El dirigente estatal del PRI en Puebla, Néstor Camarillo Medina, ha sido duramente criticado por figuras del partido Morena, quienes lo acusan de ser el principal responsable del declive político que enfrenta el Revolucionario Institucional en el estado.
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Durante una declaración reciente, Andrés Villegas Mendoza, presidente del Consejo Estatal de Morena, lanzó una fuerte crítica contra el liderazgo de Camarillo, argumentando que la pérdida de fuerza del PRI no es culpa de factores externos, sino de la falta de capacidad interna para conservar a sus cuadros. Según Villegas, el dirigente priista ha evadido su responsabilidad al culpar a Morena de absorber a sus militantes, cuando en realidad, dijo, es su incapacidad de liderazgo lo que ha provocado las deserciones.
Villegas también cuestionó las decisiones estratégicas de Camarillo, particularmente su alianza con el Partido Acción Nacional (PAN), lo cual —según el morenista— alejó aún más a los liderazgos priistas que buscaban una dirección más incluyente y representativa. En su análisis, este tipo de acuerdos, tomados sin el consenso de la militancia, terminaron por debilitar al partido desde dentro.
A juicio del representante de Morena, el PRI está siguiendo un camino similar al del PRD, un partido que terminó por perder relevancia tras varias decisiones erráticas y alianzas fallidas. Señaló que si las cosas continúan así, la desaparición del PRI en Puebla es solo cuestión de tiempo.
Con estas declaraciones, el ambiente político en la entidad se intensifica rumbo a las próximas elecciones, y se evidencia la creciente pugna entre los partidos por consolidar sus estructuras internas y disputar el voto ciudadano.
En este escenario, la crisis del PRI en Puebla no solo refleja una disputa interna, sino también el reacomodo de fuerzas políticas en el estado, donde Morena busca consolidarse como la principal opción rumbo al próximo proceso electoral. Mientras tanto, el liderazgo de Camarillo Medina enfrenta crecientes cuestionamientos no solo desde fuera, sino también al interior de su propio partido, lo que anticipa un periodo de alta tensión y posibles fracturas en el tricolor poblano.
Foto: El Ciudadano
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