Insólito: Una mujer que se quiere casar con el Tetris

Noorul Mahjabeen Hassan es una estudiante de 20 años que vive en Florida y que tiene una relación sentimental de lo más especial

Por Alex Ripne

11/01/2018

Publicado en

Mundo / Sociedad

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Noorul Mahjabeen Hassan es una estudiante de 20 años que vive en Florida y que tiene una relación sentimental de lo más especial. Porque no está con ningún hombre ni con ninguna mujer, sino que su pareja es el Tetris, el mítico juego creado en los años 80 que todavía hoy sigue levantando pasiones. Algunas más extrañas que otras…

Noorul, que prefiere ser conocida como Fractal Tetris Huracan, lleva ‘saliendo’ con el Tetris desde septiembre de 2016. Una relación que va más allá de pasarse doce horas diarias jugando en su ordenador, en su móvil y en su Game Boy, ya que incluso duerme con un cartucho de NES y mantiene relaciones físicas con objetos de merchandising como cojines de Tetris, según informa el periódico británico Metro. Y es que su casa es un fiel reflejo de su pasión por el juego: además de lucir collares y camisetas de Tetris, hay todo tipo de objetos relacionados con el título como lámparas, pins y algunas rarezas que sus amigos le han ido regalando durante todo este tiempo.

Noorul piensa que el Tetris es muy bello. “Trata sobre la perfección y estimula tu mente. Físicamente me aporta ese sentimiento que tienes cuando estás en una relación y sientes que es la persona elegida. Lo quiero mucho y me siento satisfecha con él, sobre todo cuando juego a eliminar líneas lo más rápido posible”, relata.

La relación entre Noorul y el Tetris puede ir un paso más allá próximamente, ya que la joven ya planea pasar por el altar cuando termine sus estudios. “Quiero decir que estoy casada con el Tetris, tener una ceremonia legítima y oficial a la que no falte nadie y convertirme en la señora Tetris”.

Noorul es un caso más de objetofilia, una parafilia que le viene de lejos. De hecho, confiesa no haberse enamorado nunca de una persona, únicamente de objetos. Pierre fue su última conquista antes del Tetris, una calculadora científica que su madre le compró cuando tenía 16 años y que bautizó así en honor al matemático Pierre De Fermat. “Me gustaba tocar sus botones con los dedos y con la lengua, además de poner números al azar y multiplicarlos”, indica. Todo terminó cuando un día Pierre dejó de funcionar. Noorul se compró otra calculadora igual, “pero no me hacía sentir lo mismo que la Pierre original”.

Además del videojuego y de la calculadora, en el historial amoroso de esta chica figuran objetos tan distintos como un monorraíl, un iPod, una cinta de correr o un GPS.

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