POR: AZUL SEGURA
En conmemoración al Día Internacional contra la LGBTfobia reunimos a nueve escritorxs cuir mexicanxs. Sus poemas nos recuerdan lo valioso y necesario que es contar nuestra existencia en primera persona. Y que la vulnerabilidad no es debilidad, es un arma y también un regalo. Gracias por tu lectura, que lxs disfrutes.
Rhye Anand (Anne Feta Minaj)
Dragqueen y poeta, no binarie y neurodivergente. Estudiante de filosofía e historia de las ideas de día y medium por las noches, egresade de la Escuela Mexicana de Escritores, EME. Explora por medio del arte acción la poesía desde la identidad y el ser. Lleva sesiones mensuales de Poesía Trans Nocturna en Revuelta Queer House cdmx. Llegó a la final en la primer edición All Stars de La Carrera Drag De La CDMX leyendo poemas en un bar.
DIFERENCIA
Mi novio me regaló flores
el mundo se puede acabar
mis sueños laten más fuerte que mi corazón
pero igual mi pecho estalla
podría morirme en este instante
con él en mis brazos
después de estar dentro
como un incendio a punto del llanto
merece todo mi amor
me alivia como agua en la mañana
mi cuerpo está adolorido
de tanto habitar su alma
el día es la prueba que existen segundas oportunidades
todo es posible junto a ese hombre trans
es importante decirlo pues ningún cis me hizo volar
soy sólo un no binarie dejando que le amen
mi cuerpo es gigante si muerde mis labios
tal vez mi transición es de ser mortal a eterna
con sus besos se resuelven todas mis penas
Avril Valeria Alquisires Hernández
Nació el 20 de febrero de 2001 en Tehuacán, Puebla, y desde pequeña encontró en el arte su forma de habitar el mundo. Ha explorado el teatro, la danza, la pintura, la música y la literatura. Participa activamente en eventos culturales donde pueda expresar que el crear no es un acto de valentía, sino una necesidad sagrada.
El cementerio es una fiesta anónima
Negra
Trans
Pobre
Drag
Y puta
De p a s a – e l – t i e m p o
Eran los 60’s
En américa matona
Me complace el grito de los sórdidos alientos
De los brillos esparcidos
Y del putazo en la jeta
Que das al que solo te observa
«Ma» así empezaba tu nombre
Y me hubiera gustado ver
A los de saco pequeño que temían pronunciarlo.
Eran las 3:00 am
En Stonewall Inne
Mientras te vi bailando en la pista de la liberación
Y como me gusta ver a mi gente multicolor
Sintiendo la saliva fluyente del pecado
Porque fuimos derroche emocional
Fuimos amor
Amor
Amor
Mucho amor.
Y de la nada
Algo malo ocurre en el pueblo
Porque son las 3:47 am
En Stonewall Inne
Y dos amigos están tirados
Y a mi hermana le arrancaron la blusa
Y le patean la entrepierna para que no pueda defenderse
Y en cada esquina separaron a los chicos que se amaban
Y a las chicas que llaman chicos se les ha escurrido su maquillaje
Y no entiendo porque me ponen su puto miembro en la cara a modo de redención.
Perdimos mucha gente.
Y de la anda
Algo anda mal en el pueblo.
Porque he ocultado esto por mucho tiempo
Pero estos sentimientos no se van
No es difícil de comprender
Que el amor es amor
Pero «Ma» nunca se escondió
Seguía saliendo de noche con las piernas largas y volvía llena de dinero
Con el estómago lleno de carcajadas
Nos construyó un hogar para lxs desamparadxs
Para no perdernos en la sombra del arcoíris
Porque ella era madre inquebrantable
que no se avergonzaba de nosotrxs
Y me dijo que besar a una mujer no era pecado
Y tenía derecho de tomar de la mano a un hombre
Y vestirme como mejor me sentía no debía avergonzarme
Y que no debo preocuparme si no sentía atracción por nadie, el amor propio siempre me acompañaría.
