Los documentos se filtraron en marzo de 2017

Óptica WikiLeaks (VI): La CIA espió a millones de civiles estadounidenses

El portal de Julian Assange reveló cómo la agencia estadounidense vulneró los sistemas de estas compañías para obtener información de los usuarios

Por Marian Martinez

25/04/2019

Publicado en

Mundo

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Cada ladrón juzga por su condición. En los últimos años, Estados Unidos ha condenado enérgicamente el supuesto espionaje de China a través de Huawei, mientras pretende ocultar que su Agencia Central de Inteligencia (CIA) lleva años accediendo a información de manera ilegal.

En marzo de 2017, el portal WikiLeaks, fundado por Julian Assange, confirmó que ni las compañías telefónicas ni sus usuarios estadounidenses se salvan de esta política de la Casa Blanca. Además, en esta ruta de «hackeo» siempre lo acompaña el Gobierno de Reino Unido.

La filtración se denominó «Año Cero», porque ese era el nombre que la agencia dio al programa, que formaba parte de la serie Vault 7 y constaba de 8.761 documentos y archivos de una red de alta seguridad aislada y situada en un centro de la CIA en Langley, Virginia, reseñó El País. 

A la administración estadounidense poco le importó que para lograr su objetivo tuviera que valerse de armas informáticas dañinas para hackear teléfonos y dispositivos como los iPhone de Apple, el sistema Android de Google, el Windows de Microsoft y hasta los televisores Samsung con conexión a Internet.

Los celulares de Apple no escaparon de esta política. Foto. Web.

La CIA se dedicaba a convertir estos equipos en micrófonos encubiertos para acabar con la privacidad de los usuarios mediante malware, virus, troyanos, sistemas de control remoto de malware y documentación asociada, entre otros métodos.

Incluso se mencionó que la agencia podía entrar en las plataformas de mensajería como WhatsApp, Telegram, Signal, Confide y Cloackman pues, con sus técnicas, vulneraba el sistema de encriptado.

¿Violación a la Constitución?

Una de las preguntas que saltó sobre la mesa cuando WikiLeaks presentó la filtración fue qué leyes violó el Gobierno estadounidense con esta actuación.
En abril de 2016, Microsoft demandó a EE. UU. por investigar datos de sus clientes. La querella llegaba después de que Apple se enfrentará al FBI por el acceso a un teléfono iPhone.
Todos estos casos no eran más que un grano de arena más para confirmar lo evidente. La Casa Blanca sí violó la Cuarta Enmienda de la Constitución estadounidense, la cual  establece lo siguiente:
«El derecho de los habitantes de que sus personas, domicilios, papeles y efectos se hallen a salvo de pesquisas y aprehensiones arbitrarias, será inviolable, y no se expedirán al efecto mandamientos que no se apoyen en un motivo verosímil, estén corroborados mediante juramento o protesta y describan con particularidad el lugar que deba ser registrado y las personas o cosas que han de ser detenidas o embargadas«.
Adicionalmente, como explicó Microsoft en su demanda, ese comportamiento del Gobierno violó también la Quinta Enmienda que garantiza el derecho de la empresa a informar a los clientes si las acciones del Estado afectan a sus datos.

Un «ejemplo» para las mafias

Por otro lado, la triste realidad, que quedó en evidencia con estos datos publicados por el portal del australiano, es que Washington actuaba igual que los delincuentes: no solo buscaba vulnerabilidades habituales en los programas, sino que infectaba móviles, tabletas y ordenadores para acceder a la información, tanto documentos internos, como localización en el mundo real e intercambio en programas de mensajería, refirió El País. 

El portal reveló el hackeo de sistemas de grandes compañías estadounidenses. Foto: Web.

En el caso de los televisores de Samsung, EE. UU. junto al servicio de inteligencia del Reino Unido, creó una falsa sensación de apagado del modo de escucha para que los usuarios pensaran que no estaba en funcionamiento y, de esta manera, registrar lo que se hablase en la habitación donde estuviera el aparato y enviarlo a los servidores de la CIA.

El escándalo, además de por la clara violación a la privacidad que implicaba esta política, se generó también porque la Agencia perdió el control de las herramientas de «hackeo» y las dejó en bandeja de plata de ciber mafias o adolescentes con conocimientos de informática.

“Los háckers han usado más líneas de código que las usadas para crear Facebook”, dijo Assange en 2017, cuando se publicó la información.

El nombre dado a la filtración (Año Cero) respondía a que en términos informáticos, los ataques Día Cero (Zero Day) se aprovechan de errores en la programación para infiltrar los sistemas, tal como hizo la CIA.

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