos por el presidente anfitrión, Mauricio Macri, para participar en este foro que concentra  a buena parte de las mayores economías del mundo.

En la actualidad este bloque está integrado por la Unión Europea y 19 países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.

En conjunto, los miembros del G20 representan el 85% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, dos tercios de la población mundial y el 75% del comercio internacional, por lo que los acuerdos y decisiones que se tomen en la cumbre tendrán un impacto en la política y economía global.

El objetivo final del encuentro es concertar un documento final con foco en el desarrollo equitativo y sostenible.

Dentro de la agenda de la cumbre, se dará prioridad a los temas propuestos por Argentina, entre los que figuran:  el futuro del trabajo, Infraestructura para el desarrollo y el futuro alimentario.

La Cumbre del G-20 será un escenario para el debate y el encuentro entre los dirigentes de los países participantes, por lo que cada uno de ellos  maneja una agenda acorde a sus objetivos e intereses.

Guerra comercial de Trump

El presidente de Estados Unidos (EE UU), Donald Trump, será una de las figuras con mayor notoriedad dentro de la cumbre de Buenos Aires, ya que en su afán de mantener una política comercial proteccionista ha implementado e incrementado aranceles  a los socios comerciales con los que mantiene relaciones bilaterales, desatando una guerra comercial.

La mayor parte de estos aranceles, por un valor de 250.000 millones de dólares han sido dirigidos a China, el principal competidor de Estados Unidos en materia comercial, por lo que las relaciones entre Washignton y Beijing viven horas de tensión.

De hecho se prevé  que la nación norteamericana eleve en 25%  los aranceles para las importaciones chinas en enero.

Sin embargo, se espera que Trump se reúna con su homólogo chino, XI Jinping, para lograr un acercamiento y solventar las diferencias.

Según el secretario de Comercio Wilbur Ross, el gobierno de EE UU,  tiene una larga lista de exigencias con 142 puntos, que llevará cierto tiempo discutir  y “ni hablar de resolverlos y ni hablar de volcarlos al papel”.

Por su parte, Trump adelantó que quizás su país “no necesite imponer más sanciones”contra China porque el gobierno de Xi Jinping desea un acuerdo comercial.

«Todo cambia ahora, a China le gustaría llegar a un acuerdo. Nuestro país no está muy bien y China, tampoco (…) ojalá hagamos un trato», dijo citado por las agencias internacionales.

Las discusiones entre ambas partes se reanudaron este viernes tras una conversación telefónica entre los presidentes Xi Jinping y Donald Trump.

El mandatario chino señaló que el deseo de la comunidad internacional es que la relación entre ambas naciones avance «en la dirección correcta«.


«He acordado reunirme con Trump durante la próxima cumbre del G20, donde las dos partes tendremos la oportunidad de intercambiar en profundidad puntos de vista en asuntos de interés común», dijo Xi durante un encuentro que mantuvo  la semana pasada en Beijing con el exsecretario de Estado estadounidense, Henry Kissinger.

¿Nuevo ejército europeo?

El pasado martes se celebró en París, Francia el centenario del armisticio entre las potencias aliadas y Alemania durante la Primera Guerra Mundial.

En este escenario el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció su intención de crear un ejército europeo como medida de seguridad ante posibles contingencias bélicas que se puedan generar en un futuro y que puedan producirse en contra de países militares poderosos como Rusia, Alemania, China e incluso Estados Unidos.

Esta noticia cayó como un balde de agua fría sobre el presidente estadounidense Donald Trump , quien respondió arremetiendo en redes sociales como acostumbra; mofándose de tal propuesta y cuestionando también la decisión de Francia de aplicar aranceles al vino estadounidense. Incluso aludió a la baja aprobación de Macron, que cayó a un 26%.

«Emmanuel Macron sugiere construir su propio Ejército para proteger a Europa de EE UU, China y Rusia. Pero fue de Alemania en la Primera y Segunda Guerra Mundial. ¿Qué tal le fue eso a Francia? Estaban empezando a aprender alemán en París antes de que llegase EEUU. ¡Paguen a la OTAN o no!», dijo en su cuenta en Twitter.

Asimismo, planteó que el problema es que Macron sufre de baja aprobación entre el electorado en Francia y el desempleo está casi en el 10%.

