El dramático avance de la guerra en Etiopía

ONU alertó a principios de julio que ya hay unas 400.000 personas en condiciones de hambruna en Tigray y otras 1,8 millones al borde de ella.

Por Absalón Opazo

07/08/2021

Publicado en

Mundo

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Este viernes, la Agencia EFE publicó un extenso reporte que da cuenta del dramático avance de la guerra en Etiopía, iniciada el 4 de noviembre de 2020, y que hasta el momento ha dejado miles de muertos y al menos dos millones de desplazados.

De acuerdo al reporte de EFE, los enfrentamientos continuaron este viernes, por segunda jornada consecutiva, en la zona de la histórica ciudad etíope de Lalibela, que alberga las famosas Iglesias excavadas en roca declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que este jueves fue tomada por los rebeldes de la vecina región de Tigray (norte).

Residentes de la zona confirmaron a la agencia informativa que hasta este viernes proseguían las movilizaciones bélicas por parte de los dos bandos en conflicto -el Gobierno central etíope y los rebeldes tigriños- y que se extendieron también hacia otras localidades de la región Amhara (al sur de Tigray), donde se encuentra Lalibela.

Esta nueva escalada bélica en Amhara -región también abiertamente enfrentada a Tigray- no solo supone una simbólica demostración de fuerza por parte de los rebeldes, sino que hace temer por el futuro de este gran enclave de la cristiandad etíope y principal exponente monumental de la Dinastía Zagüe (1137-1270), que además también es uno de los principales atractivos turísticos de Etiopía.

Por ello, tras la toma de la ciudad este jueves, la Unesco pidió a las fuerzas tigriñas -agrupadas en las Fuerzas de Defensa de Tigray (FDT)- que garanticen la protección de Lalibela. En respuesta, en un comunicado, el Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT) -bloque político que gobernaba la región hasta que el antagonismo con el Gobierno federal desembocó en este conflicto- aseguró que «protegerán el patrimonio».

Ataques inminentes

Por otra parte, desde la cercana localidad de Woldia (a tan solo 12 kilómetros de Lalibela), su alcalde indicó a EFE que, aunque actualmente reina la normalidad, creen ser el próximo objetivo de las FDT: «Sabemos que el próximo plan será Woldia, así que nuestras fuerzas (de seguridad) ahora tienen la tarea de hacer guardia en las montañas y colinas que la rodean para frenar la expansión de las FDT sobre Woldia», dijo.

Otro residente de esta misma localidad que prefirió mantener el anonimato señaló que tanto el Ejército nacional como las fuerzas regionales amharas se estaban retirando de Woldia: «No sabemos cuál es el plan. Las Fuerzas de Defensa Nacionales de Etiopía están abandonando Woldia y retirándose a la vecina Mersa», agregó este vecino.

En breves declaraciones realizadas a la prensa local, el director de comunicación del gobierno regional de Amhara, Gizachew Muluneh, admitió que la guerra se está intensificando en Lalibela y en las áreas adyacentes. Asimismo, acusó a las FDT de cometer deliberadamente atrocidades y de vandalizar propiedades en las zonas en las que tienen el control.

La guerra de Tigray comenzó el pasado 4 de noviembre, cuando el Ejecutivo del primer ministro Abiy Ahmed lanzó una ofensiva contra el FPLT tras una escalada de las tensiones políticas durante los meses precedentes y en represalia por un ataque contra una base militar federal.

El pasado 28 de junio, Etiopía declaró un «alto al fuego unilateral humanitario», pero aunque el Ejército se retiró de varias ciudades -incluida la capital regional tigriña, Mekele- las fuerzas de Amhara, que habían anexionado de facto durante el conflicto el oeste de Tigray -sobre el que reclaman su derecho histórico-, permanecieron sin moverse.

Durante las últimas semanas, las fuerzas tigriñas incrementaron sus acciones militares para recuperar estos territorios, ganando terreno en el oeste y el sur de la región y volviendo a elevar los niveles de tensión del conflicto. Además de a Amhara, la guerra se ha expandido también a otras regiones que bordean Tigray, como la vecina Afar. Por su parte, el FPLT reclamó la semana pasada el inicio de un «proceso político inclusivo de transición».

Desde el inicio de la guerra, miles de personas han muerto, cerca de dos millones se han visto desplazadas internamente en la región y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según datos oficiales. Además, la ONU alertó a principios de julio de que ya hay unas 400.000 personas en condiciones de hambruna en Tigray y otras 1,8 millones al borde de ella.

También preocupa a la ONU la situación de miles de refugiados eritreos en Etiopía (se calcula que cerca de 100.000 en todo el país), que se han visto atrapados en el conflicto, muchos internados en campos sin acceso a ayuda humanitaria.

«He recibido muchas denuncias creíbles de graves violaciones de los derechos humanos cometidas contra los refugiados eritreos», alertó hoy en un comunicado Mohamed Abdelsalam Babiker, relator de derechos humanos en Eritrea de la ONU. «Han sido señalados, puestos en la diana y victimizados por ambos lados por una ‘percibida’ colaboración con el otro bando del conflicto», cerró el funcionario internacional.

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