Sangrienta represión contra manifestaciones en Myanmar deja al menos 18 muertos

Sería la mayor cantidad de muertes en un día entre manifestantes que exigen que el gobierno electo de Aung San Suu Kyi sea restaurado después de su expulsión en el golpe militar del 1 de febrero.

Por Leonardo Buitrago

28/02/2021

Publicado en

Actualidad / Derechos Humanos / Mundo

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Por lo menos 18 personas murieron y más de 30 resultaron heridas el domingo cuando las fuerzas de seguridad de Myanmar reprimieron protestas en contra del reciente golpe de estado perpetrado el pasado 1 de febrero, informó la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.

“Las muertes presuntamente ocurrieron como resultado de disparos contra los reunidos en Yangón, Dawei, Mandalay, Myeik, Bago y Pokokku”, indicó la oficina en un comunicado, en referencia a varias ciudades en Myanmar. “Presuntamente también se usó gas lacrimógeno en varias ubicaciones, así como explosiones cegadores y granadas aturdidoras”.

Condenamos enérgicamente la creciente violencia contra manifestantes en Myanmar y pedimos al ejército detener inmediatamente el uso de la fuerza contra los manifestantes pacíficos”, según fue citada la vocera Ravina Shamdasani.

Sería la mayor cantidad de muertes en un día entre manifestantes que exigen que el gobierno electo de Aung San Suu Kyi sea restaurado después de su expulsión en el golpe militar del 1 de febrero.

De acuerdo con la agencia de noticias Télam, los fallecidos y heridos se registraron en diferentes ciudades del país, que se mantienen manifestaciones en rechazo al golpe.

Desde que el Ejército sacó los tanques a las calles y retomó el poder, apenas diez años después de haber iniciado una tímida transición democrática, las protestas pacíficas que reclaman la vuelta del Gobierno civil y la liberación de sus dirigentes se multiplican en todo el territorio, en paralelo a una represión militar cada vez más fuerte y desenfrenada.

Tres hombres murieron por disparos de armas de fuego que marchaban en Dawei; ciudad en la que se registraron aproximadamente 20 heridos, la mayoría por balas de goma.

Uno de los socorristas de la zona, advirtió que en esta región puede aumentar las víctimas fatales, debido a la cantidad de heridos que están recibiendo en los hospitales.

En Bago, fallecieron dos personas – jóvenes de 18 años – que murieron a manos de la fuerza militares.

Una joven de 23 años que manifestaba en Yangón, también fue asesinada.  

«La policía comenzó a disparar desde que llegamos», contó a AFP Amy Kyaw, una maestra de 29 años que marchó junto con miles de personas para reclamar la vuelta del Gobierno democráticamente electo.

«No hubo mensajes de advertencia. Algunos manifestantes fueron heridos y otros se refugiaron en las casas de los vecinos del barrio», agregó.

En Mandalay, la segunda ciudad más poblada y donde los militares afrontan una gran oposición, uno de los manifestantes murió al recibir un disparo en la cabeza efectuado por los uniformados, declaró a Efe un testigo que ayudó a recuperar el cadáver, mientras el portal Myanmar Now informa de 6 heridos de bala.

En la antigua capital, un joven pereció por herida de bala al ser alcanzado por un disparo procedente de las autoridades, apunta el canal Democratic Voice of Burma, mientras el diario Mizzima informa de al menos cuatro heridos por disparos contra una casa.

En Dawei, en el sur del país, la Policía disparó varias rondas de munición real contra los manifestantes y la prensa local informó de tres fallecidos y una decena de heridas.

El número de muertos, que con los 18 de hoy ascienden a 22 por los disparos directos de los uniformados desde el levantamiento militar, podría aumentar dada la violenta represión desatada por las autoridades a lo largo del país.

El canal público MRTV, ahora bajo control militar, informó este fin de semana de la detención de 479 personas acusadas de «protestas contra el Estado» durante una de las jornadas más violentas desde la sublevación.

Durante el mes de manifestaciones se calcula que más de 1.000 personas han sido detenidas de forma arbitraria e ilegal, y que entre ellos hay varios responsables políticos, activistas, miembros de organizaciones de la sociedad civil, periodistas y profesionales médicos. Algunos de los detenidos están en paradero desconocido, un hecho identificado como crimen de desapariciones forzadas.

“La clara escalada de las fuerzas de seguridad de Myanmar en el empleo de fuerza letal en varias ciudades y pueblos de todo el país en respuesta a manifestantes contrarios al golpe, en su mayoría pacíficos, es escandalosa e inaceptable y debe cesar de inmediato”, dijo Phil Robertson, subdirector de Asia de la organización con sede en Nueva York Human Rights Watch. “No debe emplearse munición real para controlar o dispersar protestas, y sólo puede utilizarse fuerza letal para proteger la vida o evitar lesiones graves”.

“El mundo está observando las acciones de la junta militar de Myanmar, y exigirá responsabilidades”, añadió.

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