“Él está intentando poner el foco en otro asunto”, dijo.

El empresario  reclama que la Unión Europea eleve su gasto en la Alianza Atlántica, pues insiste en que muchos países se aprovechan de la seguridad que paga Estados Unidos. Sin embargo, al mismo tiempo critica los planes franceses para impulsar una defensa europea autónoma de la OTAN.

París respondió a esta acción insinuando  que el presidente estadounidense carece de “decencia elemental”, al perpetrar sus ataques el día en que Francia recordaba a víctimas del terrorismo.

El vocero del gobierno francés, Benjamin Griveaux, dijo: “recordábamos el asesinato de 130 compatriotas hace tres años en París y Saint-Denis, de manera que responderé en inglés: la ‘common decency’ (decencia elemental) hubiera sido apropiada”.

En declaraciones posteriores, Macron explicó que su propuesta busca brindarle autonomía al viejo continente.

“ Quiero que seamos autónomos en materia de costes, de protección del cíber espacio y sobre todos los componentes del Ejército. Para eso no debemos depender de Estados Unidos, y en algunos terrenos hemos dependido demasiado. Eso no es bueno”, indicó.

Señaló además que aunque Estados Unidos es un aliado histórico, y lo seguirá siendo, “ser aliados no es ser un vasallo”.

“Para no depender de ellos tenemos que gastar más, hacer más, como franceses y como europeos”, indicó.

Europa está frente a un riesgo: es el de desmembrarse por la lepra nacionalista y por ser empujada por potencias extranjeras. Y por lo tanto, de perder su soberanía. Eso significa tener su seguridad, que depende de las opciones americanas y de sus cambios, de tener una China más y más presente sobre todas las infraestructuras esenciales, una Rusia que a veces está tentada por las manipulaciones, de grandes intereses financieros y de mercados que pueden realmente superar a veces el lugar que los estados pueden tener”, agregó.

Mea culpa de Macron

Lo cierto es que Macron llegará a la Cumbre del G-20 en medio de una importante crisis de gobernabilidad, puesto que su popularidad cayó 12 puntos desde junio hasta llegar a un 26%,  por lo que se vio obligado a reconocer las  fallas de su  administración y prometer conducir al pueblo francés “de forma diferente”.

No he conseguido reconciliar al pueblo francés con sus dirigentes”, dijo en una entrevista concedida a la cadena privada TF1, en la que manifestó que no ha dado la suficiente “consideración” a los franceses desde el inicio de su mandato.

“Nuestros ciudadanos quieren tres cosas. Que se les considere, que se les proteja y que se les aporte soluciones. No declaraciones: soluciones, y  no hemos aportado la suficiente consideración”, aceptó en su mea culpa, reseñada por la prensa internacional.

El pasado sábado, el movimiento de los “chalecos amarillos” convocó a  una manifestación en todo el país para cortar carreteras y autopistas y protestar contra los nuevos impuestos, en particular contra la subida de los precios de la gasolina y el diésel.

Alianza Merkel- Macron

Antes de que se produzca el encuentro del G-20, la canciller alemana, Angela Merkel  y Macron, sostendrán una reunión este domingo

La canciller y el presidente Macron debatirán cuestiones bilaterales, europeas e internacionales”, detalló la viceportavoz del Ejecutivo alemán, Martina Fietz citada por Prensa Latina.

Este  anuncio se produce  luego de que Merkel defendiera  ante el Parlamento Europeo propuesta de Macron de crear  ejército europeo.

En su intervención Merkel aseguró que esta fuerza “demostraría al mundo que entre los países de Europa nunca más puede haber guerra” y negó que este  ejército  tomaría una dirección contraria a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ya que representaría un complemento porque “nadie quiere echar por la borda una alianza de probada valía”, subrayó tal y como refiere El Espectador .

Incertidumbre en la UE

En el seno del G-20 existe una incertidumbre sobre el futuro de la Unión Europea, con la decisión de Merkel de no optar en diciembre a su reelección como líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), ni tampoco será candidata a canciller su legado es cuestionable para muchos analistas al final de la presente legislatura, en 2021.

El bloque europeo está en medio de a un  desagradable y complicado divorcio con el Reino Unido y su política de Brexit, por lo que el retiro de Merkel dejará fuera del juego a una defensora incondicional de la cohesión entre los países del viejo continente.