Me enseñó a marchar sobre lodo con grilletes.
Sin bajar los brazos y dejar que el corazón nos rodeara.
Existen almas disfrazadas de colores
Esperando extirpar el brillo y encerrarnos en el armario en el cual nos criaron
Pero voy creciendo despacito
Esperando que mi espíritu de niñx no se asuste con tus gritos
Me enseñaron a ser fuerte en tierra del enemigo
Seas cuerpo o energía
Hoy te ruego
Por los locos enfadados con la vida
Por los dos enamorados.
Madre nuestra que estás en el cielo
Santificado sea tu nombre, venga tu glitter, pieles y tacones
Hágase tu voluntad de libre expresión en la tierra como en el cielo
Y perdona nuestras ofensas y malos juicios
Como nosotros perdonamos al enemigo
No los dejes tirarnos de un puente como ellos hicieron contigo.
Libranos, Marsha, de todo mal.
Amén.
Abi Rocha
También conocida como la Bella fiera, le gusta bailar, comer, caminar descalza, viajar a la playa, cocinar platillos divertidos, dar conciertos en su cuarto, ver atardeceres en las costas de Oaxaca y rodar en bicicleta. En la escritura encontró la fórmula para sanar todo lo que le duele y celebrar todo lo que le hace soñar.
1,2,3,4.. ha!
1,2,3,4.. ha!
1,2,3,4.. ha!
Gritaban todes cuando caía en medio de la pista
1,2,3,4.. ha!
1,2,3,4.. ha!
1,2,3,4.. ha!
Celebraban mi existencia por primera vez en la vida
1,2,3,4.. ha!
1,2,3,4.. ha!
1,2,3,4.. ha!
A caso así se siente la verdadera libertad?
1,2,3,4.. ha!
Luces
1,2,3,4.. ha!
Brillo
1,2,3,4.. ha!
Risas
1,2,3,4.. ha!
Gritos
Risas
Gritos
Risas
Luces
Esta serotonina es inmensa
Me veo en el espejo y no me creo
Porque por 2 minutos se fue la disforia
Porque 2 minutos llegó la euforia
Porque por 1, 2, 3, 4, ha!
Por fin me vivo trans.
César Bringas (1990)
Su último libro es Edipo sin corona. Ha sido becario del FONCA, PECDA y PEIDAC.
AGNES (VERSIÓN ACÚSTICA)
Nací y ellos temieron al grito, golondrina púrpura en llamas nos miedo la vida
Paola Llamas Dinero
Nací cuando las brujas estiran la piel de una serpiente por la noche, bajo el nombre de un patriarca bíblico, espuma de leche hervida evaporada,
lo que nunca fui.
Más cercana a la bruja de Endor que al hombre que me dio nombre y el miedo. El miedo a los hombres que esgrimían un libro negro donde me condenaban.
1983, Tehuacán, Puebla, México. Nací.
Al dar la vuelta en la esquina siento sus ojos, espuma de leche hervida evaporada,
lo que nunca fui.
Nací bajo el nombre de un patriarca bíblico.
En el valle en que nací habitan coyotes. La luna, que los conoce bien,
sabe que los coyotes tienen hambre
y fui la presa.
En la adolescencia me violaron los coyotes de las buenas costumbres.
Abandoné mi valle y estudié lejos, detrás de las montañas,
aprendí a caminar alto en tacones de aguja.
Nací de nuevo bajo el nombre de Agnes Torres, nací por mi propia mano,
me nombré y fui como Adán y fui como Eva,
porque de mí misma salí y me di cobijo.
Sola aprendí a encender fuego, dejé de huir.
Estudié psicología, pero me negaron la cédula profesional
por querer que mi verdadero nombre apareciera en ella.
[Si existiera la posibilidad de modificar el acta de nacimiento, el resto de los documentos oficiales de las personas trans serían cambiados para que coincidan con el físico y el género. Por eso es importante aprobar nuevas leyes y hacer cambios a las ya existentes.][1]
Tengo una isla en el cuello, lo llaman lunar.
