Byung-Chul Han disecciona el neoliberalismo

Filósofo coreano y las consecuencias de la auto-explotación: “Ya no hay contra quien dirigir la revolución”

Autor de títulos punzantes y agudos –La sociedad del cansancio, Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder, La agonía del Eros, entre otros– el coreano Byung-Chul Han se ha convertido en “uno de los más reconocidos diseccionadores de los males que aquejan a la sociedad hiperconsumista y neoliberal tras la caída del muro de Berlín”, […]

Por Felipe Menares

07/05/2018

Publicado en

Mundo / Represión / Sociedad

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Autor de títulos punzantes y agudos –La sociedad del cansancio, Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder, La agonía del Eros, entre otros– el coreano Byung-Chul Han se ha convertido en “uno de los más reconocidos diseccionadores de los males que aquejan a la sociedad hiperconsumista y neoliberal tras la caída del muro de Berlín”, según lo define El País de España.

El medio ibérico dio cuenta de algunas de las declaraciones del filósofo en una exposición que encabezó en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), instancia en la que abordó la autoexplotación que se infligen los individuos, los mismos que temen a lo otro, a lo diferente.

Para Byung-Chul Han, la sociedad ha transitado desde “el deber de hacer” una cosa al “poder hacerla”. ¿Cuál es la derivada de ese movimiento? “Se vive con la angustia de no hacer siempre todo lo que se puede”, señala. El punto es que si no se triunfa, es culpa del individuo, de ahí la autoexplotación.

“Ahora uno se explota a sí mismo figurándose que se está realizando; es la pérfida lógica del neoliberalismo que culmina en el síndrome del trabajador quemado”, sostiene, de acuerdo al reporte de El País. Este carácter del sistema tiene una consecuencia: “Ya no hay contra quien dirigir la revolución, no hay otros de donde provenga la represión”.

Sumado a la autoexplotación está la cuestión del tiempo, cuyo uso debe sufrir una revolución, según plantea el académico. “La aceleración actual disminuye la capacidad de permanecer: necesitamos un tiempo propio que el sistema productivo no nos deja; requerimos de un tiempo de fiesta, que significa estar parados, sin nada productivo que hacer, pero que no debe confundirse con un tiempo de recuperación para seguir trabajando; el tiempo trabajado es tiempo perdido, no es tiempo para nosotros”, asevera Byung-Chul Han.

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