Una breve mirada a la dependencia latinoamericana

Analista pone a China como ejemplo de digna reacción a la humillación de los pueblos

La historia de Latinoamérica es un relato de dependencia, intervenciones y humillaciones. Primero por las fuerzas coloniales, más tarde por el colonialismo embozado, pero no menos letal, de Estados Unidos. El autor de este texto compara la historia de Latinoamérica con la de China por los niveles de sometimiento a los fuerzas coloniales. Se sorprende y admira con la China actual y nos sugiere conocer su historia revolucionaria.

Entre 1810 y 1850 América Latina fue una región independiente. Una vez rotas las pesadas cadenas que la esclavizaban a España, gran parte de la región pudo gozar de un corto periodo donde la dominación europea dejó de existir. No obstante, en la segunda parte del siglo XIX, esta libertad se fue perdiendo, primero debido al agresivo intervencionismo del imperio británico y luego debido al intervencionismo de los Estados Unidos.

Fue así como pronto la región al sur del río Grande una vez más cayó en el vasallaje y la explotación de potencias extranjeras. La corta dominación británica fue rápidamente reemplazada por la aplastante hegemonía estadounidense. En Latinoamérica, los Estados Unidos siguieron el mismo modelo de dominación que todos los hegemones regionales han usado en la reciente historia del planeta. Todo esto con el fin de posesionarse como el jugador central y principal de  la región bajo dominio. En el siglo XIX eficientes compañías estadounidenses inundaron la región en busca de frutas, minerales, azúcar y tabaco. La compañía United Fruit pronto ganó control sobre todas las exportaciones fruteras de América Central. El control bancario y financiero fue otra poderosa herramienta de dominio, tal como lo ha demostrado el periodista y académico uruguayo Eduardo Galeano.

Galeano señala que se produjo una verdadera invasión bancaria que rápidamente desvió el capital local hacia empresas estadounidenses. Washington alentó a los bancos estadounidenses a asumir la deuda de acreedores europeos y con ello minimizar la influencia de estos rivales en su nuevo patio trasero. Por más de cien años Washington usó su extraordinariamente hábil diplomacia para empujar sus intereses económicos, a través de iniciativas destinadas a promover el comercio y la inversión norteamericana en la región.

Los Estados Unidos también construyeron una sofisticada arquitectura institucional para impulsar su agenda de dominación. En 1948 se creó la Organización de los Estados Americanos con sede en Washington DC y destinada a promover la seguridad y cooperación regional. La poderosa influencia estadounidense consiguió que la OEA permaneciera silenciosa y, aún más, que legitimara numerosas intervenciones políticas y militares de los Estados Unidos en la región. Otras instituciones de desarrollo también se crearon, incluyendo el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID), el Banco de Importaciones y Exportaciones. Todas estas instituciones, según Galeano, nacieron en los Estados Unidos, tenían sus casas matrices en ese país y estaban naturalmente a su servicio.

La total dominación económica de los Estados Unidos sobre Latinoamérica le permitió al coloso del norte usar la coerción económica y sanciones de todo tipo para disciplinar a sus nuevas colonias. Fue sí como puso un embargo a Cuba, el cual aún continúa. Usó su poder financiero  para presionar y debilitar al presidente Allende en Chile a comienzos de los años 70, impuso un embargo a Nicaragua para debilitar al gobierno sandinista en 1985.

No obstante, los Estados Unidos también usaron la fuerza bruta y las invasiones militares cuando ello fue necesario. A fines del siglo XIX, Estados Unidos inició la construcción de su poder militar en la región. Ya esto lo había hecho en forma selectiva a comienzos de ese siglo, cuando el coloso del norte arrebató territorio a México y España mediante varias guerras. También invadió varios países sureños. Las fuerzas militares norteamericanas invadieron países latinoamericanos más de 20 veces. La mayoría de estas invasiones fueron en República Dominicana, Haití, México y Nicaragua.