Psicóloga y mesera, soy, porque el dinero hace como el agua entre las manos.
Tengo una isla en el cuello, lo llaman lunar.
[El lugar del transfeminicidio fue en Chipilo de Francisco Javier Mina.
Se habla el véneto y viven personas tranquilas que ocultan más coyotes,
como los que habitaban el valle de Agnes.
Después de una fiesta cuatro hombres la golpearon y destruyeron su rostro quemándolo, casi irreconocible, si se borra su imagen la muerte es doble.
La tortura, como la baba de caracol, se estira y parece infinita.
Encajuelada, torturada, quemada, degollada, arrojada en una bolsa negra de basura en un barranco cerca de Atlixco. Lo anterior no son adjetivos, son heridas.
48 horas pasó su cuerpo en el anfiteatro.
Sin rostro no hay quien reconozca.]
Me llamo Agnes Torres, en pira ardiente me convertí ante el gozo de mis torturadores, como recuerdo de que el hombre ama mucho más a sus pecados, que a su semejante.
Me llamo Agnes. Mi madre ahora entierra a su hija Agnes
Mi madre sólo reconoció mi cuerpo por la isla que habita en mi cuello.
Me llamo Agnes, tengo una isla en el cuello.
[El caso de Agnes Torres fue el homicidio número seis en dos meses, contra personas de la comunidad LGBTTTI, en el estado de Puebla, en siete años suman 700 casos.]
Citlalli Santos, 13 de agosto, 2000
Oaxaca, México. Estudió Lingüística y Literatura Hispánica, BUAP. Sus poemas se encuentran publicados en: Versas y Diversas muestra de poesía lésbica contemporánea, Revista Punto de partida UNAM, Circulo de poesía, Tierra Adentro, entre otros. Publicó su primer poemario: Temporal de azucenas (2024) Bajo el sello ELEMENTUM. Finalista del segundo premio nacional Sophia FILCO 20.
Quise decírtelo de varias formas:
Mamá no soy una niña.
Me estorba la A en todas las voces que pronuncian mi existencia
Quiero que me llamen viento, amarillo, árbol
Me niego a aceptar que me define un cuerpo.
Que el código de mi CURP es el único que puede verificar mi identidad.
No quiero sentarme con las piernas cruzadas,
Ni amarrar un hilo a mi cintura.
No quiero servir mamá
No sirvo,
No sé obedecer si no es a mi corazón.
Entiende que de no ser tu hije
Sería un haikú.
En este poema que habla de las pocas veces en que me permito mirarme.
Quiero aprovechar para contarte que nunca entenderé la forma en que me quieres,
Porque tengo la certeza de que nunca me he querido.
Todo acto de compasión hacia mi es en realidad un acto de compasión hacia ti.
En el espejo miro sombras,
Si me he reconocido ha sido en tus lágrimas,
En la forma en que miras mis cicatrices y te sientes culpable,
Perdón mamá
Yo no sabía que la vida me iba a doler al respirar,
Quizá por eso me heredaste un tabique desviado.
Yo recuerdo cantar para la abuela:
De colores se visten los campos en la primavera,
Pero la casa donde vivíamos solo cosechaba cardos.
No te quiero mentir,
Muchas veces he pensado en librarme del mundo.
Salir de este cuerpo
A uno que me guste más.
A uno que no esté tan lastimado,
A uno que no simbolice odio.
Muchas veces corrí por el patio
Con la esperanza de salir volando
Y nunca funcionó.
Y quise decírtelo muchas veces:
Mamá no soy una niña.
Me estorba la A en todas las voces que pronuncian mi existencia
Entiende que de no ser tu hije
Habría nacido flor.
Diana González Cortezano
19 de julio de 1999. Lingüista y escritora. Algunos de sus poemas se encuentran publicados en fanzines de la colectiva Las Pies que Arden, en la revista digital Círculo de Poesía, en fanzinas colectivas de la colectiva Lengua de Bruja y en la antología Ruge como niña de Tinta Sangre Ediciones.
