Naciones Unidas admite que cascos azules llevaron brote de cólera a Haití

El texto, conocido gracias a una filtración critica el "doble rasero" de la organización al exigirle a los estados miembros, que sean respetuosos con los derechos humanos, cuando se exime de esa responsabilidad para sí misma.

Por Meritxell Freixas

19/08/2016

Publicado en

Mundo

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La epidemia de cólera que hace casi seis años mató a miles de persona en Haití fue responsabilidad de los cascos azules desplegados en la isla. Es la conclusión que, por primera vez, reconoció la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y que se revela en un informe interno.

Después de más de cinco años de negar la intervención o la responsabilidad de la ONU en el brote, que dejó al menos 10.000 muertos y provocó centenares de miles de infecciones, la declaración representa un cambio significativo en la postura de la organización internacional.

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FOTO: REUTERS

La revelación se produce a raíz de un informe confidencial enviado al secretario general de la organización, Ban Ki-moon, por parte de uno de sus asesoras, Philip Alston, profesor de derecho de la Universidad de Nueva York, que concluye que el brote «no habría estallido si no hubiera sido por las acciones de las Naciones Unidas».

Para Altston, la gestión de la crisis del cólera en Haití por parte del órgano internacional es «moralmente inadmisible, legalmente indefendible y políticamente autodestructiva». Asimismo, criticó el «doble rasero» de las Naciones Unidas al exigirle a los estados miembros, que sean respetuosos con los derechos humanos, «a la vez que se exime de esa responsabilidad para sí misma». Según él, eso «entierra tanto la credibilidad general de la ONU como la integridad de la Oficina del Secretario General».

El profesor también lamentó que el organismo multilateral se refugie en su inmunidad diplomática, tras haberse «saltado el Estado de derecho» en la nación antillana.

El texto detalla que las primeras víctimas de cólera -a mediados de octubre de 2010- vivían cerca de un alojamiento de la base de los cascos azules que habían llegado hacía poco tiempo de Nepal, donde había otro brote de cólera, y que los residuos, desperdicios y heces fecales se depositaron a un río directamente.

El informe, un borrador de 19 páginas recibido por Ban Ki-moon el pasado 8 de agosto, fue filtrado por un funcionario y publicado por el diario The New York Times.

Se espera que la versión final del texto de Alston sea presentado en octubre próximo, cuando se lleve a cabo la Asamblea General de las Naciones Unidas y se explique la gestión detallada durante la crisis.

Reacciones a la publicación

En respuesta a la filtración del informe, el portavoz de la ONU, Farhan Haq, manifestó que aun falta mucho por realizar para solventar la crítica situación que padecen los haitianos: «La ONU se ha convencido de que necesita hacer mucho más respecto a su propia implicación en el brote inicial y el sufrimiento de los afectados por el cólera», declaró Haq.

Por su parte, el jefe de la Oficina de Abogados Internacionales, Mario Joseph, catologó como «una victoria para el pueblo haitiano» las declaraciones del portavoz de las Naciones Unidas: «Es una gran victoria para los miles de haitianos que se movilizaron para pedir justicia, que escribieron en a la ONU y presentaron una demanda contra la organización», dijo en un comunicado.

Desde el 2011, cuando el Instituto para la Justicia y la Democracia en Haití demandó al ente supranacional, se desarrollan una serie de acusaciones formales que sin embargo han sido desestimadas.

En 2014 la justicia estadounidense denegó la demanda por considerar que no era posible investigar y procesar a las Naciones Unidas.

Otro escándalo de los cascos azules

Éste es una nueva mancha negra en el expediente de actuaciones de los cascos azules en zonas de conflicto o post conflicto. El pasado mes de mayo se conoció la acusación de 44 casos de abusos sexuales que habrían sido cometidos por los soldados de mantenimiento de la paz, desplegados en diversas partes del mundo, sobretodo en República Centroafricana, República Democrática de Congo (RDC), Haití, Costa de Marfil, Sudán del Sur y Mali.

Además, una semana más tarde, en Líbano, también se destapó un fraude por la reventa a los ciudadanos de raciones de comida destinadas al uso exclusivo de las tropas.

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