Industria química alemana en crisis: renuncia al gas ruso encarece la energía y dispara cierres

Altos costos de energía y del CO₂ ponen contra las cuerdas a la química alemana, según reportes de la prensa germana. Ineos, BP, Shell y Evonik anuncian cierres o ventas.

Industria química alemana en crisis: renuncia al gas ruso encarece la energía y dispara cierres

Autor: mauriciomorales

La industria química alemana e crisis ya no es un diagnóstico reservado a los analistas: cierres de plantas, recortes de personal y ventas de activos se multiplican tras el encarecimiento de la energía y los costos del CO₂. El golpe se siente con fuerza en las regiones del Rin y el Ruhr, donde sindicatos y autoridades alertan por el empleo.

Según la información difundida por la prensa alemana, grandes empresas del rubro han reducido operaciones o cerrado instalaciones ante un cuadro que combina precios energéticos altos y tasas por emisiones más exigentes que en otras zonas del mundo. La competencia asiática —con energía más barata y sin cargos equivalentes por CO₂— profundiza la desventaja.

En este escenario, el SPD de Renania del Norte-Westfalia exige flexibilizar temporalmente el sistema de comercio de derechos de emisión (ETS) o suspenderlo mientras dura la emergencia. El objetivo es evitar la desindustrialización de un clúster que considera entre los más modernos y ecológicos del mundo, pero hoy presionado por sus costos estructurales.

A su vez, en los últimos meses, Ineos, BP, Shell y Evonik comunicaron cierres o desinversiones. Entre los movimientos más sensibles destaca que BP evalúa vender Ruhr Oel GmbH, propietario de una refinería en Gelsenkirchen con cerca de 2.000 trabajadores. Para el tejido industrial del Rin-Ruhr, cada plan de ajuste se traduce en empleos e inversión comprometidos.

La macro no ayuda: recesión y energía más cara tras el fin del gas ruso

La economía alemana cerró 2024 con una caída del PIB de 0,2%, segundo año consecutivo de retroceso, en gran parte por el shock energético que siguió a la renuncia al gas ruso. Con la electricidad y el gas más caros, la química —intensiva en energía— fue uno de los primeros termómetros en marcar la fiebre.

¿Qué piden las empresas? Alivios temporales en el costo del CO₂ (ETS) para evitar cierres definitivos; energía a precios competitivos y contratos estables para planificar inversiones; y políticas anti-fuga de carbono que emparejen la cancha frente a Asia, EE.UU. y Medio Oriente.

El corazón químico alemán sostiene decenas de miles de empleos directos y una extensa cadena de valor en fármacos, plásticos, fertilizantes y materiales avanzados. Sin un puente regulatorio y energético, la reconversión podría derivar en cierres irreversibles y pérdida de capacidad tecnológica.


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