Recuerdo de la primera vez que besé a una mujer
Corría el año 2008
cuando Katy Perry dijo
que los labios de las mujeres sabían a cereza.
Desde ese entonces me pregunté por el sabor de los míos
“a cereza, seguramente”
pasé muchos años probando besos de hombres
que jamás respondieron mi cuestionamiento
y que, además,
jamás supieron a cereza.
Seguí buscando la cotidianidad suspendida
que la rola pop del 2008 me contó
pronto
mucho antes de que pudiera crear en mi mente
un plan de acción ante mi deseo, me dediqué a mirarlo a distancia
porque me creí todas las cosas que vivían debajo de las mesas
de quienes decidían cuáles eran los límites del amor.
Y con mis dedos sujetos al agua, dejé de hacer preguntas
porque
¿Con qué persona adulta iba a llegar
y decirle si era cierto
que los labios de las mujeres sabían a cereza?
¿Puedo besar a una para conocer la respuesta?
Anulé de mi cabeza la rola de Katy Perry
y decidí pasar el tiempo en la heterosexualidad
para ver si me gustaba o no
Spoiler: no me gustó
Pero siempre me ha costado lidiar con las expectativas de las demás
y por las demás
quiero decir mi madre
yo callada
yo aniquilando el deseo
yo atada a cuerpos de hombres
yo yo yo
¿yo?
no era yo
Entonces me quise desbordar
ser fugitiva
ser fugitiva en la boca de otra humana
de otra humana
de otra lengua
lengua
saliva tierna
y entonces pensé en la canción pop del 2008:
I kissed a girl
y me gustó.
Jack Constantino
Hombre trans* fotógrafo, activista y escritor. Su práctica se centra en
feminismos, masculinidades, afrofeminismos y filosofías fronterizas. Es cofundador de los
espacios Ternura Cuir (desde 2022) y Plenos y Planos (desde 2023), dedicados a generar
actividades culturales dirigidas a disidencias. Su formación académica y artística se ve
influenciada por las luchas sociales y temáticas en torno al género.
Lxs torcidXs también escribimos
Escribo para la locura, en donde las libretas no tienen un inicio o fin..
En donde los areneros de gatos vencieron el ácido que tanto penetraba el olfato de María.
Escribo para las prisas, para aquellos que tenían qué cocinar rápido porque el trabajo es muy
exigente.
Escribo para las abuelas que siguen comprando jabones Maja, aunque los colores rojo y
negro son/fueron simbolismo de seducciòn.
Escribo para aquellas citas que nunca volvieron a repetirse,
a los abrazos borrados,
caricias bloqueadas.
Escribo para aquellas personas que no ven el tiempo.
Escribo a Lupita, que a las 15 hrs le cocina a su marido que tarda en llegar,
y no digo que esta sea una canciòn de Mecano
y moje las canas en el café y cuando regresa, no hay más que un somier.
Escribo al amor, pero también al dolor.
Escribo con la mano cansada de ejecutar argumentos,
p entonces q,
escribo con orgullo y desdén los dequeísmos que Mauricio odia.
“De que hacía mucho calor” “de que la otra vez me robaron la cartera”
“de que no me importa que tan mal suena esto”
Lxs filosofxs son mamones, o bien, somos.
Pero si la sintáctica, o el breviario de normas para escucharse como Hegel
fuera un requisito para hablar.
Escribo para lxs que no se nombran,
para la rabia que tiene Ernesto que fue llevada a un centro de conversión
porque
“algo
no
estaba
bien”.
Escribo para no tener que salir del clóset una y otra vez.
Escribo para aquellos que buscamos una familia.
Escribo para los tontos psicoanalistas que piensan que lo joto se nos quita con una hipnosis.
Escribo para quienes estamos cansadxs de esperar a que nuestrx jefe nos ceda el permiso de
cuándo
merendar.
Escribo para quienes se salieron de aquello que llamaban “hogar”
porque mamá no soportó que fueras feliz con alguien.
