Las cinco potencias nucleares se reunieron en Pekín

Políticas nucleares de EE. UU. dejan al mundo «a las puertas de la locura»

Mientras varias naciones dan pasos para disminuir su uso, Washington insiste en su empleo táctico como uno de sus mecanismos favoritos para ejercer presión

Por Marian Martinez

31/01/2019

Publicado en

Mundo

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Las armas nucleares son el demonio de las mil cabezas. Una sola mala decisión de las principales potencias que poseen la mayoría de ellas (China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos) podría resquebrajar el mundo.

El tema ha generado varias turbulencias en la historia y en una era de grandes avances tecnológicos crecen los riesgos de su uso, sobre todo, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

¿La razón? Primero le asestó un duro golpe al pacto nuclear firmado con Irán en 2015, cuando anunció en mayo del año pasado el retiro de su país, sin importarle que fue uno de los acuerdos por los que más trabajó la comunidad internacional para bajar las tensiones nucleares.

En octubre de 2018 también encendió las alarmas cuando informó que se retirará del tratado de las Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF, por su siglas en inglés) que mantiene con Rusia, esgrimiendo un supuesto incumplimiento de éste último.

El acuerdo lo firmaron, el 7 de diciembre de 1987, el presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, y su homólogo norteamericano, Ronald Reagan, para ayudar a poner fin a la Guerra Fría. Con la firma se prohibieron todos los misiles nucleares y no nucleares de corto y mediano alcance, refirió BBC Mundo.

Tomado de BBC Mundo

Otra de las apuestas de Trump, denunciada este miércoles por el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, es la defensa del uso táctico de las armas nucleares.

En declaraciones a Sputnik, el funcionario ruso alertó sobre el riesgo de esas afirmaciones de Trump, «en el sentido de que las armas nucleares tácticas son supuestamente menos peligrosas de lo que se pensaba y que, en casos extraordinarios, pueden emplearse».

«Estamos a las puertas de la locura. Creo que ya va siendo hora de reunir a la ONU o algún otro organismo internacional para hablar de lo que está ocurriendo en el mundo y adónde ha ido a parar la seguridad mundial», dijo en el transcurso de la reunión que desarrollaron las cinco principales potencias nucleares, el miércoles y jueves, en la capital china, Pekín.

La acostumbrada doble moral

Para salvar su imagen en ese encuentro, la secretaria de Estado adjunta, Andrea Thompson, dijo que Estados Unidos debe disponer de «fuerzas nucleares modernas, flexibles y estables que estén seguras, lo que no quiere decir que esté creando nuevas armas nucleares o persiga nuevos objetivos nucleares en el mundo».

Según ella, siguen «firmemente comprometidos» con las obligaciones que tienen por ser firmantes del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP).

La funcionaria aprovechó para presentar a Washington como el «niño bueno» que «redujo su potencial nuclear 88 %» y aseguró que «algunos países violan sus obligaciones sobre control de armas y desarrollan sistemas de armas nuevos y desestabilizadores». Una indirecta que dirige especialmente a Moscú.

Pero no todo es como lo pinta la administración estadounidense. El lunes 28 de enero, la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA, por su sigla en inglés) desveló en un correo electrónico de respuesta al sitio web especializado ExchangeMonitor que «está a punto de completar la cantidad de ojivas de capacidad operativa inicial W76-2 y entregar las unidades a la Armada para finales del año fiscal 2019″, refirió BBC Mundo. 

La información aumenta de nuevo las tensiones con el Kremlin, pues aunque se trata de un arma nuclear considerada «de bajo rendimiento», tiene casi un tercio de la potencia de la bomba lanzada sobre Hiroshima. En este sentido, para el Gobierno de Vladimir Putin provoca un riesgo de guerra nuclear.

Además, puede generar un efecto multiplicador: las demás naciones que ya tienen armas seguirán desarrollando su potencial porque en esta carrera nadie quiere quedar de último.

El desarrollo de estas armas generalmente deriva en conflictos.Foto: Getty Images.

Qué se acordó en la reunión

En teoría, el encuentro de las potencias en Pekín, que concluyó este jueves, dejó buenos resultados. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang, explicó que los cinco países ―conocidos como grupo P5― se comprometieron con la no proliferación.

«Todos reconocemos los graves desafíos actuales y es de vital importancia que mantengamos buenas relaciones entre potencias sobre temas estratégicos globales. Acordamos ver las intenciones de los demás de forma objetiva, mejorar la coordinación y la cooperación en las políticas nucleares y mantener la seguridad mutua», indicó en una rueda de prensa.

El Tratado de No Proliferación Nuclear entró en vigor el 5 de marzo de 1970 y lo suscribieron todos los países, excepto India, Pakistán, Israel, Sudán del Sur y Corea del Norte. Con estos países, especialmente con Tel Aviv, Washington mantiene una particular postura: aunque desarrolle sus armas no lo condena porque es su «gran hermano».

Mientras que con Corea del Norte busca avanzar en la desnuclearización. El primer paso, que hasta el momento se quedó estancado, lo dieron en junio del año pasado, cuando se celebró la histórica cumbre en Singapur con la participación de Trump y el líder norcoreano, Kim Jong-un. Sin embargo, todavía no hay una ruta clara y se mantiene la incertidumbre por un anunciado segundo encuentro entre ambos líderes.

Según los datos de 2018 del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por su sigla en inglés), en el mundo existen aún unas 14.465 armas nucleares, es decir, que la paz pende de un hilo muy fino.

Ya en enero de 2018, esa instancia advertía que los Estados con armamento nuclear estaban desarrollando nuevos sistemas para sus armas y modernizando los ya existentes.

El intento más reciente de contener esta carrera llegó en 2017 con la aprobación del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, el único vinculante de desarme, pero la receptividad dejó claro los intereses. Lo aprobaron 122 países en la ONU con la ironía de que entre ellos no estaban las naciones que poseen las armas. Doce meses después, solo había sido ratificado por 11 países y necesita 50 para entrar en rigor.

https://www.elciudadano.cl/politica/trump-no-sanciona-a-arabia-saudi-por-un-negocio-nuclear-de-80-mil-millones/11/23/

https://www.elciudadano.cl/mundo/un-indetenible-misil-supersonico-ruso-reaviva-el-ambiente-de-la-guerra-fria/12/27/

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