Ambos candidatos están al alza en las encuestas

Fillon y Mélenchon reúnen multitudes en Francia en campaña presidencial

Los dos candidatos a las presidenciales francesas que aparecen al alza en los últimos sondeos, aunque todavía lejos de clasificarse para la segunda vuelta, el conservador François Fillon y sobre todo el radical de izquierdas Jean-Luc Mélenchon, lograron reunir hoy a miles de personas en sus mítines

Por Jose Robredo

09/04/2017

Publicado en

Mundo

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Los dos candidatos a las presidenciales francesas que aparecen al alza en los últimos sondeos, aunque todavía lejos de clasificarse para la segunda vuelta, el conservador François Fillon y sobre todo el radical de izquierdas Jean-Luc Mélenchon, lograron reunir hoy a miles de personas en sus mítines.

Con unos 70.000 asistentes, según el propio Mélenchon, a su discurso en el centro de Marsella, en pleno muelle del puerto antiguo, este político dio un nueva prueba de su capacidad de movilización tres semanas después de una concentración en París a la que acudieron, siempre de acuerdo con sus cifras, 130.000 personas.

Al ambiente primaveral vivido hoy en la segunda ciudad de Francia que benefició al veterano político, de 65 años y antiguo ministro socialista que dejó el partido en 2008, se añadió una encuesta publicada este domingo y que por primera vez lo sitúa en tercera posición con un 18 % de la intención de voto, ahora por delante de Fillon (17 %).

El instituto demoscópico Kantar Sofres Onepoint constató en ese estudio que Mélenchon ha subido seis puntos porcentuales en tres semanas, el mayor movimiento con diferencia de todos los candidatos, mientras que Fillon se mantiene estable.

Los dos favoritos para la primera vuelta de elecciones el próximo día 23, el socioliberal Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen, bajan dos puntos y se quedan en ambos casos en el 24 %, pero con una ventaja significativa.

La peor parte se la lleva el socialista Benoît Hamon, que pierde tres puntos, hasta el 9 %.

Este sondeo, que pronostica una victoria clara de Macron en la segunda vuelta del 7 de mayo (61 % de votos para él, 39 % para Le Pen), reafirma las tendencias registradas en los últimos días y, en particular, el tirón de Mélenchon.

En Marsella, Mélenchon habló sobre todo de política internacional con el tono entre indignado y acusatorio que le caracteriza, se definió como «el candidato de la paz» y criticó con fuerza lo que considera «una aprobación total» del presidente francés, François Hollande, y de la canciller alemana, Angela Merkel, la acción de EE.UU. contra el régimen sirio de Bachar al Asad.

«Esa intervención es irresponsable (…) No hará más que acrecentar las tensiones», señaló Mélenchon, en referencia a la acción lanzada en represalia al reciente ataque químico que Washington atribuye al régimen de Damasco.

Además, alertó de las crecientes fricciones entre los occidentales y la Rusia de Vladimir Putin e insistió en que los franceses deben dejar claro que no quieren «ninguna guerra en el continente europeo, ni pequeña, ni mediana, ni grande».

Criticó la acción de la Unión Europea, a la que responsabilizó de «la miseria y la desesperación en España o en Grecia» y del hecho de que muchos jóvenes hayan tenido que emigrar.

Por lo que respecta a Francia, atacó al actual Gobierno de Hollande (antiguo compañero de partido), dijo que «se tiene que acabar la guerra contra los pobres» y consideró que «hay que acabar con esa casta dorada de parásitos incapaces e inútiles».

Por su parte, Fillon celebró un mitin en París ante 25.000 personas, según cifras de su equipo, en el que se esforzó en dar señales de optimismo tras el varapalo en la intención de voto que ha sufrido desde que estalló hace dos meses y medio el escándalo por los empleos supuestamente ficticios que atribuyó a su mujer y a dos de sus hijos.

El líder conservador afirmó que, pese a los «golpes» que ha recibido por ese asunto, los locales de sus actos electorales han estado «llenos» en todo el país y con un ambiente de «orgullo».

«Desde hace dos meses -explicó- he podido sentir la violencia de la conjura de los impotentes», al frente de los cuales puso a Hollande.

Una conjura que, avanzó, «continuará con su joven heredero», en alusión directa a Macron.

El grueso de sus ataques se centró en el que durante dos años y hasta agosto de 2016 fue el ministro de Economía del actual presidente socialista, al que reprochó que va a «enterrar la cultura francesa» y para quien «el concepto nacional está pasado de moda».

Fillon tampoco se privó de descalificar, «en el otro extremo del espectro político (…), la loca aventura» que propone Le Pen, «ese sueño horripilante de una Francia albanesa protegida con muros y que cultiva un rincón de lechugas».

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