Y que el complejo de Edipo se fue a la mierda cuando él gènero dejó de existir.
Escribo para quienes no tenemos género.
Escribo al ruido,
a los colores, a la resistencia.
Escribo para quienes toman el camiòn antes de las 6hrs y regresan a las 21 porque hay
3 gatos, 2 hijxs y una casa que pagar.
Escribo para quienes habitamos la cocina con lxs ancestros que pasan a tocarte el hombro
y te dicen que asì está bien de sal.
Escribo con fuerza mi olor de piel y raìz
Si este escrito tuviera color, olerìa a café de olla con piloncillo,
pintura de uñas no. 69, combinado al polvo que dejaron los rastros
de haber pisado un espacio.
Si tuviera una sensaciòn,,
se sentiria como la primera vez que te presentaste enfrente a un grupo grande de personas y
dijiste
Este
soy
yo.
Y aunque el reflujo estuviera aquí, no me es algo que importa.
Porque estar aquí es una revolución.
Manda
Escribe poesía, hace fanzine y collage, pinta las calles de rosa y extraña a su abuela. Ama a su gato Ponyo, el matcha, los cigarros de clavo y el pan recién horneado.
cómplices
y que me preguntes
que pienso cuando estoy en silencio y solo te veo a tus ojos o a tus pecas
nada para ti te contesto
todo sobre de ti
nada para tus oídos
todo para mis adentros
pero de ti
entre miradas cómplices
y risas conjuntas
teniendo un entendimiento más profundo
más allá de las palabras
no puedo creer que ahora te piense al despertar
y todo el día
que ahora me seas un pensamiento fijo
y no solo recurrente
de pronto me encuentro a tu lado
sin palabras
como siempre
pero no hacen falta
el silencio es cómodo
cálido
como lo son tus manos
acariciando mi cuerpo
tus ojos mirándome a la cara
tu brazo sosteniendo mi cabeza
entre velas y gatos
no puedo creer
que me crea enamorada
y no imagino
escribir para ti o para mi
mejor para nosotras
Estefania Mares
Fronteriza nacida en el 2001, licenciada en Lingüística y Literatura Hispánica. Mi trabajo gira en torno a los afectos, a través del territorio, el intercambio y la identidad. Principalmente trabajo poesía experimental, recurriendo a diferentes formatos, materiales y disciplinas. En muchas ocasiones, sin consignas explícitas, hay una carga política en mi trabajo donde se cuestiona la manera en que transitamos el mundo, desde los amores, hasta las fronteras geográficas. La cotidianidad siempre es la materia prima.
Pienso en el lenguaje binario.
Pienso en las líneas que forman los unos y los ceros.
Los dibujo una y otra vez en mi mente. Los dibujo con el dedo mientras espero que el semáforo cambie. Los dibujo tan fuerte que los hago cráter.
Las fronteras de lo uno y lo otro -pienso- ser y no ser; la aspiración y la realidad.
Pienso en dos opciones que se conocen sin querer.
Un puente.
Quiero ser un puente para este territorio partido que es mi cuerpo. La tierra en la que vivo. Literalmente. Geográficamente. Nosotrxs no cruzamos la frontera, la frontera nos cruzó, igual que los unos y los ceros que cortan como púas.
Ni tan el joven de ahí, ni tan la señorita; soy ese puente que por más líneas verticales que quieran ponerle, encuentra paso hasta debajo de la tierra.
Subterránea mi adolescencia.
Está bien que seas lesbiana pero no seas machorra.
Disfrazada. Como sonreír para el pasaporte. Tantos años fui el 0. Que se note que soy femenina por lo menos en la foto. ¿Quieres ser niño o qué? No, tampoco; en el fondo no quiero ser ninguno. Quiero ser el puente. Quiero ser la línea que trazas para luego adivinar el número que sigue. Quiero ser maleable, soy materia dócil para mis anhelos, los kilómetros baldíos. Al final, ya tengo el desgaste del puente, la hierba que crece en ambos lados; soy territorio cruzado.
Foto: Especial
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