ROOSEVELT Y LA DOCTRINA MONROE

Fue así como Estados Unidos intervino en los asuntos latinoamericanos cuantas veces le dio la gana. A través del corolario de Roosevelt a la Doctrina Monroe, Washington reclamaba el derecho a intervenir en los asuntos de todos sus vecinos del sur. Para esto usó operaciones abiertas y encubiertas, violentas y no violentas, inventó sofisticados métodos para ayudar a sus aliados anticomunistas y usó todo tipo de mecanismos para oponerse y destruir a sus enemigos izquierdistas.

 

El distinguido diplomático estadounidense Robert Aldo explicó esta metodología en términos muy claros en 1927: “América Central siempre ha entendido que los gobiernos que nosotros reconocemos y apoyamos permanecen en el poder, mientras aquellos regímenes que no reconocemos y no apoyamos siempre se desploman”. Durante la Guerra Fría, los militares estadounidenses y la CIA crearon, armaron y entrenaron fuerzas anticomunistas a través de toda América Latina. Esto se hizo mediante instituciones tales como la Escuela Militar de las Américas en Panamá y muchos otros centros de instrucción en los Estados Unidos. Fuerzas equipadas y apoyadas por los Estados Unidos trataron de derrocar gobiernos izquierdistas en Cuba, Ecuador, El Salvador y Nicaragua. Washington organizó y apoyó con éxito golpes de Estado en Guatemala en 1954 y en Chile en 1973.

La aplastante hegemonía de Estados Unidos sobre América Latina también utilizó extensivamente su poder blando. En 1953, el gobierno norteamericano creó la Agencia de Informaciones, que de acuerdo con el presidente Eisenhower “debería  mostrar a todos los países que los objetivos de Estados Unidos están en armonía con los objetivos de sus vecinos del sur». El gobierno de Estados Unidos creó nuevas agencias de información y poderosas cadenas de radios que transmitían sofisticada propaganda pro estadounidense. Al mismo tiempo, el gobierno de Washington con éxito infiltró a la prensa izquierdista. En Chile y en la República Dominicana, por ejemplo, la CIA y la USAID iniciaron una intensa campaña para desprestigiar candidatos izquierdistas difundiendo información falsa y haciendo todo lo posible por silenciar a los medios y candidatos no deseados por el hegemón.  ([i])

Hoy día las estaciones de radio y televisión por cable estadounidenses, con cientos de canales, transmite por 24 horas al día y 7 días a la semana el mismo mensaje. En él se señala que los Estados Unidos y su modelo político, económico y social representa la cúspide de la evolución humana. Este repetitivo y potente mensaje ha penetrado en el subconsciente de millones de seres humanos. Es decir, han creado la falsa conciencia que impulsa a pueblos enteros a tratar de llegar a la tierra prometida. En las últimas décadas, la avalancha de emigrantes que huyen del empobrecido sur para llegar al rico norte ha creado un problema migratorio de mayúsculas proporciones. Esta avalancha de mano de obra barata ha bajado el salario de los trabajadores estadounidenses. Es por ello que esta clase trabajadora, desempleada o con bajos salarios, se ha unido políticamente y ha elegido a un presidente que ha prometido expulsar a 12 millones de latinos y construir un enorme muro que impida la inundación de latinos pobres procedentes del sur.

En esta historia, narrada no por un economista o historiador crítico latinoamericano, sino por la cientista política estadounidense Jennifer Lind en el último número de la revista Foreign Affairs, da la impresión que los pueblos latinoamericanos quedaron exhaustos después de las luchas por la independencia y a consecuencia de ellos se dedicaron a dormir una larguísima siesta. Descanso fatal que fue muy bien utilizado por los anglosajones, primero el imperio británico y luego los Estados Unidos. La enorme facilidad de esta conquista pareciera indicar que el alma latinoamericana parece sufrir de un gravísimo problema. A continuación trataré de hacer una breve narrativa que ilumine un poco este misterioso fenómeno.

