La carrera armamentista incorpora el espacio orbital

Se acabó la ficción: Trump quiere llevar la guerra al espacio

Hasta la fecha, no ha existido ninguna amenaza extraterrestre que requiera de un Comando Espacial que defienda nuestra presencia en el planeta. Para Trump los enemigos no vienen de otras galaxias, ni planetas vecinos. Su preocupación es Rusia y China, pues según Washington "representan una amenaza" para el control del espacio y la tecnología satelital.

Por Ronald Ángel

20/12/2018

Publicado en

Estados Unidos / Mundo / Rusia

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Hasta hace unos años atrás, la posibilidad de una guerra entre las grandes potencias cuyo campo de batalla fuese el espacio parecía más el argumento de una película que un escenario del que hubiera que preocuparse. Hoy la misma preocupación ya no parece tan alejada de la realidad.

Desde el comienzo de la carrera espacial en la segunda mitad del siglo XX, la potencias han intentado llevar el tema de militarización de la órbita terrestre con mucha cautela y bajo perfil mediático. En 1967 se formó un tratado entre La unión Soviética, Estados Unidos y Gran Bretaña que prohíbe incorporar armas nucleares y de destrucción masiva en satélites o naves que viajan fuera de la tierra. También dicta que todos los cuerpos celestes, como la Luna, sólo pueden ser habitados con fines pacíficos, nunca para la instalación de bases militares. A este tratado se han adherido 24 países más desde esa fecha.

El tratado firmado por las potencias militares contiene la carrera armamentista a los límites de la atmósfera

La guerra espacial es un tema ampliamente abordado desde la ciencia ficción. Ya sea una invasión extraterrestre, la amenaza de un asteroide o la destrucción de objetivos terrestres desde satélites militares, el cine y la literatura lo ha cubierto todo, pero sobre todo, muchas, muchas batallas defendiendo la tierra de invasores galácticos.

Hasta la fecha, en el mundo real, no ha existido ninguna amenaza extraterrestre que requiera de un Super Comando Espacial que defienda nuestra hegemonía en el planeta.

La pesadilla de la destrucción del planeta por ataques provenientes desde fuera de su órbita ha sido ampliamente abordado por la ciencia ficción.

Para Trump los enemigos no vienen de otras galaxias, ni planetas vecinos. Para el jefe de la Casa Blanca el peligro proviene desde Rusia y China, pues según Washington «representan una amenaza» para el control del espacio y la tecnología satelital. Esta razón, justificaría, para EE.UU. que sea creada una Fuerza Armada Espacial, que tenga presencia y armamento en la órbita terrestre.

La nueva estrategia espacial de Trump

«Mi nueva estrategia para el espacio reconoce que el cosmos es un campo de batalla, al igual que lo son tierra, aire y mar. Incluso podríamos tener una Fuerza Espacial», dijo el pasado 13 de marzo de 2018, Donald Trump.

El límite entre la realidad y la ciencia ficción se vuelve difuso

Este martes 18 de diciembre de 2018, Trump firmó un memorándum donde autoriza al Departamento de Defensa a crear un Comando Espacial, que si bien no ejecuta la creación de una Fuerza Espacial como rama militar independiente, es el primer paso para concretar tal objetivo.

La información de la firma del decreto fue informada por la agencia estadounidense AP, que detalla que dicho comando podría ser la antesala a la Fuerza Espacial.

Agrega AP que a pesar de que la Fuerza Aérea de EEUU ya tiene un Comando Espacial, el decretado por Trump viene a darle más presencia y apoyo financiero, con un costo que se estima en 800 millones de dólares por los próximos cinco años.

Un despacho de RT explica que este no sería el primer Comando Espacial establecido en el país norteamericano, pues en 1985 fue creado uno con el fin de institucionalizar el uso del espacio exterior en beneficio de las Fuerzas Armadas estadounidenses, y posteriormente fue eliminado en 2002 para que se dedicara a labores de defensa del territorio, tras los ataques contra las torres gemelas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.

Según explican los medios, el objetivo del nuevo mando militar espacial tiene como propósito organizar y supervisar la actual presencia militar de EEUU en la órbita terrestre, así como acelerar los avances técnicos y aumentar la efectividad de la defensa de activos estadounidenses en el espacio, como las constelaciones de satélites que garantizan la navegación, las comunicaciones y la vigilancia militar.

Esta medida, agrega RT, surge al tiempo que crecen las inquietudes norteamericanas respecto a las capacidades tanto de Rusia como de China para «vulnerar, deshabilitar o incluso destruir los satélites estadounidenses», aseguran fuentes del Pentágono.

El pasado lunes 17 de diciembre de 2018, un informe oficial de la Contraloría General de EEUU (GAO, por sus siglas en inglés) mencionó las nuevas armas anti satelitales rusas y chinas entre la serie de desafíos actuales a la seguridad estadounidense, pues podrían «amenazar las operaciones espaciales de EEUU».

espacio

Desde la guerra fría EEUU ha querido avanzar sobre el control espacial

Control del espacio: una misión pendiente para EE.UU.

La batalla diplomática y tecnológica por el control del espacio llevó a que el 27 de enero de 1967 la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y EEUU tuvieran que concretar la firma del Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre, un acuerdo que rige hasta hoy los principios y las actividades de la exploración y utilización del espacio exterior.

Además, existe el Acuerdo sobre el salvamento y la devolución de astronautas y la restitución de objetos lanzados al espacio ultraterrestre (1968). Ambos documentos fueron adoptados en el marco de la Guerra Fría y apuntan principalmente a la exploración pacífica del espacio exterior y la limitación de la carrera armamentista al espacio terrestre .