Sin embargo, que la responsabilizan de fomentar la ampliación de la crisis económica en la región y del debilitamiento de su moneda compartida, el euro.

“Como muchos líderes nacionales, Merkel, una y otra vez, favoreció los intereses políticos de su país a costa de las preocupaciones más generales de Europa, al negarse a arriesgar los vastos ahorros de Alemania aceptando las solicitudes de rescatar a miembros del bloque que estaban saturados de deuda. Obstaculizó medidas enfocadas a coordinar las reglas bancarias y el gasto público a través de las fronteras nacionales”, recordó Peter Goodman en su artículo: “ El legado económico de Merkel: austeridad, ira y populismo”, publicado por El Financiero.

En lugar de usar el gasto público para suavizar la crisis, Angela Merkel decidió  utilizar el poder político y económico de Alemania para obligar a los gobiernos en problemas a recortar el apoyo a las pensiones, la atención médica y la educación.

“Estas maniobras contribuyeron a alargar y profundizar una recesión económica devastadora”, planteó el periodista estadounidense.

Con el agua al cuello

Quien llegará a Buenos Aires con el agua al cuello, es la primer ministra de Reino Unido, Theresa May, quien en las últimas semanas se ha visto en medio una profunda crisis , debido a las negociaciones para concretar la salida de Inglaterra de la Unión Europea.

May se ha tenido que enfrentar a la dimisión de varios miembros de su gobierno y a la amenaza de  una moción de censura por el acuerdo de Brexit con Bruselas, cuyos términos han dejado descontentos a varios sectores británicos.

Ante este escenario, la premier persiste en los términos del acuerdo y asegura que no piensa dimitir.

«Creo con cada fibra de mi ser que el rumbo que marqué es lo correcto para mi país (…) El liderazgo consiste en tomar las decisiones correctas, no las decisiones fáciles»,  afirmó citada por AFP.

El acuerdo ha causado disgusto porque frente a la expectativa de que Reino Unido seguiría disfrutando de los beneficios de pertenecer a la Unión Europea sin tener que cumplir con los compromisos que acarrea, lo cierto es que  terminará cumpliendo muchas obligaciones para conservar unos pocos beneficios.

Será únicamente parte de la unión aduanera europea (podrá exportar a Europa sin aranceles ni cuotas) sólo durante un período determinado y a cambio de aceptar mantener su legislación alineada con la europea; la mayoría de los diferendos los resolverá el Tribunal de Justicia de la Unión Europea e Irlanda del Norte tendrá un trato privilegiado por parte de Europa, rompiendo así la unidad de mercado británica.

En los185 artículos del acuerdo, se establece que  Londres no podrá negociar acuerdos comerciales con terceros países, como se esperaba, y además el gobierno británico tendrá que aceptar que más de tres millones de europeos residentes en el Reino Unido man tengan los mismos derechos que tienen ahora.

Bruselas obliga a Londres a nunca discriminar por nacionalidad y a tratar a los europeos como a los británicos en cuestiones como las relaciones laborales.

Aunque se esperaba que Reino Unido dejara de pagar a Europa, Londres tendrá que cancelar entre 50.000 y 60.000 millones de euros como ticket de salida de la UE, reseña El Clarín.

Ante esta controversia,  May no ha revelado aún si piensa reclamar una apertura puntual de la negociación antes de la  cumbre especial del Brexit que se producirá el próximo 25 de noviembre, menos de una semana antes del encuentro del G-20.

Negociaciones de Putin en el G-20

Quien tiene claro sus objetivos dentro de la Cumbre del G-20 es el presidente de Rusia, Vladímir Putin, quien sostendrá una serie de encuentros de vital importancia para la nación euroasiática.

Putin confirmó que está dispuesto a reunirse con su homólogo estadounidense Donald Trump para abordar las diferencias y temas de interés común.

“Acordamos reunirnos en Buenos Aires, si es posible, nosotros estamos dispuestos”, dijo citado por Sputnik.

El líder ruso reveló que los temas principales de la agenda de la cumbre son “zonas de tensión” como Siria e Irán.

“Las zonas de tensión son Siria, el programa nuclear norcoreano, las relaciones con Irán (…) En todos estos asuntos, y no solo en estos, está involucrado tanto EE UU como Rusia”,  explicó.