DEPENDENCIA Y DECADENCIA POLÍTICA

Los conceptos de ciencia política denominados como dependencia y decadencia política, pueden ser útiles para entender este fenómeno. La decadencia política se produce en países y sociedades que por una u otra razón pierden su virtud, ([ii]) y entran en un agudo proceso de corrupción política. En este proceso, primero la elite se corrompe y pierde toda su ética y valores relacionados con el espíritu de comunidad y cohesión social. La corrupción de la elite produce la corrupción del Estado. La administración pública se transforma en una especie de prostíbulo político donde los cargos de la administración estatal se llenan con parientes y amigos y los cargos que sobran se venden al mejor postor. Esto es lo que se llama una administración clientelista. Con una administración corrupta de este tipo, el Estado deja de funcionar adecuadamente. Los servicios públicos sólo dan servicios a la elite y las masas populares quedan desamparadas y desprotegidas. Con el tiempo empiezan los disturbios populares y la elite corrupta en desesperación busca aliados y protectores en el extranjero. El Estado se transforma en lo que se llama un Estado pretoriano, donde las fuerzas armadas y la policía, bajo control extranjero, asumen la administración y control del país. Esto es brevemente un apretado resumen de la teoría de la decadencia política, discutida por Maquiavelo y cuyos principales seguidores modernos son Samuel P. Huntington primero, y luego su alumno Francis Fukuyama entre otros ([iii]).

¿Pero cómo se aplica esta teoría al caso de la decadencia política a nivel latinoamericano?

Las elites latinoamericanas tienen una cultura con valores pre modernos, es decir, una cultura feudal basada en las ideas religiosas del sur de Europa y anteriores a la gran reforma protestante de Calvino y Lutero. Por lo tanto, la cultura de las elites tiene una base psicológica e intelectual que acepta la explotación económica de las masas en trabajo semi esclavo y ubicado en grandes explotaciones agrícolas llamadas encomiendas y también grandes faenas mineras.

Ambas instituciones productivas se encargaban de producir materias primas para la metrópoli de Europa. Este modelo de explotación agrícola y minera extensiva es de baja eficiencia y productividad, pero sumamente lucrativo para los dueños de las haciendas y las minas. De esta forma la clase terrateniente se acostumbró a acumular riqueza fácil y rechazó emprendimientos relacionadas con el área industrial, tecnológica y de servicios de alta complejidad.

La mayoría de las actividades productivas entre ellas, una creciente industria, cayeron en manos de europeos en el siglo XIX y en manos de estadounidenses en el siglo XX. Se creó así una sólida alianza entre ricos latinoamericanos y empresarios estadounidenses. De esta forma América Latina pasó de ser una semi colonia europea a ser una semi colonia estadounidense en los últimos 150 años. Los ricos latinoamericanos y sus ayudantes de clase media, tienen derecho a ocupar los altos cargos públicos del Estado con la condición de que se sigan las instrucciones de los Estados Unidos y que siempre se protejan los intereses económicos del imperio.

Las inmensas masas populares, cientos de millones de pobres, después de muchos años de opresión, han perdido el interés en la política activa y se han convertido en “familistas amorales”. Es decir, ellos luchan individualmente para sobrevivir ellos, sus familiares y un puñado de amigos. Pero la comunidad de vecinos, la actividad ciudadana y la política nacional son consideradas una actividad corrupta, tóxica y altamente peligrosa. Por lo tanto, estos cientos de millones de individuos pobres no participan en la vida política de sus países. En los raros momentos históricos en que sí ellos han participado en política, por lo general, ellos han sido violentamente reprimidos y perseguidos. Por lo tanto, para ellos la política es una actividad peligrosa ya que en ella han muerto muchos de sus antepasados. Es así como la actividad política es una peste que debe evitarse a toda costa. Todo este fenómeno explica en parte la enorme apatía política de las masas latinoamericanas. Este profundo temor por la activa participación política en defensa de sus intereses, pareciera ser la causa principal por la cual la desigualdad económica latinoamericana es la peor del planeta.

La humillación de los países latinoamericanos ya lleva más de 150 años y ella comenzó cuando México perdió la mitad de su territorio en la guerra con Estados Unidos. Es difícil encontrar humillaciones tan profundas y de tan larga duración en otros pueblos de la tierra. Tal vez se podría argumentar que una humillación similar a la latinoamericana ha sufrido el pueblo chino. La agresión occidental hacia China empezó con las guerras del opio a mediados del siglo XIX. El imperio británico obligó a cañonazos al caduco y corrupto imperio chino a aceptar que su pueblo fuera transformado en una gigantesca masa de drogadictos y que sus principales puertos fueran ocupados por potencias europeas; para así facilitar el tráfico de drogas y otros productos altamente lucrativos.

