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Países europeos quieren deportar a muchos refugiados

Suecia, Finlandia y Noruega anunciaron que expulsarán a más de miles de refugiados en aviones fletados a aquellos que se les ha negado el asilo.

Por Nicole Moscovich

29/01/2016

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suecia

Europa pareciera estar cada vez más convencida de querer cerrar los ojos y las puertas ante del drama de la inmigración. Ayer, el gobierno de Suecia anunció que expulsará a entre 60 y 80 mil personas a las que se les negó el asilo. En una entrevista publicada por el diario económico Dagens Industri, el ministro del Interior, Anders Ygeman, anunció que el Ejecutivo socialdemócrata está pensando en «aviones fletados» para las repatraciones y que el regreso de los ciudadanos a sus países de origen podría «durar meses o años».

Según datosde la BBC (la televisión pública de Gran Bretaña), la cifra de inmigrantes que serán mandados a casa supone alrededor de la mitad de las 163 mil personas que solicitaron asilo en Suecia, el número per capita más alto del Viejo Continente. De las aproximadamente 58.800 peticiones tramitadas en 2015, el 55% fueron aceptadas.

Ante la ola migratoria, el gobierno sueco ya había reformado sus políticas migratorias a finales de 2015, introduciendo controles en las fronteras y revisiones de documentos de identidad. Sin embargo, la vuelta de tuerca contra los extranjeros que quieren vivir en el país ocurrió este martes, cuando el primer ministro sueco, Stefan Lofven, prometió aumentar los recursos policiales para combatir el pánico que se generó trasel apuñalamiento mortal, el lunes por la noche en Molndal (al oeste del país), de una joven de 22 años que trabajaba en un centro de refugiados para menores no acompañados.

Finlandia también está dispuesta a repatriar a miles de inmigrantes que llegaron al país en 2015. El Ejecutivo finés señaló que expulsará a 20 mil refugiados, lo que supone casi el 62% de los 32 mil inmigrantes que llegaron durante el año pasado.

En septiembre del año pasado, Noruega ya había anunciado la deportación de 5000 personas a las que no le había otorgado el asilo y que habían llegado a través de Rusia. El Kremlin aseguró que no aceptará la deportación de refugiados porque, para el gobierno, son personas que entraron ilegalmente en el país, con el único objetivo de llegar al norte de Europa. De todas maneras, en la actualidad miles de refugiados fueron puestos en la fronterta por Finlandia y caminan por el Ártico con temperaturas bajo cero.

Gran Bretaña pareciera dispuesta a seguir la misma línea. En declaraciones a la BBC, la ministra del Interior del país, Theresa May (una fuerte opositora a la UE), anunció que Londres acogerá a niños no acompañados provenientes de Siria y de otras zonas de conflicto, pero no hospedará a aquellos que ya escaparon y que ya están en territorio europeo. Según May, el ministerio inglés trabajará con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados para identificar los «casos excepcionales» de niños sirios y de países vecinos que necesiten asilo.

Las declaraciones de la funcionaria confirman la línea dura seguida hasta ahora por el gobierno conservador de David Cameron y desmienten algunas indiscreciones de la prensa, según las cuales, bajo presión de algunas Organizaciones No Gubernamentalesy asociaciones humanitarias británicas, el premier habría ideado un planad hoc para abrir las puertas a «3000 niños no acompañados» que ya desembarcaron en Europa.

Del lado de quienes patrocinan el rechazo a los inmigrantes se puso también Holanda. Según declaraciones al diario De Volksrant del líder laborista del PvdA (el mayor partido de izquierda de los Países Bajos) Diederik Samson, desde diciembre el Ejecutivo estaría trabajando en un paquete de medidas para resolver la crisis migratoria que contiene la idea de repatriar a Turquía -en barco o en tren, según algunos medios- a todos los que pidieron asilo que llegaron y llegan a Grecia, a cambio de un plan de ingresos regularizados en Europa, que consentiría la acogida de entre 150 mil y 250 mil refugiados de Ankara.

Según los dichos de Samson, la propuesta de Holanda –que detenta la presidencia de turno de la UE- ya estaría siendo estudiada a nivel europeo, en particular en Alemania, Austria y Suecia. El plan para «forzar una solución», agregó el líder laborista, debería ser operativo en primavera (fines de marzo), antes de la nueva ola migratoria favorecida por el buen tiempo. La idea holandesa está vinculada a la definición de Turquía como «país seguro» por parte de la ONU. En 2015 más de 850 mil personas desembarcaron en las costas griegas proveniente de Turquía.

El Ejecutivo holandés está liderado por el premier Mark Rutte, cuya agrupación, el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (liberal), gobierna el país desde octubre de 2010 en coalición con el PvdA, el partido de Samson.

Fuente: Tiempo Argentino

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