En junio de 2015 se filtraron más de medio millón de cables diplomáticos

Óptica WikiLeaks (VIII): La obsesión de los saudíes con Irán y el enojo por el pacto nuclear

La página web fundada por Julian Assange reveló el financiamiento de Arabia Saudí a grupos armados ilegales y la preocupación que despertó en su administración la negociación por el programa nuclear

Por Marian Martinez

02/05/2019

Publicado en

Mundo

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Gran aliado de Estados Unidos y enemigo histórico de Irán. Eso resume parte de la esencia de Arabia Saudí, una nación que se convirtió en el centro de debate en junio de 2015 cuando los secretos de más de medio millón de cables diplomáticos se hicieron públicos.

La filtración de los documentos confidenciales por parte de WikiLeaks, 61.195 en total, reafirmaron la histórica obsesión de Riad con su vecina Teherán y el inagotable temor ante el avance de su influencia en la región.

Al menos 1.288 documentos estaban relacionados con la República Islámica y se difundieron en el año en que varias naciones (EE. UU., Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) alcanzaron, tras arduas jornadas de negociación, el acuerdo nuclear en julio de 2015.

Gobernaba el entonces presidente estadounidense Barack Obama y, en el reino saudí, Salman Bin Abdulaziz, quien en enero de ese año ascendió al trono tras la muerte del rey Abdalá.

Son países vecinos con una histórica rivalidad. Imagen: Web.

¿Qué revelaron los cables diplomáticos?

Una de las cosas que quedó en evidencia con la filtración de los cables fue la ira que despertó en Riad la negociación en pro del acuerdo nuclear.

Negociación de la que ―según los documentos― los saudíes tuvieron noticias ya desde 2012, cuando detectaron que Washington estaba enviando “mensajes de sondeo” a Irán en los que sugería que no se oponía a un programa nuclear pacífico mientras tuviera garantías de ello, reseñó El País. 

Otra de las grandes revelaciones fue la confirmación de que el reino brindó apoyo estratégico y financió a grupos armados ilegales e individuos que se oponían al régimen iraní.

Ya en 2010, WikiLeaks había filtrado unos documentos del Departamento de Estado norteamericano en los que citaba al ministro de Exteriores (para 2015), Adel al Jubeir, quien transmitió el deseo del rey Abdalá de “que (EE. UU.) cortara la cabeza de la serpiente”, en referencia a Irán.

WikiLeaks filtró los documentos diplomáticos en junio de 2015. Foto: Web.

Los documentos ―según trascendió tras la filtración― llegaron a manos del portal fundado por el australiano Julian Assange después de ser «hackeados» en el Ministerio de Asuntos Exteriores saudí en mayo, por un grupo autodenominado Ciber Ejército de Yemen.

Estas fueron otras de las revelaciones:

  • Arabia Saudí usaba el soborno como herramienta fundamental en sus políticas para alcanzar sus objetivos. Uno de los focos de estos pagos estaba en captar a los medios de comunicación árabes y no árabes.
  • Espiaron a sus ciudadanos en el extranjero, especialmente a estudiantes universitarios y a los disidentes, refirió Global Research.

La política contra Irán sigue vigente

El boicot contra Teherán continúa en la actualidad. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca afianzó los lazos con Riad y recrudeció la estrategia de sanciones contra la República Islámica.

En mayo de 2018, Trump anunció el retiro de su país del programa nuclear. La excusa perfecta para retomar las restricciones económicas contra Teherán, dirigidas especialmente a «llevar a cero» sus exportaciones de petróleo.

Este jueves 2 de mayo culminaron las exenciones a la compra de crudo iraní que Washington concedió a sus principales receptores cuando, en noviembre del año pasado, reimpuso las sanciones. Lo que significa un gran desafío para las ventas de Irán, país al que el secretario general de la OPEP, Mohamed Barkindo, reiteró su apoyo.

Mientras, EE. UU. confía en que sus aliados, Arabia Saudí y Emiratos, aporten al mercado la cuota iraní.

La alianza de la Casa Blanca y Riad se mantuvo incluso en medio del escándalo internacional por el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, residenciado en EE. UU. y columnista de The Washington Post, quien el 2 de octubre de 2018 desapareció tras entrar al consulado de Arabia Saudí en Estambul, Turquía.

Dos semanas después, Riad admitió que Khashoggi murió dentro de la misión diplomática. Según su «investigación preliminar», falleció como resultado de «una pelea». La otra versión es que fue asesinado y desmembrado en el consulado.

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