EE.UU. aplica política exterior de doble rasero con Arabia Saudita

Mohamad Yavad Zarif, canciller iraní, denunció la política de doble rasero de EE

Mohamad Yavad Zarif, canciller iraní, denunció la política de doble rasero de Estados Unidos respecto a la venta de armas y a la protección de la vida de sus ciudadanos tras los escándalos en los cuales se ha visto involucrado el Reino de Arabia Saudita, como el caso de la muerte del periodista Jamal Khashoggi y las declaraciones del pakistaní Khalid Sheikh Mohammed, presunto autor intelectual del ataque terrorista del 11S.

En un mensaje publicado este miércoles, Zarif criticó el apoyo armamentístico y militar que brinda Washington a Arabia Saudita, a pesar de la implicación de Riad en la muerte de unas 3000 personas en los atentados terroristas del 11 de septiembre en EE. UU.

“Mata a más de 3000 estadounidenses, pero sigue siendo un cliente de EE. UU. y puede obtener armas nucleares, incluso obtener ayudas para adquirirlas”, indica la nota de Zarif.

También se pronunció sobre la posición de Donald Trump frente a la muerte del periodista Jamal Khashoggi. El presidente norteamericano se enfrentó a la CIA y sacó un comunicado «de apoyo» en el que reiteró que Riad era un «socio firme» que acordó invertir «una cantidad récord de dinero» en su país y que cualquier medida en su contra sería aprovechada por Rusia o China.

Fue más allá: admitió que el príncipe heredero Mohammed bin Salman «podría muy bien o no» haber sabido sobre el asesinato de Khashoggi, pero que, «en cualquier caso», su relación era con el reino.

Zarif trata el tema nuclear y las relaciones entre ambos países haciendo referencia a la declaración del ciudadano pakistaní Khalid Sheikh Mohammed, quien se encuentra preso en Guantánamo desde 2006 como presunto autor intelectual del ataque terrorista del 11S.

Khalid Sheikh Mohammed, en su demanda contra Arabia Saudita, ha abierto la puerta a ayudar a las víctimas de los ataques terroristas con la condición de que el Gobierno de EE. UU. lo salve de la pena de muerte si es declarado culpable. Así lo informa The Wall Street Journal citando documentos judiciales de la corte militar de la bahía de Guantánamo.

El principal socio armamentista de EE. UU. en Oriente Medio

La administración estadounidense, presidida por Donald Trump, además de suministrar una gran cantidad de armas y equipamientos militares a Arabia Saudita, ha estado negociando en secreto en los últimos meses un acuerdo que podría ayudar a los gobernantes de Riad a construir dos reactores atómicos.

A finales de marzo, se reveló que, desde noviembre de 2017, el secretario estadounidense de Energía, Rick Perry, había autorizado a ciertas empresas estadounidenses a compartir información nuclear sensible con el reino árabe. Las aprobaciones permanecieron ocultas del público y del Congreso.

El «Equipo B»

El «Equipo B» al que el canciller iraní se ha referido en diferentes ocasiones está formado por el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton; el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud; su homólogo emiratí, Muhamad bin Zayed Al Nahyan; y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

El máximo diplomático iraní también denunció el enfoque hostil del Equipo B para empujar a Donald Trump a una presión máxima contra Irán y destruir el programa nuclear.

“Pero si rechaza inclinarse ante los caprichos del Equipo B, ni siquiera podrá poseer energía nuclear pacífica”, dijo Zarif en referencia a las conspiraciones de Washington contra el programa nuclear iraní, firmado en 2015 entre Teherán y el Grupo 5+1 (entonces formado por EE. UU., el Reino Unido, Rusia, Francia y China, más Alemania), del cual se salió Washington el año pasado.

El canciller iraní acompañó su mensaje con un vídeo de 20 segundos del asesor de Seguridad Nacional de EE. UU., John Bolton, en el que indica: “Dejamos el acuerdo nuclear porque no evitaba el acceso de Irán a las armas nucleares. El país, cuyos principales eslóganes son ‘Muerte a EE. UU.’ y “Muerte a Israel’ no debería tener energía nuclear”.

Arabia Saudita dentro de los juicios de responsabilidad por el 11A

Durante más de una década Arabia Saudita gozó de inmunidad ante los numerosos juicios por responsabilidad iniciados en Estados Unidos tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.

La principal base para la conexión hecha entre los ataques terroristas y Arabia Saudita radica en el hecho de que 15 de los 19 secuestradores eran nacionales de este país. Además, el entonces líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y quien ordenó el ataque era también de nacionalidad saudita y proveniente de una prominente familia.

Tal situación ha generado numerosas sospechas sobre posibles vínculos entre miembros de Al Qaeda y diferentes funcionarios en el Gobierno saudita, situación que el reino ha negado consistentemente, pero, al mismo tiempo, ha impedido investigar.

La inmunidad saudita concluyó en 2016 cuando el Congreso de Estados Unidos derogó el veto del entonces presidente Barack Obama contra la Ley de Justicia Contra Patrocinadores del Terrorismo (JASTA), diseñada para permitir a los familiares de las víctimas presentar sus demandas contra Arabia Saudita.

En marzo de 2018, el juez federal de distrito de Manhattan George Daniels indicó que la demanda tenía una «base razonable» como para afirmar jurisdicción sobre Arabia Saudita a través de JASTA.

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