Al ser cuestionado sobre el hecho de que una posible nueva ola de sanciones contra Rusia pueda influir en la reunión con Trump, Putin dijo que cualquier paso inamistoso afecta de una u otra manera la agenda de reuniones.

Destacó también que Rusia está dispuesta a restablecer por completo el trabajo y el diálogo con EE UU sobre temas claves si Washington quiere y tiene intención de cooperar.

Asimismo, el  mandatario ruso anunció que mantendrá una reunión con el primer ministro nipón, Shinzo Abe.

«Tenemos previsto reunirse en la cumbre del G20, también tenemos un calendario de contactos posteriores», declaró al tiempo que destacó que aprecia la oportunidad de discutir con Abe todas las esferas de la cooperación bilateral.

Destacó que las relaciones ruso-japonesas avanzan y que el intercambio comercial aumentó en el 17,7% durante los primeros nueve meses de 2018.

El primer ministro japonés se refirió también el trabajo de las dos partes para organizar las actividades económicas conjuntas en las islas Kuriles y saludó los contactos de Moscú y Tokio en el ámbito de defensa.

Otro de los encuentros programados por Putin será el que sostendrá con el anfitrión de la cumbre, Mauricio Macri , para discutir sobre inversiones y comercio bilateral.

«Putin ha sido muy claro en cuáles son algunas de las áreas que le interesan, entre ellas, el desarrollo ferroviario que Argentina tiene que llevar adelante para su re-equipamiento», dijo a Sputnik el canciller argentino Jorge Faurie.

También se refirió a las  perspectivas de colaboración «en el sector energético y minero».

Despedida de Peña Nieto  y ausencia de Bolsonaro

La reunión del G-20 será el escenario la firma del  nuevo Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá , y se producirá el próximo 30 noviembre, justo en el último día de gobierno del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.

“Será una firma con los poderes otorgados a los ministros, y seguramente se hará donde coincidimos los tres ministros, que será en Buenos Aires”, aseguró el titular de la Secretaría de Economía Ildefonso Guajardo Villarreal.

Por su parte la presencia del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro se encuentra en vilo, ya que él mismo descartó por problemas de salud pueda acompañar al jefe de Estado, Michel Temer, a Buenos Aires.

«En principio, no», dijo Bolsonaro al ser preguntado por la cuestión, y añadió: «Tengo problemas de salud, tengo que evitar viajes largos y está el problema de mi salud, quizá no vaya», reseñó el portal de noticias G1.

Temer invitó a Bolsonaro a participar con él en todos los viajes al extranjero que tiene pendientes de aquí a fin de año por lo que se esperaba que acudiera a la cita del G-20, donde se prevé avanzar en el acuerdo comercial que desarrollan los miembros de la Unión Europea y del Mercado Común del Sur (Mercosur), del que forma parte Brasil.

Aunque a ambas partes le urgía suscribir el acuerdo ante el cambio de autoridades de la Comunidad Europea y el ascenso al poder de Bolsonaro, quien no se ha mostrado partidario del Mercosur y de las negociaciones en bloques, lo cierto es que en la cumbre G-20 no se suscribirá el pacto que lleva más de 20 años en discusión.

«Estamos en fase final de negociaciones; podremos quizás realizar algún anuncio político, un anuncio genérico, pero la firma llevará más tiempo», dijo el  ministro de Relaciones Exteriores argentino, Jorge Faurie a Sputnik.

Faurie sostuvo que el acuerdo está «cerca», pero admitió que todavía, «en diferentes sectores, hay puntos que requieren adecuación«.

No obstante, confió en que se firme antes de que culmine la gestión de Mauricio Macri, en 2019.

El show de Macri

La meta de Mauricio Macri  como anfitrión de la Cumbre de los 20 en Buenos Aires, va más allá de una desesperada búsqueda de inversiones , ya que  su interés y de “integrar al país en el mundo”, es utilizarla como plataforma para el lanzamiento de su reelección en 2019, en medio de una de las crisis económicas, financieras y sociales más grandes que ha enfrentado Argentina.

El encuentro se desarrollará en un momento en el que los gobiernos neoliberales de América Latina buscan reforzar su posición como mayoría en la región y salvaguardar el sistema de capitalismo financiero, frente al debilitamiento de Donald Trump  frente a  la elección de una Cámara de Representantes adversa.

