Óptica WikiLeaks (IX): Yemen asumió ataques de EE. UU. para «ocultar» la intervención

Cuando WikiLeaks filtró los primeros documentos sobre la participación de Estados Unidos en el conflicto en Yemen faltaban varios años para que estallara la guerra.

Fue en diciembre de 2010 cuando el portal, fundado por el australiano Julian Assange, reveló que el Gobierno yemení avalaba la intervención de Washington para avivar el conflicto.

En una serie de documentos quedaba claro que la administración del entonces presidente yemení, Alí Abdalá Saleh, acordó asumir la autoría de los ataques que en su territorio perpetraba EE. UU. para «ocultar» la intervención.

«Seguiremos diciendo que las bombas son nuestras, no vuestras», dijo el Mandatario el 2 de enero de 2010 al recibir al general David Petraeus, entonces comandante del Mando Central de EE. UU.

Los primeros documentos sobre la relación EE. UU.-Yemen se filtraron en 2010. Foto: Web.

De acuerdo con un informe, había un acuerdo previo entre ambas administraciones para ese tipo de intervenciones estadounidenses y, de hecho, Saleh dio su visto bueno con la  condición de que se ocultara la autoría de los bombardeos y su Gobierno pudiera atribuírsela, reseñó El País. 

Otro de los grandes objetivos del Gobierno de Saná era ampliar el financiamiento que recibía de la Casa Blanca.

En las conversaciones plasmadas en los documentos filtrados por WikiLeaks se mencionaba que, en esas primeras conversaciones, los representantes estadounidenses comunicaron al dirigente yemení que habían solicitado «150 millones de dólares para asistencia de seguridad en 2010, un sustancial incremento sobre los 67 millones» del año anterior.

El entonces presidente de Yemen aseguró una alianza con EE. UU. para mantener vivo el conflicto. Foto: Web.

Años más tarde, en noviembre de 2016, WikiLeaks publicó más de 500 documentos filtrados de la Embajada de EE. UU. en Yemen.

En este nuevo paquete, se ofrecieron pruebas de que Washington armó, entrenó y financió a las fuerzas yemeníes antes de que estallara en 2015 la guerra civil, refirió el portal Actualidad RT.

«Los documentos revelan, entre otras cosas, la adquisición de numerosos tipos de armas diferentes«, señaló el portal en ese entonces.

De hecho, no es un secreto que la coalición saudí ha perpetrado, con el apoyo irrestricto de Washington, bombardeos contra la población civil yemení e incluso ha usado bombas de racimo, prohibidas por la comunidad internacional por su efecto devastador.

Cifras de la catástrofe

De acuerdo con las cifras más recientes, publicadas por la organización Proyecto de Localización y Datos de Conflictos Armados, desde el 1 de enero de 2016 hasta la fecha han muerto al menos 70.200 personas por la guerra en Yemen.

Solo en lo que va de 2019, se han contabilizado 7.600 muertes, 2.350 de ellas en enero, 1.930 en febrero, 2.330 en marzo y 1.000 en abril.

Las proyecciones no son alentadoras. Las agencias de la ONU señalan que hay alrededor de 24 millones de personas que dependen de ayuda, lo que supone 80 % de la población. La organización advierte que 14 millones, de ese total, requieren atención inmediata.

El pasado 16 de abril, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vetó una resolución que el 5 del mismo mes aprobó el Congreso para exigirle a su administración que suspenda el apoyo militar que brinda a Arabia Saudí, país que lidera la coalición de guerra que interviene en el conflicto.

Tras conocerse la decisión del Mandatario, diversas organizaciones manifestaron su temor de que se intensifique el impacto devastador de la guerra, porque las armas utilizadas por los saudíes en el bombardeo sobre objetivos civiles en su mayoría provienen de EE. UU.

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