Al respecto, Dmitri Yúrov -periodista del medio ruso Zvezda- explicó a la agencia Sputnik que las pretensiones norteamericanas de controlar el espacio orbital nada tienen que ver con razones legítimas como la defensa y la integridad nacionales. La hegemonía sobre el espacio orbital aseguraría a EEUU la supremacía militar, además de otorgarle una posición de inmejorable ventaja para negociar asuntos políticos y financieros con cualquier nación del planeta.

«Que aparezcan fuerzas militares espaciales estadounidenses es solo cuestión de tiempo y el X-37B es una prueba de ello», explica Yúrov citado por Sputnik, refiriéndose al transbordador espacial no tripulado de los norteamericanos.

Al respecto, agrega el periodista que el reciente «despliegue de un nuevo tipo de fuerza militar que se encargue de controlar y de contrarrestar posibles enemigos en el espacio exterior no se trata solo de un paso para asegurarse la superioridad tecnológica, sino de uno que está lleno de riesgos».

Yúrov, agrega que el tratado firmado en 1967 contiene los principios y las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio exterior, y en el mismo se prohíbe el lanzamiento de armas nucleares o de cualquier otra de destrucción masiva de cualquier tipo en el espacio.

Aclara el periodista que lo único que permite el tratado es el uso de satélites de reconocimiento, es decir, satélites sin carácter militar directo.

«Bajo esta lógica, contemplada claramente por el tratado, Rusia se convirtió en el primer Estado en formar a tropas espaciales cuyos intereses directos —y únicos— fuesen la observación, control y seguimiento de los objetos presentes en el espacio para garantizar su seguridad nacional», agrega Yúrov.

Sputnik detalla que tras la firma del tratado, EEUU planeó hacer lo propio pero sus planes no llegaron a materializarse sino hasta hasta el 22 de abril de 2010, cuando Washington puso en órbita -por primera vez- su X-37B, la nave espacial no tripulada de la Fuerza Aérea estadounidense.

Desde ese momento, explica Yúrov, EEUU comenzó a dar forma a un nuevo tipo de tropas espaciales militares que verán la luz en 2019.

espacio

El expresidente Reagan pretendía instalar armas láser en el espacio para atacar a la Unión Soviética

Armas láser en el espacio, el proyecto de Ronald Reagan

Fue el 28 de diciembre de 1980 -en plena guerra fría- cuando el equipo de confianza del entonces presidente electo Ronald Reagan, dio a conocer las intenciones del mandatario de instalar armas láser (amplificación de la luz a través de emisiones estimuladas de radiación) en el espacio.

Un despacho de AFP explicaba que la intención de Reagan era potenciar la puesta a punto de rayos láser en el espacio, «capaces de destruir misiles balísticos en caso de ataque nuclear soviético contra Estados Unidos».

Describe la nota de AFP que el equipo de transición de Reagan en el Pentágono, comunicó a varios senadores sobre ese proyecto, «cuya realización necesitará créditos suplementarios en el próximo presupuesto militar para 1981».

«El senador republicano por Nuevo México, Harrison Schmitt, que presidirá la comisión senatorial de Ciencia y Tecnología, ha confirmado que el desarrollo de armas de rayos láser en el espacio figura entre las prioridades del Pentágono bajo la Administración de Ronald Reagan, que comienza el próximo 20 de enero», explicaba AFP.

El pretexto de los estadounidenses para entonces era que según «expertos militares norteamericanos, la Unión Soviética trabaja actualmente en la puesta a punto de un láser capaz de ser instalado a bordo de una estación espacial», un argumento que después de 38 años no se ha hecho realidad.

Para entonces, los militares y técnicos estadounidenses, explicaban que instalar armas láser en el espacio les llevaría al menos una década. El proyecto de ingeniería era, según los científicos norteamericanos, «demasiado pesado y voluminoso como para ser transportado en naves espaciales».

El objetivo de estas armas era atacar, desde la órbita, las bases de misiles de la Unión Soviética.

«Experimentos en laboratorios industriales norteamericanos muestran que el láser es suficientemente poderoso como para infligir daños importantes a aviones, satélites o misiles. El punto de vista compartido en el Pentágono es que Estados Unidos aventaja a la URSS en tecnología láser aplicada a las armas, pero no en el estudio de los rayos láser en sí mismos», cierra la nota de AFP fechada el 28 de diciembre de 1980.

guerras espacio

¿Pasaremos de la ficción a la realidad?

20 películas al azar sobre guerras espaciales

1955 – Regreso a la Tierra (This Island Earth)

1961 – El planeta de los hombres verdes (Il pianeta degli uomini spenti)

1977 – La guerra de las galaxias. Episodio IV: Una nueva esperanza (Star Wars)

1978 – Star Crash, choque de galaxias

1985 – Enemigo mío (Enemy Mine)

1987 – La loca historia de las galaxias (Spaceballs)

1995 – Mortal Kombat

1996 – Star Trek VIII: Primer contacto (Star Trek: First Contact)

1996 – Día de la Independencia (Independence Day)

2005 – La guerra de los mundos (War of the Worlds)

2007 – Transformers

2008 – Star Wars: Las guerras clon (Star Wars: The Clone Wars)

2009 – Avatar

2013 – El hombre de acero (Man of Steel)

2013 – Oblivion

2014 – Guardianes de la galaxia (Guardians of the Galaxy)

2015 – Halo: The Fall of Reach

2016 – Rogue One: Una historia de Star Wars (Rogue One: A Star Wars Story)

2017 – La guerra de las galaxias. Episodio VIII: Los últimos Jedi (Star Wars: The Last Jedi)

2018 – Vengadores: Infinity War (Avengers: Infinity War)

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