«En un buen reportaje puede no haber buenos ni malos, sino hechos concretos para que el lector saque sus conclusiones».
Gabriel García Márquez
El día de hoy 4 de enero, en México, se conmemora el Día del Periodista en memoria del aniversario luctuoso Manuel Caballero. Éste fue un periodista y escritor, quien revolucionó al periodismo en la época del Porfiriato.
Manuel Caballero es considerado el padre del arte de reportear; estudió Derecho en la Universidad de Guadalajara, sin embargo comenzó a laborar como redactor en diarios como El Monitor, El Federalista y La Época. Su trabajo suscitó grandes polémicas en el mundo periodístico y cultural en México, y estuvo ampliamente vinculado a la modernidad política y económica de su momento.
Hoy en día, México es el tercer país con mayor número de muertes de periodistas. Tan sólo en los últimos quince años se han registrado 139 homicidios y 22 desapariciones de miembros de la prensa en el país. Es por ello que el Consejo de la Judicatura Federal, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), al resolver un amparo de revisión en una sesión de marzo de 2017, estableció que cualquier definición de periodista debe partir del contexto de seguridad que enfrentan los comunicadores en el ejercicio de su actividad. Asimismo, se debe permitir el acceso a los mecanismos de protección ofrecidos por los distintos ordenamientos jurídicos a quienes ejercen su derecho a la libertad de expresión a través de esta profesión.
La historia siempre es otra
Según el balance anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), cuyo secretario general, Christophe Deloire, consideró una «hecatombe» la situación de la prensa en ese país y pidió a las autoridades medidas radicales para ponerle fin.
«Lo que pasa en México es terrorífico, vuelve a ser el país con más muertos en un año, aunque es un país en teoría en paz», explicó Deloire.
Según los datos de RSF, el 65% de los periodistas asesinados fueron deliberadamente señalados y eliminados. México y Afganistán siguen siendo, este año, los países más peligrosos. Mientras que India y Yemen comparten la tercera posición, con cuatro periodistas asesinados, cada uno.
Siete plumas inertes
A lo largo de 2021 siete periodistas fueron asesinados en México, lo que eleva a 47 el número de víctimas en los últimos cinco años:
- Fredy López Arévalo, atacado en la puerta de su vivienda en Chiapas , el pasado el pasado 28 de octubre.
- Manuel González Reyes , asesinado a tiros en Cuernavaca, Morelos, el pasado 28 de septiembre.
- Jacinto Romero Flores, asesinado el 19 de agosto, por personas armadas que le dispararon en reiteradas ocasiones en Veracruz
- Ricardo López Domínguez , asesinado a balazos el 22 de julio el municipio de Guaymas, Sonora.
- Saúl Tijerina Rentería , asesinado en Ciudad Acuña, Coahuila, el 23 de junio.
- Gustavo Sánchez Cabrera, asesinado a balazos en el municipio de Santo Domingo Tehuantepec, Oaxaca el 17 de junio.
- Benjamín Morales Hernández, asesinado el 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa.
D e s a p a r e c i d o s
Los periodistas desaparecidos son ambos originarios del Estado de Sonora, en el norte de México, una zona próxima a la frontera con Estados Unidos, corroída por la corrupción y el crimen organizado, y especialmente peligrosa para la prensa.
El periodista del semanario Confidencial, Jorge Moltzín Centlal desapareció el 10 de marzo.
Empleado por una radio local de Guaymas y responsable de la sección de sucesos en el diario El Vigía, Pablo Felipe Romero desapareció el 25 de marzo.
Puebla, segundo estado más inseguro para las periodistas
Organizaciones civiles nacionales e internacionales denunciaron que las periodistas de Puebla, en particular las que se encuentran en zonas alejadas de la capital, sufren distintos tipos de violencia como intimidaciones, agresiones físicas, y amenazas por parte de regidores, personal de seguridad pública o grupos criminales, lo que posiciona a esta entidad como la segunda más insegura para ejercer esta profesión.
En consecuencia, la Red Puebla de Periodistas, la Red Nacional de Periodistas y la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género, entre otras, expusieron que las periodistas de esta entidad no cuentan con apoyo de los medios de comunicación donde trabajan para garantizar su seguridad.
¿Qué consecuencias ha traído la violencia en la prensa escrita?
Frente al incremento de los ataques del crimen organizado contra la prensa en México, la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos elaboró el documento Zonas Silenciadas: Regiones de alta peligrosidad para ejercer la libertad de expresión. A partir de entonces, se generalizó el término “zonas de silencio” para referirse a las regiones en las que se han concentrado las actividades de los grupos criminales, o bien, las agresiones contra la prensa, asumiendo que en estas zonas los periodistas automáticamente optan por la autocensura, reduciendo el flujo de información sobre la presencia de grupos criminales y los resultados de las políticas públicas dirigidas a contenerlos.
A más de quince años de que iniciara la llamada “guerra contra el narcotráfico”, las lógicas de colusión entre criminales y gobernantes son más profundas y los estilos autoritarios en la forma de ejercer el poder local se han asentado.
Esta combinación perversa pone en mayores riesgos a quienes ejercen el periodismo y los coloca en una situación de mayor proclividad hacia la autocensura si no hay un fortalecimiento de los frenos y contrapesos locales. Estos últimos son actores clave para preservar, por un lado, la labor informativa de la prensa, y por otro, la posibilidad de lograr un mejor periodismo que contribuya a comprender mejor las complejidades de la violencia y de las consecuencias de las políticas de seguridad pública.
Con información de Nexos, Cimac, Expansión, CNDH y Reporteros Sin Fronteras.
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