Gobierno de Macron arremete contra los chalecos amarillos y detiene a más de 100 manifestantes

La protesta sigue en pie luego de 10 meses

Por Leonardo Buitrago

21/09/2019

Publicado en

Mundo

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Los chalecos amarillos se han mantenido en las calles de Francia por 10 meses, para demostrar que siguen dispuestos a defender sus derechos ciudadanos frente a las agresiones y políticas económicas aplicadas por el Gobierno de Emmanuel Macron.

Las manifestaciones en Francia no cesan. El rechazo masivo contra el gobierno neoliberal de Emmanuel Macron sigue en alza . El Ejecutivo desplegó este sábado cerca de 7.500 agentes de las fuerzas del orden en París para contrarrestar la jornada de protestas, encabezada por los chalecos amarillos y que dejó un saldo de más de cien detenidos.

La movilización de este colectivo, que cumpliósu 45.ª jornada de reivindicaciones, fue dispersada por gases lacrimógenos en los Campos Elíseos, la estación de tren Saint-Lazare y la plaza Madeleine de la capital francesa.

De acuerdo a estimaciones, cientos de personas se aglomeraron en la ciudad y, a media jornada, las fuerzas del orden parisinas ya habían detenido a 106 personas.

«Nos tratan como a criminales«, denunció Brigitte, una activista ecologista. «Nos reunimos para decir que no podemos vivir. No es sólo una manifestación contra un presidente sino contra todo un sistema», explica por su parte una mujer en sudadera, con capucha, bajo el disfraz del anonimato.

Paris manifestaciones
Más de 7.5000 agentes de seguridad se desplegaron en París. Foto La Tercera.

Las autoridades afirmaron temer episodios violentos y realizaron más de 1.250 controles. Además se desplegaron camiones con cañones de agua y vehículos blindados, se cerraron una treintena de estaciones del metro y acordonado barrios enteros del centro de la capital.

Como medidas de contingencia, varias instituciones públicas, museos y monumentos – como el Arco del Triunfo – mantuvieron sus puertas cerradas este sábado.

Una fuente de las fuerzas de seguridad mencionó que existía un riesgo de «convergencia» entre los «chalecos amarillos» y los llamados Black Blocs, grupos violentos «que quieren romperlo todo».

Manifestación en París
Manifestación en París contra el cambio climático. Foto La Tercera.

La movilización de los chalecos amarillos coincidió este sábado con una protesta convocada por el Frente Obrero contra la reforma de las pensiones en Duroc y con una manifestación contra el cambio climático en los jardines de Luxemburgo, en la que participaron miles de personas, la mayor parte jóvenes y estudiantes.

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La primera jornada de los chalecos amarillos se produjo el 18 de noviembre de 2018. Foto web.

Diez meses en las calles

Los chalecos amarillos se han mantenido en las calles de Francia por 10 meses, para demostrar que siguen dispuestos a defender sus derechos ciudadanos frente a las agresiones y políticas económicas aplicadas por el Gobierno de Emmanuel Macron.


El movimiento tuvo su primera jornada de acción el 17 de noviembre de 2018 a raíz del aumento de precios del combustible decretado por el Gobierno, pero luego las reivindicaciones se ampliaron al incremento de impuestos en general y la pérdida del poder adquisitivo como resultado de la política gubernamental.

Otro de los objetivos de la movilización de los chalecos amarillos, es  lograr reformar la Constitución en aras de alcanzar una democracia plena y garantizar que los ciudadanos tengan la posibilidad de pedir e impulsar la realización de referendos nacionales sobre temas relevantes.

Chalecos Amarillos presionan al Gobierno para que escuchen sus demandas. Foto La Vanguardia.

La lucha contra el sistema neoliberal francés se ha vuelto incontrolable para el propio Macron, pues se trata de un movimiento masivo, colectivo y no representativo, es decir, sin un líder absoluto o “líderes conocidos”, que se gestó al margen de la estructura clásica conservadora, desligada de partidos políticos y sindicatos.

Sin embargo en una entrevista concedida a la revista Time, el mandatario francés trató de girar la situación a su favor.

chalecos

“En cierto modo, los chalecos amarillos fueron muy buenos para mí porque me recordaron quién debía ser”. “Mi desafío es escuchar a la gente mucho mejor de lo que hice al principio”, admitió Macron, al tiempo que avanza su propósito de cambiar de método porque “no es sólo reformar para el país sino con el país”.

Lo cierto es que lejos de desaparecer, el descontento y las protestas del pueblo francés cada día toman más fuerza, a pesar de la represión policial.

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