China logró su independencia a comienzos del siglo XX, pero aquella república china burguesa pronto cayó en las manos de la corrupción y decadencia política. Todo esto facilitó la invasión y conquista japonesa de Manchuria en los años 30 del siglo XX. Las cosas empezaron a cambiar sólo cuando el Partido Comunista bajo el mando de Mao Tse-tung, inició la reconquista de su país. Esto se logró con una enorme y gigantesca guerra civil que duró varias décadas y contra las fuerzas pro estadounidense del general Chiang Kai-shek, quien finalmente fue derrotado por el Ejército del partido comunista.

En aquella fecha se creó la República Popular China. Desde esa fecha y en 70 años ese país lleno de drogadictos, prostitutas y bandidos ha sido transformado en un modelo de sociedad moderna, industrial y pionera en tecnología de punta. Hoy la República Popular China tiene 1.500 millones de habitantes, está protegida por armas nucleares y desde el año 2015, se ha transformado en la primera potencia económica mundial (en términos de poder de compra). Todo este milagro lo hizo el Partido Comunista Chino.[iv]

Sería bueno que los latinoamericanos estudiaran con cuidado la triste historia de nuestra región, así como la historia del pueblo chino. Es probable que de este estudio se descubra la clave del éxito de los chinos. ¿Cómo se explica que un país devastado por la Segunda Guerra Mundial y una horrible y tremendamente larga guerra civil, lograra pasar de una profunda miseria a ser la primera potencia económica mundial es sólo un puñado de décadas? Es evidente que parte importante de este increíble logro está en la nueva cultura y organización que el Partido Comunista chino fue capaz de crear entre cientos de millones de personas que hace pocos años vivían en la más terrible pobreza y degradación social.

Para concluir este breve trabajo, es preciso señalar que aquellos latinoamericanos que desean liberarse de las corruptas elites que actualmente los administran, deberían estudiar con sumo cuidado la historia china en los últimos 150 años.

[i] Es preciso señalar que toda esta apretada información sobre el control de Estados Unidos en América Latina, está extraída de un importantísimo artículo que trata de demostrar a los países asiáticos cómo sería la dominación de China sobre ellos en el caso que los Estados Unidos decidiera retirarse de Asia. La autora del artículo en referencia cita en detalle a otros ejemplos de dominación, tales como el de la Unión Soviética sobre Europa del Este entre 1945 y 1991. También se discute magistralmente la dominación hegemónica que Japón tuvo sobre países asiáticos antes de la Segunda Guerra Mundial. No obstante, la autora le da particular importancia a un extenso análisis sobre la conducta del imperio chino cuando éste dominaba a casi todos los países de Asia. Naturalmente que aquí la idea de la autora era clarificarle con la mayor precisión posible a Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Filipinas, Indonesia, Vietnam y otros países asiáticos, todo lo que les espera si China se transforma en el poder dominante de Asia. Ver: Jennifer Lind “Life in China’s Asia. What Regional Hegemony Would Look Like”. Foreign Affairs March-April 2018.

[ii] Este gravísimo problema es discutido magistralmente por Maquiavelo en El Príncipe y muy en particular, en su obra fundamental, titulada Discursos de la Primera Década de Tito Livio.

[iii] Este tema también es discutido en el artículo “Cambio social e inestabilidad política en Chile: el riesgo de la sociedad pretoriana” http://www.elclarin.cl/web/opinion/politica/8665-cambio-social-e-inestabilidad-politica-en-chile-el-riesgo-de-la-sociedad-pretoriana.html

[iv] Entre los logros más importantes del Partido Comunista chino está la destrucción de la llamada falsa conciencia. Esto a su vez permitió a China destruir para siempre las raíces culturales que alimentaban una situación patológica de dependencia económica y también de dependencia de creencias, valores, principios e ideologías creadas por otras culturas y civilizaciones. Para un excelente trabajo sobre los mecanismos y metodologías para destruir la falsa conciencia sírvase ver Steven Lukes Power a Radical View Second Edition. Palgrave Macmillan, Nueva York, 2005

Por Fernando Duque, Ph.D, Cientista Político

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