Macri  ya salió de un primer trance y el presupuesto de su Gobierno para 2019 fue finalmente aprobado, por lo que ve en la cumbre  una oportunidad para tratar de mejorar la maltrecha imagen de Argentina.

Al margen de la cumbre,  el mandatario contempla al menos nueve encuentros con jefes de Estado para avanzar en los vínculos políticos, económicos y comerciales.

Se prevé que el mandatario se reúna con sus pares de Francia, Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos, Japón, Rusia, China, India y Corea del Sur. Asimismo se  estima que se logren establecer más de 100 acuerdos de cooperación, inversión y otro tipo de nomenclatura tendientes a establecer los vínculos bilaterales de la Argentina con el mundo.

En este contexto, las reuniones más esperadas en la Casa Rosada, son las de Macri con su par norteamericano Donald Trump y con el Presidente chino Xi Jinping.

“La estrategia de estos encuentros apunta a un objetivo común: reforzar las relaciones bilaterales, apuntalar los planes de inversión en el país y evitar que el apoyo internacional decaiga después de que la Argentina deje de presidir el G20 desde el 2 de diciembre”, reseña el portal Infobae.

En el encuentro entre  Macri con Trump se espera definir un listado de anuncios en materia de inversiones en energía tradicional y renovable. También se contempla que la agencia de inversiones norteamericana OPIC desarrolle todo un programa de desembolso de fondos en diferentes áreas de la economía argentina.

Las conversaciones con Xi Jinping  se basarán en un posible incremento de las exportaciones de alimentos a Beijing, la concreción de una oficina de control sanitario chino en Buenos Aires para agilizar el comercio, el intercambio en materia de ciencia y tecnología y los acuerdos de cooperación en temas de defensa.

Con Vladimir Putin se evaluará acuerdo para ampliar el flujo comercial de alimentos de Buenos Aires a Moscú, así como un sistema unificado de aduanas que permita  que no haya diferencias en las balanzas comerciales.

En tanto, la reunión de Macri con el premier japonés Shinzo Abe se concentrará  en un ambicioso «tratado de inversión»,  que incluirá la posibilidad de desembolsos de fondos japoneses protegidos con arbitraje internacional y garantías soberanas.

Mauricio Macri  y la canciller alemana Angela Merkel se reunirán el viernes 30 de noviembre para tratar de definir una posición firme por el libre comercio y la defensa del acuerdo de cambio climático durante  la plenaria de jefes de Estado. Pero también se  abordará el tema de inversiones de Alemania en la Argentina, sobre todo en el rubro de energía renovable.

A pesar del malestar por los ejercicios militares que se efectuaron recientemente en las islas Malvinas, el mandatario argentino se reunirá con la primer ministra británica, Theresa May para abordar un acuerdo que lleva en discusión un año, que está en poder de las cancillerías de los países participantes, e  incluye capítulos sobre educación, futuro del trabajo, sistema impositivo, desarrollo sustentable y comercio internacional.

Ya fue confirmada además  la presencia de la directora Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, a quien Macri rendirá cuentas por el préstamo de de 57.000 millones de dólares que le otorgó este organismo, y que incrementó  deuda argentina al 70% de su Producto Interno Bruto.

El vocero del FMI, Gerry Rice se mostró complacido por la aprobación del presupuesto 2019 que presentó Macri al Senado, el cual incluye el programa de recortes impuestos por el organismo.

Es clave para restaurar la confianza y garantizar la continuidad de las políticas” de la gestión macrista, dijo.

 

Despliegue de seguridad

Agentes de inteligencia, policías, autos blindados, cámaras de seguridad, aeropuertos cerrados, radares, lanchas rápidas surcando el río, helicópteros sobrevolando Buenos Aires son parte de los recursos de los que dispondrá el Gobierno de Mauricio Macri para blindar a la capital de cara a la  Cumbre del G20.

Bajo la premisa de “austeridad” el Ejecutivo destinó 150 millones de dólares, para garantizar la  “seguridad y la defensa de la Cumbre”, en un momento de profunda crisis social y económica.

El objetivo de la Casa Rosada es tratar de disuadir las protestas que amenazan con calentar el clima previo al encuentro, mediante un operativo de seguridad inédito que incluye  a más de 25.000 efectivos.

