A 20 años del asesinato de Ariel Antonioletti, ex asesor de Bachelet sigue señalado como el informante

Marcos Ariel Antonioletti es considerado el primer asesinado en “democracia”, hoy se realiza una convocatoria a participar de la conmemoración de su fallecimiento, cuando se cumplen 20 años, cerca de la casa donde pereció, en la plaza de la Villa Fernando Gualda (Estación Las Rejas salida Sur, a continuación de la Villa Japón) a las […]

Marcos Ariel Antonioletti es considerado el primer asesinado en “democracia”, hoy se realiza una convocatoria a participar de la conmemoración de su fallecimiento, cuando se cumplen 20 años, cerca de la casa donde pereció, en la plaza de la Villa Fernando Gualda (Estación Las Rejas salida Sur, a continuación de la Villa Japón) a las 19.00 horas.

Militante del Movimiento Juvenil Lautaro (MJL), Ariel  muere el 15 de noviembre de 1990, a los 21 años de edad, por un disparo directo en la frente, acción que se ha señalado como un tiro de “venganza” de parte de Investigaciones. Según fuentes oficiales, el joven lautarista murió en “enfrentamiento”, pero las pesquisas no encontraron sino una herida leve en su pierna, además de la que causó su muerte.

El joven había sido rescatado, el día antes, por un comando lautarista desde el Hospital Sótero del Río, lugar donde este grupo armado entró en una balacera dejando a cuatro gendarmes y un carabinero muertos. Por su parte, Marcela Rodríguez, militante del MJL, recibió un proyectil en la columna que la dejó discapacitada de por vida.

Ariel fue asesinado en manos de la Policía de Investigaciones quienes encontraron su paradero, según nunerosos testimonios, gracias a Juan Carvajal periodista que delata a Antoniolleti por miedo a ser involucrado en el caso (posteriormente, sería asesor de relevancia en el Gobierno de la socialista Michelle Bachelet). Así, le cuenta a su amigo Ricardo Solari, que el “prófugo” se encontraba en su casa por pedido de un primo de su esposa.  Solari le hizo llegar la información a Investigaciones y Belisario Velasco, subsecretario del interior. El resto de la historia, se traduce a un certero disparo justo en medio de los ojos de Ariel, mientras dormía.

Esta muerte, que hasta hoy ha quedado impune, es la que se busca recordar hoy. Para eso, no se necesita nada más que llevar una vela, una flor o “simplemente tu corazón”, como escribe y convoca Ana María Antonioletti, madre del joven.

“Ariel es uno más de los cientos de jóvenes que luchaban día a día por un Chile en que las cadenas que oprimen el pensamiento y la dignidad, en que los sueños no tuvieran fin, sólo una fiesta para el pueblo, y no sólo fiesta sino que trabajo, habitación y -en general- una vida en la que la alegría fuera parte donde un Chile popular celebra su libertad, y su nuevo camino de igualdad de derechos”, dice Ana María, esperando que hoy muchas personas se reúnan para compartir una velada de cantos, reflexión y esperanza.

Por Mijaíla Brkovic Leighton

El Ciudadano

La madre de Marcos Ariel Antonioletti, publicó en 2007 un descargo que, hasta hoy tiene vigencia con respecto a la persona que se ha señalado como el informante que dio las señas de dónde encontrar a su hijo, y lo que llevó a la Policía a cercarlo y asesinarlo en 1990. El hombre, Juan Carvajal, llegó a ser uno de los hombres de confianza de Michelle Bachelet.

Juan Carvajal, el «desconocido» hombre de confianza de Bachelet

Agradezco el envío de la publicación, del diario La Tercera incluida más abajo. Al respecto quiero hacer algunos comentarios:

(1) Juan Carvajal pudo estar en su derecho de delatar a Ariel [mi hijo], pero lo imperdonable es que haya solicitado una entrevista conmigo en la oficina de su abogado (Héctor Salazar) y que se arrodillara a mis pies abrazándome y llorando. Con frases entrecortadas me dijo: «le juro que no sé quien delató a su hijo». Siempre he afirmado que si hubiese tenido los cojones de decirme la verdad, probablemente habría podido aceptar sus explicaciones;

(2) Que declarara en Fiscalía Militar una cosa y en el tribunal civil otra.

(3) Que hiciera circular que yo había ofrecido recompensa para que lo mataran.

(4) Que se le «premiase» por su delación trasladándole desde Fortín Mapocho (sin dar cuenta a nadie en Fortín, que lo apoyó en «esos duros y cruentos momentos») a la Secretaría General de Gobierno (se tramitaba la ley de delación compensada entonces).

(5) Cuando trabajaba con [el ministro Sergio Bitar] le dije que ahora yo quería una conversación con él. Me lloriqueó que para él lo ocurrido era una pesadilla atroz que lo perseguía, pero que aceptaba conversar. Posteriormente la secretaria del susodicho me llamó por un imprevisto que impedía que se llevara a cabo la conversación y que se postergaría. Múltiples llamadas tuvieron la misma respuesta: «no se encontraba en su gabinete».

(6) Jóvenes periodistas que trabajaban en diferentes secretaría ministeriales en el área Comunicación eran acosadas por el  individuo en cuestión y algunas se defendieron diciéndole que nos las manoseara porque les daba asco ya que ellas habían sido amigas de Ariel, cuestión que frenó los acosos a esas muchachas.

(7) El currículum de Carvajal en Alemania es bastante desagradable. Quienes viven allá lo detestan, así como otros que retornaron desde ese país.

(8) NUNCA fue periodista. Hizo un curso relámpago en la Usach para darles el cartón a quienes ejercían periodismo sin haber pasado por la Universidad anteriormente (aunque no cumplía los requisitos de los años de ejercicio).

(9) Olvidaba que su viaje a Costa Rica es posterior a la reconstitución de lo acontecido en la casa cuando Ariel fue ejecutado y ante la prensa expresé «al menos Judas tuvo la dignidad de ahorcarse». Esto fue lo que motivó su estadía en Costa Rica.

Escribí a la señora Bachelet respecto al individuo dado que ella se rodeará de la «mejor gente» para que la asesore… Si es el cuarto hombre y tan amigo de ella ¡¡¡Dios nos libre!!!! La señora Bachelet nunca dio respuesta al e-mail que tiene «para contestar a quienes le escriben»…

Las periodistas de La Tercera Gloria Faúndez y Paula Canales se conectaron conmigo a través de una tercera periodista con quien somos amigas desde que estudiamos Periodismo y me pidió que les aportara información. Paula me manifestó el carácter del reportaje y le facilité todo lo que era posible para un excelente reportaje… pero fue defraudante. El sólo hecho de escribir «el lautarista Ariel Antonioletti» es lo que siempre ha sido, como expresó Enrique Krauss «a los lautaristas (él) los dejaría como a Galvarino» (septiembre 1992); es el expresar en el lenguaje de prensa «si es lautarista, bien muerto está» (Recordar el caso Apoquindo).

Tengo gran cantidad de antecedentes de Carvajal porque escribo la historia de mi hijo. Cada información del «enigmático cuarto hombre» (El Mercurio) ha sido constatada y vuelta a constatar. Es un capítulo dedicado a su currículum.

Por Ana María Antonioletti

Periodista y madre de Marcos Ariel Antonioletti

Canto que mal me sales cuando tengo que cantar espanto…

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