Se prevé que se produzcan fuertes manifestaciones como las que se generaron en  junio del año pasado en Hamburgo, Alemania, en donde se realizó la última cumbre.

El operativo lanzado a dos semanas de la asistencia de los líderes del bloque multinacional, cubrirá más de 12 kilómetros de avenidas y autopistas que estarán cerradas de manera temporal.

Para evitar las protestas fueron desplegados grupos antidisturbios destinados a evitar las manifestaciones anunciadas por las organizaciones sociales.

También 13 mil 400 agentes federales de seguridad protegerán a los mandatarios, los cuales mil de ellos serán para Trump. Mientras que varios efectivos estarán vigilante desde el aeropuerto internacional de Ezeiza hasta la ciudad y esta fecha ha sido decretada como día feriado solo en la capital.

Incluso, el tema de seguridad trascendió las fronteras para complacer a Washington, por lo que el gobierno de Tabaré Vázquez  debió obtener la autorización al Parlamento para que Uruguay  pueda recibir  a 400 militares estadounidenses y cuatro aeronaves del 26 de noviembre al 3 de diciembre que ejecutarán tareas de seguridad y custodiarán al presidente norteamericano.

Miedo y paranoia

El miedo y la incertidumbre se apoderó del gobierno argentino, cuando a dos semanas  de la Cumbre G -20 se produjo  en Buenos Aires la detonación de una bomba casera en un cementerio y el intento de hacer estallar otra en la casa del juez federal Claudio Bonadio

Ambas explosiones se fueron atribuidas a organizaciones anarquistas y derivaron en operativos en los que fueron detenidos nueve presuntos responsables.

“No vamos a aceptar este tipo de situaciones violentas: aquellos que han hecho estos intentos de atentados fallidos van a pagar las consecuencias”, aseguró Macri en una entrevista.

No obstante, la tensión es tal que este viernes la Policía ordenó el desalojo del Aeropuerto metropolitano de Buenos Aires por un “paquete sospechoso que resultó ser una bolsa olvidada por una pasajera con artículos personales.

A lo que se suma las declaraciones de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien en una entrevista recomendó a los capitalinos que durante los días de la Cumbre mejor salgan de la ciudad “para que estén más tranquilos”.

Obligado al diálogo

Frente al temor de las protestas, que puedan “manchar” la imagen de Argentina que Macri quiere vender al mundo, el mandatario se vio en la necesidad de llamar al diálogo a organizaciones que marcharán contra la Cumbre, con el fin de garantizar «los derechos constitucionales» de quienes desean manifestarse en un marco de «paz y no violencia».

En una nota de prensa, el Ministerio de Seguridad indicó que convocó a través de una carta al diálogo a organizaciones que integran el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) que preside el premio nobel de la paz de 1980, el argentino Adolfo Pérez Esquivel.

«Se invitó al titular y a los líderes de las organizaciones nucleadas en el Serpaj a participar de reuniones para garantizar los derechos constitucionales de quienes desean manifestarse contra la cumbre y colaborar en la prevención de posibles hechos criminales (…) La cartera de Seguridad promueve un canal institucional de diálogo con quienes deseen ejercer su derecho a la protesta en un marco de paz y no violencia «, indica el texto citado por Diario.es.

Sin embargo, las organizaciones que integran el movimiento Fuera G-20 FMI denuncian una campaña de hostigamiento y criminalización por parte del Gobierno de Macri, y  tienen previsto realizar una Cumbre de los Pueblos el 29 de noviembre y una masiva movilización para el día 30.

“Exigimos al gobierno que cese con su campaña intimidatoria y que se respete el derecho a la libre expresión, petición y encuentro de todas las organizaciones y personas que se manifestarán contra esta Cumbre de las principales potencias del mundo y de aquellos países, llamados emergentes, que acompañan sus políticas de hambre, miseria, depredación ambiental y regresión“, señala un comunicado de la organización Confluencia.

https://www.elciudadano.cl/mundo/que-se-resolvera-en-el-g-20-el-secretismo-detras-de-la-negociacion-entre-el-mercosur-y-la-union-europea/11/14/#ixzz5X5GZLekF

 

https://www.elciudadano.cl/mundo/merkel-y-macron-se-reuniran-este-domingo-en-alemania/11/14/#ixzz5X4ocodEW

 

 

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